domingo, 25 de octubre de 2015

Hamut'ay como reflexión en el Tawantinsuyu

Afiche del XV CONAFIL
Dr. Víctor Mazzi Huaycucho
Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle

Ponencia presentada al XV Congreso Nacional de Filosofía (Perú), a realizarse en la Universidad Nacional del Altiplano (Puno). Se disertará el día miércoles 28 de octubre a las 9:00 horas.

sta ponencia plantea una reflexión en torno al análisis y reconstrucción de la designación “Amauta” como equivalencia que designa a quienes ejercían pensamiento reflexivo y sabiduría como actividad natural en cada marka. El uso referencial del significado fue utilizado por lexicógrafos y cronistas  para comparar y establecer las condiciones del  ejercicio reflexivo autóctono por los sabios en el Tawantinsuyu.

Etimología.

Amauta y hamut’aq son dos designaciones que usualmente han señalado ejercicio sapiencial y reflexión en el Tawantinsuyu. Los primeros estudios etimológicos sobre su significado tienen precedentes en trabajos de Ernest Middendorf (1970:37) y Juan Jacobo Tschudi (1918:69-75). Ambos relacionan el significado de «amaota» con la designación «hamut’a» en aymara. Cúneo Vidal (1978:27) designa la misma procedencia como «amaya-uta», en tanto que Cerrón Palomino (2008:51-61) señala el mismo origen registrándolo como «amawt’a». Gerald Taylor (1987:20-21) se inclina por considerarle un origen proveniente de la costa central, presente en el runasimi chinchay como «hamut’a». Finalmente, Lira y Mejía (2008:126) registran «hamut’aru» como «pensador», y «hamút’ay» como «reflexión, pensamiento y razón». Los rastros etimológicos de ambos vocablos señalan significados relacionados al pensamiento reflexivo.

La designación probablemente proviene del aymara en el vocablo hamutha o hamuttatha que Ludovico Bertonio registra y traduce como «Entender, percibir con el entendimiento, pensar, imaginar», significados aglutinantes que designan y asocian funciones cognitivas y reflexivas. Esta asociación explica las cualidades del individuo que ejerce habilidades intelectivas y el pensamiento reflexivo-sapiencial. El lexicógrafo destaca la versión más original del vocablo que asigna conceptos que designan reflexión, anota: Amuta y Amutanacatha, traduce para el primero como «pensativo andar» y para el segundo «pensativo así». De ambos vocablos se derivan, Hamuttatha, «Entender bien»; hamuttaña «Entendimiento o discurso» y Hamuy «Entendido». Como fijación en la memoria de un logro cognitivo designa: amutatha «Acordarse, deliberar o discurrir entre sí. Si hará o no alguna cosa». Bertonio también distingue sus variantes asociadas como Amaotta, chuymakhtara, «Muy sabio, prudente» y Amaottaña, «Sabiduría». Resalta sus extensiones conceptuales para señalar características sobre el ejercicio sapiencial: Amaotta, tukapu, chuymay achanqara chuymay apinquya, musay, kiku c’hiqwi, vel Chuymakhtara, todas las referencias sirven para designar la condición de «sabio» y ejercicio sapiencial.


El Vocabulario de Goncales de Holguín resulta importante
al momento de consultar referencias sobre la reflexión autóctona.
En runasimi sus orígenes como «sabiduría» requieren analizar términos y conceptos de asociación entre distintos significados que resultan muy aproximados. Santo Thomas registra hamu como «género, especie de cualquier cosa» y «manera o forma». Extiende determinados contextos de amplia significación como «vaticinar», «predecir» y «anticipar los hechos»; mientras que su extensión hamurpay señala «considerar» y «caer en alguna cosa» y hamurpayay sirve para expresar la forma superior del rikhsikuy (conocimiento) para alcanzar entendimiento y comprensión relacionándola con watuy «acertar en la predicción».

En el Arte y Vocabulario de 1586 se repiten los registros que años antes había anotado Santo Thomas, expone la polaridad de su uso semántico, mientras hamu señala la «Diferencia, manera» su forma  hamurpayay ímplica «Considerar atentamente» hasta operar mediante hamut’ay, «Experimentar alguna cosa, probarla, trazar [planear], considerar, tener prudencia, facilidad, consideración, maña [destreza]». Su forma opuesta es hamullamanta, indica que piensa «sin ninguna razón». Todos los registros en runasimi colonial que presentan el prefijo hamu usualmente refieren al proceso cognitivo, pensamiento reflexivo, meditación de argumentos y uso de razonamientos hasta alcanzar la condición hamut’aspa watuspallarimaq. «Considerado en sus palabras», «el que habla con destreza y conocimiento».

Gonçales Holguín continuando el registro de anteriores lexicógrafos señala que -hamu significa «el modo o la manera». Esta referencia alude a la característica de quien cultiva sabiduría; designa un modo de adquirir yachay o destacar la propiedad o forma con el cual se percibe el objeto durante el proceso del conocimiento. El lexicógrafo nos muestra el proceso del acto cognitivo: inicialmente es ymachayaqentapas kamarikuy, «Apercibirse de lo necesario», condición primera del rikhsikuy proceso donde se señalan distinciones, hasta lograr yuyayman sunq’uyman hapiquy, «Aprehender o entender profundamente».

El lexicógrafo también nos muestra que las distintas variantes de hamu refieren el ejercicio de reflexión y razonamiento, tomando en cuenta los nuevos elementos que resultan diferenciados dentro de un proceso tal como yma hamuch yma vñanchakay, «¿Qué novedad es ésta?», «qué cosa tan extraña nueva y rara». Su sentido opuesto se muestra como una condición que deshecha el razonamiento y la sabiduría adquirida, tal como en hamumanta rimaq. «El que habla sin fundamento atiento (sic) y sin saberlo, sin verdad y sin razón».

Para designar amplitud de sabiduría anota: hamu hamu ñawray ñawray mit’ay mit’ay, o ñawraykuna o richak’una, «Todas las diferencias de cosas, o cosas diferentes». El ejercicio sustantivo de la sabiduría se señala como hamu hamu sunquyuq, yuyayniyuq o ñawray ñawray sunquyuq todos los referentes aluden como significado: «El que es universal y entendido en todo que lo penetra y da razón de todo». Descomponiendo cada referencia nos conduce a situar un conjunto de características para señalar los contextos del yachay. La duplicación hamu hamu destaca función especializada y muy amplia de sabiduría, se traduce como «muy sabio» o «sapientísimo»; en cambio yuyayniyuq denota función del pensamiento reflexivo usado en un sistema contable, dado que yuyay significa «pensar, recordar», el sufijo —niyuq establece características de uso de valores contables. Sunq’uyuq significa adquirir conocimientos mediante conciencia, juicio, razón, memoria, voluntad y entendimiento, pues sunq’u también al referir al corazón y entrañas señala que el saber contiene apasionamiento y sentimiento. Finalmente, ñawray ñawray sunquyuq es el que conoce todos los géneros como saber con apasionamiento, resalta la amplitud del yachay entre todos los géneros del saber. Las designaciones analizadas muestran como el pensamiento reflexivo aborda el entendimiento y comprensión de pacha hasta alcanzar cuenta y razón sobre lo que conoce.
Vocabulario Aymara de Ludovico Bertonio (1612)

Se hace evidente que para expresar en runasimi toda acción reflexiva como sabiduría debe contener el prefijo –hamu, su decurso natural en el razonamiento es alcanzar hamupayay, «conjeturar, o ventilar entre sí las razones y ponderarlas para determinarse».

Referencias sobre significación del hamut’aq

Las referencias sobre quienes ejercían el saber en el Tawantinsuyu han sido referidos como «Amautas», tal como leemos en Inka Garcilaso de la Vega (1976:I:106) «Y es de notar que los Reyes Incas y sus amautas, que eran los filósofos» y Felipe Waman Puma (1988:I;57) «De cómo los dichos filósofos antiguos, que ellos les llamaban camasca, amauta runa, entendían por las estrellas y cometas y del [e]clip[se] del sol y de la luna y de tempestades y de aires y de animales y de pájaros». Amauta fue uso normal en el runasimi colonial designaba al sabio autóctono, sin embargo, existen problemas respecto a su constitución lingüística original. Cerrón Palomino (2008:52) ha señalado que «Amauta» resulta una «rareza formal de la voz» pues para nominar y alcanzar la condición de sabio debería llevar el morfema agentivo —q, (escrito en el siglo XVI como —k o —c). Como designación conceptual representa una condición nominativa modificada respecto a su versión original, sufrió transformación causada probablemente por el defectuoso registro fonético que consignaron los lexicógrafos hispanos respecto a sus fuentes nativas. Juan de Betanzos (1551) y Pedro Cieza de León (1553) en sus crónicas no consignan el vocablo «Amauta» para señalar a quienes ejercían el pensamiento sapiencial-reflexivo, en cambio refieren a los khipukamayuq, como los encargados de anudar («escribir») el saber obtenido y ejercerlo en cada marka o llaqta.

«Amauta» aparece anotado en el Lexicón de Santo Thomas publicado en 1560, registra Amaota como «hombre curioso, ingenioso o sabio, o astuto» y Amaotatin como «astutamente o ingeniosamente». También en el Arte y Vocabulario de 1586, se registra amauta como «Sabio, prudente» y se agregan los vocablos relacionados con su constitución morfológica original: hamut’aq runa, «hombre considerado [reflexivo], mañoso, [diestro]». La oscilación entre los dos usos (amauta y hamut’aq) se muestra en Gonçales Holguín quien registra Amauta, «Sabio, prudente, cuerdo» y Hamutac, «adivinador prudente». En otras fuentes manuscritas coloniales aparecen las señales de su constitución original, entre ellas tenemos: a) Manuscrito de Waruchirí un texto construye kayta yuyachiway hamutachiway que Taylor (1999:10) tradujo como «Haz que me acuerde  de [como realizar] esta tarea y que sea hábil en su ejecución», resalta que hamutachiway resulta la ocurrencia de creatividad para elaborar (simbolizar) tukapu en tejido fino de kumpi; b) Pachakuti Yamki Salqamaywa (1993:200) anota la versión original como hamut’aptiy, «cuando piense».

Función y características de los hamut’aq

En el Tawantinsuyu los hamut’aq tuvieron jerarquía elevada y gozaban de mucha estimación como «hombres verdaderos», recibían trato de mucha consideración durante el gobierno Inka por los logros de su sabiduría. Ser considerado hamut’aq representaba una nominación de mucho prestigio entre todos los tipos de sabios que subsistían en el Tawantinsuyu: yatiri, chiq’a, kamasqa, layka, kalawaya, willawisa entre otros muchos. Esta consideración significaba ser designado como pachayachachiq. Yachachiq define una condición del que muestra sabiduría. La partícula —chi [hacer] después de yacha significa «mandar a hacer la acción», literalmente «hacerse» y el morfema agentivo —q, señala una propiedad que caracteriza una función agentiva «el que», «los que», literalmente se traduce como «el que aprende y enseña sobre el universo». Esta condición en el saber implicaba ser reconocido como wañuy hamut’aq o chiq’amanta sullulmanta que el lexicógrafo traduce como «amaota sapientísimo»; dado que las variantes del significado de wañuy son «eterno» y «muy recordado», literalmente alude a «sabio inmortal».


Remix de Khipukamayuq dibujado en Crónica de Murúa. Obra de Miguel Lescano.

Gonçales Holguín había anotado con sumo cuidado la esencialidad que representaba la función que desempeñaban nuestros hamut’aq: Hayaq’in allinta unanchay, «Pensar, o, entender cosas excelentes», esta característica señala que el aprendizaje y la creación de reflexiones requería que nuestros hamut’aq se reconociesen como hayaq’in allinta yachachiq, que estén «enseñando cosas altas y muy bien». Tenían obligación de comunicar la sabiduría adquirida, tanto al entorno del Inka como a los demás miembros del gobierno del Tawantinsuyu.

¿Cuál es la fuente de sabiduría entre los hamut’aq? Los criterios para comprender la función del pensamiento reflexivo de los hamut’aq se asocia con el conocimiento del calendario a través de la observación astronómica y el registro del tiempo en instrumentos especializados.

Gonçales Holguín refiere que hamut’ay y unanchay señalan la condición del pensamiento reflexivo como «entendimiento por intelección, o acto de entender». Su derivación hamut’aq «el que entiende» y t’itusimiqta hamut’ay, «entender lo oscuro, incomprensible» aluden comprensión del ciclo de pacha. Unanchay significa «señal, estandarte, insignia», está asociado con la simbolización de un conocimiento a través del registro textil u otro tipo de soporte para establecer la comprensión del proceso cíclico solar y sinódico lunar durante una wata (año).

La condición reflexiva hamut’ay se presenta como práctica superior del yachay, se muestra como hamuyniy, «el propio juicio y dictamen». La reflexión como hombre de juicio y entendimiento implicaba hamu, hamuqruna hinamkay conlleva a adquirir entendimiento profundo de lo diverso a través del rikhsikuy en las múltiples diferencias de la presencia de Pacha. La condición hamut’ay reconoce una capacidad especial del razonamiento reflexivo entre los hamut’aq, sobre todo, en el dominio del volumen de información sobre una diversidad de bienes, hechos históricos, registros astronómicos y reflexión acaecidos en el gobierno de cada Inka.

Conclusión

El análisis semántico sobre hamut’ay y sus variantes de usos alusivos como pensamiento reflexivo, muestra que su uso lingüístico sufrió alteración y se acostumbró a pronunciarlo como «amauta». Es necesario restituirle su uso nominativo original, lo cual permite señalar actividades del ejercicio reflexivo autóctono así como la referencia sobre quienes ejercían el saber, designación que debemos reinstalar para lograr desambigüación semántica para referirnos al ejercicio del pensamiento reflexivo en el Tawantinsuyu.

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