viernes, 24 de septiembre de 2010

Violeta Carnero Hoke in memorian


Gustavo Valcárcel, Violeta Carnero y Manuel Scorza.
 
El miércoles 15 de septiembre ha fallecido Violeta Carnero Hoke, periodista, feminista y defensora de los derechos humanos, compañera vital del poeta Gustavo Valcárcel y madre de nuestra querida poeta Rosina Valcárcel. En su larga vida, comprometida con las causas más justas, sufrió el exilio junto a su esposo durante la dictadura de Manuel A. Odria. El miércoles 22 de setiembre sus cenizas fueron esparcidas en la Casona de la Universidad Mayor de San Marcos y en el parque Santos Dumont. Para la intelectualidad peruana y los dirigentes populares que la conocieron, ella representa una luz de alegría y optimismo por un mejor futuro. Como pequeño homenaje transcribo el poema que le dedicó Gustavo Valcárcel.

Carta a Violeta
A Ana María e Ignacio MAGALONI

Te escribo desde tu propio hogar
Ciudad de México, 19 de noviembre,
enfermo como estoy en nuestra cama vieja
sintiendo despeñárseme la sangre
en pos de ti, río inacabable.


Sobre la almohada, a mi lado,
tibio yace tu último sueño
ahora en cambio la ciudad acoge
tu vehemencia de ola, tu vigilia de amor,
recorriendo el pan nuestro
que hoy día te lo debemos todos.


Antes yo te escribía desde mi juventud
convertida en un gran reloj de cárcel
en romance de piedra, en pasto policial,
en tristeza y tristeza de mis ojos proscritos.


Incomunicado, entonces te escribía
desde una celda o cueva
donde tu nombre era lo único viviente.


Luego seguí escribiéndote
desde Antofagasta, frente al Mar Pacífico,
desde Puerto Barrios, frente al Mar Atlántico,
desde Oaxaca, frente al tiempo,
desde ti, frente al cielo, en la orilla del mundo.


Y aun cuando te miran mis hijos fijamente
me parece que son frases sus miradas
de un alfabeto que fui incapaz de escribir.


Después de tantos meses de silencio
sentí esta mañana el deseo de escribirte
de escribirte una cosa muy sencilla:
para tanto amor, hemos sufrido poco
para tanto amor, hemos hablado poco
para tanto amor, no hemos vivido nada.


Vivir -¿me oyes?-, vivir un día nuevo
en el que nadie nos persiga
ni nadie nos embargue
ni se nos corte la luz por unos pesos
ni se nos acuse de extranjeros.


Vivir un día nuevo
en que trabajemos sin lágrimas ni odios
pudiendo sentirnos camaradas de todos
y en el que por fin nos sea devuelto
el Perú de tus entrañas, nuestro Perú del llanto


Vivir -¿me oyes?-, vivir un día nuevo
en el que la vergüenza no nos astille el ojo
como cuando se enteran nuestros hijos
de esta paternal orfandad de dos monedas.

Vivir un día nuevo. Un día, en suma,
en el que podamos cantar todos los hombres
después de sentarnos en la yerba
a jugar a la comidita
-como dice nuestra hija-
sin que a nadie le falte que comer.


Sobre esta nueva vida deseaba escribirte
ahora que marchaste temprano a rescatar
nuestros libros del camarada Lenin
nuestros cuadros de Flores y Gutiérrez
y tu reloj y mi reloj embargados por los mercaderes.


Desde la calle me llega
el gorjeo de nuestros pequeños peregrinos
la sinfonía de la clase obrera
el clamor del mundo.


Estoy enfermo, solo, y este quinto piso
parece un subterráneo sin ustedes.


¿No demorarás?
Sobre la almohada, a mi lado,
tibio yace tu último sueño.
Encargo a mis versos una rosa para él
pero hasta la flor de la palabra
cuando quedo solo
no puede olvidar la espina
del tiempo que sufrí.


Ven pronto, cielo junto al cielo,
surca calles, vuelas plazas,
sube corriendo los pisos de nuestra altísima pobreza.
Aquí te espero, en esta cama vieja,
que tanto tiene de mí,
de tus sueños cercanos, de tus cartas lejanas,
de nuestros desvelos por los compañeros
los presos del Perú y el mundo
los perseguidos del Perú y el mundo
los explotados del Perú y el mundo.


Ven pronto, estrella y mar, música terrestre
aquí te espero y mientras llegas
empezaré a amar el porvenir
hecho luz entre tus ojos
pan en las manos de los niños
leche en tus senos, ala en tu voz,
verso en tu cuerpo, rayo en tus labios
eternidad en tu grito de gran madre
rosa roja en tu pasión de comunista
y alba en todo lo tuyo que me estoy llevando al sueño.


Escribiéndote duermo, camarada,
seguro de que, al despertarme, juntos
gozaremos el resto de la lucha
tomados de la mano hasta que caiga yo
hasta que quepan mis huesos en la tierra nuestra
hasta que mi sangre se despeñe en ti
río inacabable, vida, vida…

lunes, 20 de septiembre de 2010

ROBERTO SANTORO

Los poetas argentinos Mónica Algarbe y Luis Vílchez vienen dirigiendo la Revista Cultural Latinoamericana El Viento, cuya afinidad con los ideales estéticos del Grupo Intelectual Primero de Mayo, se sienten nuevamente como un lazo poético de hermandad entre escritores argentinos y peruanos. Ambos poetas presentarán el sábado 09 de octubre en Buenos Aires el texto: Las Hojas, Libro número 12 de la Colección Libros De La Calle, compilación de testimonios, notas, poemas, cuentos, crónicas varias, de escritores de la década del 60 y 70, que publicaron en la Editorial Papeles de Buenos Aires dirigida por el desaparecido poeta Roberto Santoro.


Fotografía de Roberto Santoro.

Roberto Santoro fundó la revista literaria El Barrilete, dirigió la editorial Papeles de Buenos Aires, donde publicaron distintos poetas de Latinoamérica, entre ellos Víctor Mazzi Trujillo.

Roberto Santoro mantuvo una fluida relación epistolar con Mazzi Trujillo y con miembros del Grupo Intelectual Primero de Mayo. Cuando supo que su vida corría peligro, pensó en algún momento salir de Argentina y residir temporalmente en Perú con la ayuda de poetas amigos. El 30 de julio de 1975 le escribe a Mazzi Trujillo: “Si se lograra la invitación de esa universidad limeña, (Se refiere a La Cantuta) hacémelo saber. Cómo me gustaría poder hablar con todos ustedes. Cuántos sueños y vinos nos tomaríamos”. Esta misma voluntad de viajar vuelve a ser mencionada el 29 de agosto, le escribe:

La situación en mi país no ha mejorado para nada. Puros movimientos palaciegos y la represión con todas las luces prendidas. Aunque desaparezcan algunos verdugos, asoman otros. O el pueblo se organiza o nos masacran a todos. No soy pesimista, por el contrario, trabajamos en todos los niveles. Lo nuestro es a largo plazo. El futuro crece como un chico. Nosotros lo estamos alimentando. El sol un día saldrá para el pueblo y con él festejaremos tanta luz demorada. Ojala pueda hacerse ese viaje hasta ustedes. Siempre aguardo encontrarme con los compañeros que en otras tierras hacen lo mismo que nosotros, oficiando de parteros del futuro. (…) No puedo a esta altura del dolor escribir de otra manera. Mi canto y mi seña es esa palabra apretada y rabiosa que quisiera ser un puño en medio de la cara torcida de los traidores. Estamos para lo que manden. Necesitamos seguir hablando y produciendo cosas en común. Ahora va un abrazo enorme para que lo repartas entre todos los compañeros un abrazo grandote como la esperanza que nos mantiene vivos


Aunque posteriormente decidió quedarse en Buenos Aires y confrontar a la terrible dictadura que asolaba su país, Roberto fue secuestrado el primero de junio de 1977, cuando se desempeñaba como maestro en la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 25. Hasta hoy, es un desaparecido por la dictadura militar argentina.

Leyendo alguna de sus cartas, puedo entender la pasión de su compromiso estético, que compartía con mi padre. Le escribe: “Compañeros que nos servirán de guía en este oficio de alumbrar caminos y despertar conciencias que es la poesía como nosotros la concebimos. Pegada a la tierra, volando bajito, junto a todos, en medio de la vida.” El compromiso asumido lo mostró siempre realista y activo, su poesía debía servir para causas más justas, de otra manera, no serviría para la transformación social.


Buenos Aires. El grupo El Barrilete. Roberto Santoro, Alberto Costa, Rafael Vásquez y Enrique Courau. Abajo: Rubén Caccamo y Carlos Patiño.
 En la última feria internacional del libro de Buenos Aires se le rindió merecido homenaje, presentándose su obra poética completa, con la presencia de su familia. Muchos poetas amigos rendieron testimonio de su presencia en la poesía argentina de la decada de 1970. Como testimonio sólo puedo decir que Roberto también influyó en la obra poética de muchos miembros del GIPM. Sus poemas pueden leerse en la revista Canto y Seña que dirigían Artidoro Velapatiño y Víctor Mazzi. Como homenaje y memoria de su arte poética, inserto los textos que publicó en dicha revista literaria del Perú.

IX
los generales con los testículos plastificados
y los empleados copulando adentro de un cesto de papeles
y la gente que llora cuando se muere un arzobispo
y las mujeres desnudas arriba de los colectivos
y los estudiantes sietemesinos
y los políticos con diarreas de verano
y los funcionarios que no tienen calzoncillos
y los economistas fabricantes de inodoros
y los leprosos amantes de los secretarios
y los burócratas con derrames infecciosos
y los futbolistas atropellando con sus coches a los jubilados
y los presidentes comprando materia fecal en los remates

esto han hecho de ti
por eso yo arrojo mis pedradas


toalla
en esos días
ningún trapo rojo
podrá reemplazarlo


militancia
de frente
marx


Roberto Santoro/ nació en Buenos Aires 1939/ sus poemarios éditos son “oficio desesperado”1962, “De tango y todo lo demás” 1962, “El último tranvía” 1963, “Nacimiento en la tierra” 1963, “Uno más uno humanidad” 1972, “Poesía en general” 1973, “Cuatro canciones y un vuelo” 1973, “Desafio” 1974/ Dirige la revista “Barrilete” y la editorial “Papeles de Buenos Aires”.

Obra publicada.
Libros:
(1962) Oficio desesperado.
(1963) El último tranvía.
(1963) Nacimiento en la Tierra.
(1964) Pedradas con mi patria.
(1964) De tango y lo demás.
(1967) En pocas palabras.
(1971) A ras del suelo.
(1972) Desafío.
(1972) Uno más uno humanidad.
(1973) Poesía en general.
(1973) Cuatro canciones y un vuelo.
(1973) Las cosas claras.
(1975) No negociable.
(2007) Literatura de la pelota. (Póstumo)
(2009) Obra poética completa 1959 - 1977. (Póstumo)


Canciones:
(1972) En esta tierra
Otros poemas
(1962) Prontuario de mi corazón


II. Obra inédita
Series
Canciones
(1974) Lo que veo no lo creo
Otros poemas.

Sobre actividades en torno a la obra de Roberto Santoro puedes acceder a los siguientes links:
http://www.revistaculturalelviento.blogspot.com/
http://www.razonyrevolucion.org/

miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA FALSIFICACIÓN DE LA MEMORIA

Caricatura de Carlin (Carlos Tovar) tomado del diario La República.

Acaba de ser derogado el DL 1097, una triquiñuela legal destinada a encubrir y proteger a quienes han cometido crímenes de lesa humanidad en contra de la población peruana a partir de 1981.

¿Cual es la lectura que sacamos de la impronta del gobierno aprista al introducir subrepticiamente un mecanismo legal para otorgar impunidad a miembros de las Fuerzas Armadas y policías que han sido los ejecutores de una política que arrasó y asesinó sin compasión a niños, ancianos, mujeres o detenidos inocentes? ¿Son inocentes quienes fueron los autores materiales de abominables crímenes ordenados por personajes siniestros que actuaban aplicando una doctrina contra subversiva aprendida en Fort Bragg?

El inmediato repudio ha doblegado la triquiñuela legal del gobierno para hacernos consentir una norma legal ha todas luces encubridora de una sangrienta política de estado durante la guerra contra subversiva. Muchas instituciones han rechazado esta norma que otorga impunidad a procesados por violación de Derechos Humanos: Colegio de Abogados de Lima, Defensoría del Pueblo, Conferencia Episcopal Peruana, el relator de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y del escritor Mario Vargas Llosa entre otros muchos. La presión de la opinión pública nacional e internacional terminó por rendir la decisión política del gobierno aprista, dio marcha atrás con una razonable derogatoria del DL 1097, con esto, se evitó la aplicación de una norma jurídica de “punto final”, que beneficie a procesados por violación de Derechos Humanos, tal como sucedió en la República Argentina. De acuerdo a los tratados internacionales firmados por Perú, los delitos de lesa humanidad no prescriben en el tiempo.

Desde 1981 se ha mentido sobre la condición de los Derechos Humanos en el Perú, las fosas comunes sólo existían en la mente extraviada de algunos “izquierdistas trasnochados” o de “periodistas problemáticos”. Hasta que fue tan evidente las matanzas de poblaciones enteras, que de nada sirvió encubrir a sus autores intelectuales o materiales. Como herida que jamás cerrará están los casos de  Accomarca, Cayara, Lucmahuayco, Putis, el Estadio Municipal de Huanta, entre los más conocidos en el interior del país. En la capital crímenes horrendos como el ocurrido en los penales El Frontón y Lurigancho ocurrieron durante el primer gobierno aprista. Los asesinatos a sangre fría ocurridos en Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), ordenados por la dictadura de Fujimori han tenido sentencia penal y los procesados purgan una larga condena por estos asesinatos que conmovieron la conciencia democrática en el Perú.

Aún existe un “espíritu de cuerpo” en los institutos armados que entrenaron, armaron y ordenaron la ejecución de operativos de aniquilamiento. La propaganda interesada de que muchos de estos efectivos actuaron por su cuenta y sin conocimiento de su institución, ya resulta a estas alturas risible, cuando nos encontramos con normas como el DL 1097, cuya redacción proviene de la parte interesada. El imperativo de solicitar impunidad a cada gobierno de turno es una constante que reclaman aquellos institutos justificándose que violar derechos humanos fue indispensable para derrotar a Sendero Luminoso. Uno de los defensores del DL 1097 sostiene: “Lo que estamos pidiendo es que se hagan juicios justos en el tiempo debido”, y esto resulta un círculo vicioso en la historia judicial del Perú. Cuando familiares de los asesinados han solicitado identificar a miembros de estos institutos armados, el Ministerio de Defensa se niega a otorgar la debida información, trabando todo el proceso judicial, dilatando intencionalmente los plazos judiciales. Cuando se han vencido los plazos judiciales, la táctica es solicitar la prescripción de los mismos, tratando de ampararse en el nuevo código procesal penal, beneficiando a quienes cometieron horrendos crímenes.

El engaño y la mentira sobre violación de derechos humanos en el Perú ha seguido siendo la usual herramienta para intentar borrar de la memoria de todos los peruanos, del horror que causaron aplicando una política de terror de Estado. Jean Paul Sartre llamaba “inautenticidad” o “mala fe”, al uso del engaño que terminaba finalmente siendo un autoengaño. El que engaña termina siendo también el engañado: la mentira termina siendo la verdad oficial, la memoria culmina en falsificación, y esto es precisamente el contenido del DL 1097. No sólo en los informes de la Comisión de la Verdad se muestran hechos de violaciones a los derechos humanos, aún podemos conversar con los familiares de las víctimas como testigos de aquellas atrocidades, sus denuncias aún esperan la sanción a los autores materiales e intelectuales de aquellas violaciones que terminaron en abominables asesinatos.

¿Qué lección queda de la derogatoria del DL 1097? Aún cuando el sistema político en el Perú se precie de democrático, aún siguen enquistados en la sociedad política aquellos personajes siniestros que ordenaron matanzas, y que gobernaron en la dictadura de Fujimori. Un sistema democrático que vigile y prevenga los asedios de solicitudes de impunidad, tendrá una tarea permanente para educar a la población evitando la falsificación de la memoria, no hacerlo, es repetir la tragedia.

Nota: El Decreto Legislativo 1097 puede leerse en la siguiente dirección electrónica:
http://www.congreso.gob.pe/ntley/Imagenes/DecretosLegislativos/01097.pdf