jueves, 20 de marzo de 2014

MARÍA LUISA RIVARA DE TUESTA


s difícil escribir cuando te sorprende la noticia que una persona muy apreciada, dedicada a la filosofía, ha fallecido. Que su ausencia deja tras sí una brillante obra, la que marca un derrotero en el ejercicio reflexivo para las nuevas generaciones, en un país donde se concibe aún, que el género femenino debe ser relegado a tareas domésticas.

Conocí a María Luisa Rivara de Tuesta en un Congreso de Filosofía hace muchos años y nuestra primera conversación giró en torno al pensamiento y la reflexión Inka, diálogo que se prolongó por muchos años. Me sorprendió el manejo profundo que tenía de las fuentes manuscritas coloniales sobre el Perú y su erudición acerca del jesuita Joseph de Acosta. Había publicado en la década del 70 un texto que estudiaba su pensamiento y siempre acotaba lo que Acosta opinaba sobre el conocimiento logrado por los sabios andinos, los hamut’aq: “nos hacen grandes ventajas”.

Su cercanía con el pensamiento peruano hizo frecuente mis visitas y encuentros para conversar sobre los avances y crítica de fuentes sobre la reflexión Inka. Una tarde fría -mientras conversábamos sobre las fuentes que denotaban pensamientos originales de los hamut’aq- me recomendó leer como fuente de apreciación crítica, la edición de Laureano Robles: Filosofía iberoamericana en la época del encuentro (1992, Madrid:Trotta). En mi perplejidad me alcanzó el ejemplar y me dio un plazo razonable para devolvérselo. Así era María Luisa cuando se trataba de ahondar la investigación sobre el pensamiento peruano, no escatimaba en proveer las fuentes y alentar la postura reflexiva personal.

Siempre me decía que mejor hubiera estudiado Filosofía en San Marcos –estudié Educación, con especialización en filosofía- y frecuentemente me confundía con alguno de sus estudiantes. Nuestras conversaciones siempre terminaban resumiendo dos posturas sobre los orígenes del pensamiento peruano: autoctonismo o universalismo asuntivo de la filosofía.

El rigor de su formación intelectual que formó en San Marcos, le hacía definir sus ideas basadas en la solidez de la fuente escrita. No dejaba nada al azar, acotaba los errores y potenciaba las ideas que construían un discurso creativo y coherente, recordaba siempre el dicho de Aristóteles: “soy amigo de Platón, pero más amigo soy de la verdad”. La maestría de María Luisa Rivara rebosaba nuestras expectativas sobre los nuevos enfoques y estudios acerca del pensamiento peruano.

Cuando la Universidad Nacional de Educación, -mi alma mater-, otorgó Honoris Causa al Dr. Francisco Miro Quesada Cantuarias, preguntado por quien leería el laudatorio, no dudó en nombrar a María Luisa Rivara. El panegírico que escribió llenaba de emoción al maestro y filósofo, no sólo era un recuento de vida del homenajeado, sino un reconocimiento de su obra y pensamiento, que también había forjado en ella un camino dentro de la filosofía peruana y la gratitud a quien había forjado entre muchas generaciones de pensadores.

La docencia no sólo la ejercía en las aulas sino fuera de ella. Mis estudiantes de filosofía peruana en cada semestre de estudios tenían la obligación de indagar la obra y el pensamiento de determinado filósofo peruano. Grande fue mi sorpresa cuando ellas presentaron una entrevista grabada a María Luisa Rivara. La claridad de su exposición y la profundidad de sus reflexiones, hizo que amaran la filosofía cadavez más. La apertura a estudiantes de filosofía de otras universidades, dice mucho de su labor como maestra.

Hoy, a más de un mes de su sensible deceso, quiero rendir un sentido homenaje y reconocimiento de su obra filosófica que aporta a la filosofía peruana, es un adiós muy conmovedor para la amiga y filosofa. Hasta siempre recordada María Luisa Rivara.

Obra publicada

(2000). Tres ensayos sobre la filosofía en el Perú. Lima. Fondo Editorial Banco de Reserva-Facultad de Letras UNMSM.
(2000). Pensamiento prehispánico y filosofía e ideología en Latinoamérica. México D.F. En: Filosofía e historia de las ideas en Latinoamérica. Vol. III. Fondo de Cultura Económica.
(1994). Pensamiento prehispánico y filosofía e ideología en Latinoamérica. Lima. En: Areté, Vol 1, Nº 1, PUC, pp.103-116.
(1992). "El Pensamiento incaico". En: Robles Laureano. Filosofía iberoamericana en la época del encuentro.Madrid: Trotta. pp. 103 -116.
(s.f.). Pensamiento Incaico: Wiracocha. Lima: Instituto de Investigaciones humanísticas, U.N.M.S.M.
(1970). José de Acosta: Un humanista reformista. Lima: Universo.                           

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