miércoles, 26 de diciembre de 2012

PRESENTACIÓN A LAS MUÑECAS Y EL PAPEL

José Hernández, poeta en cuyos versos despliega una robusta naturalidad del canto a la vida, nos entrega el testimonio del padre y también del amor a los actos cotidianos más sencillos que inserta la abnegación con el sentimiento de esperanza y plenitud. Su percepción del entorno natural no se inicia con una afirmación, sino con una humilde frase íntima: “no comprendo las cosas del mundo y del alma” a manera de pregunta que será contestada en cada verso a manera de ensayo.

Recurrirá a cada acto cotidiano de su existencia buscando entendimiento en un monólogo interior avasallando los sentidos y la percepción del universo que tiene ya formado; es un regreso a los orígenes, tomando en el tránsito cada elemento y partícula que a amado con pasión, tránsito de testimonios sobre metáforas del pasado que asoman en el presente, la imagen del ser querido que ayer jugaba entre muñecas y el poeta pergeñaba sus versos en el papel.

El poeta nos muestra sus inquietudes sobre el transcurrir de la vida, el nacer y perecer, declara un presente y un futuro como posibilidad que lo abarca todo y lo incluye, señalando un compromiso inexorable con este ciclo: “Así yo también muero en el mundo oscuro”. Un acto de perecer y renacer en el universo, contraponiendo la idea de la muerte como la cancelación de todo acto consciente en la existencia. Reafirmación de la vida aún en un presente que se apaga lenta e inexorablemente, como un atardecer en el verano, a orillas del mar. La vida siempre tiene un acto esperanzador, aun así esta sea el último hálito que se nos ofrece sin nada a cambio, esto sólo puede ser un acto de entrega que versifica Hernández: “Y aún te amo/ junto al manantial/ donde nace el arco iris/ y sus colores.” Compromiso ineludible en cada momento de existencia y de reafirmación.

Con el poeta José Hernández, en la Huacachina- Ica- Perú.
La poesía de Hernández trasunta lo cotidiano y se eleva como metáfora que proyecta deseos y cumplidos que necesitan ser comunicados desde la propia experiencia, necesidad del verso que completen los anhelos y también la entrega por el bienestar para sus seres más queridos.

Espero que el lector sepa que cada verso que nos entrega José Hernández, es una apertura del poeta y padre, junto a Elva, como guerreros indesmayables han sabido arrancar a su infanta del silencio absoluto, no dejaron que su luz se apagara, cantando y versificando, han logrado que haya renacido la vida, el universo sigue su marcha lleno de sol y vides y el poeta canta desde la esperanza.

Chosica, primavera del 2012.

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