viernes, 27 de octubre de 2017

¿Mejorará la educación?


Vidal Villanueva Chávez*

Publicado en el diario La República 29/9/17.
Se publica con autorización expresa del autor.

En mi condición de profesor de aula en actividad, el 7 de agosto de 2016 en este diario formulé la misma pregunta a PPK al inicio de su gobierno. Decía entonces que los alumnos que llegan a la universidad (con las debidas excepciones) no entienden un texto elemental, no saben reconocer los núcleos de una oración; escriben "hiba" por iba, "calló" por cayó; no saben quién fue Manco Inca, ni dónde queda el Puerto de Ilo; algunos creen que Apurímac limita con Tumbes y que Ciro Alegría fue un jugador de fútbol; ni saben una estrofa de nuestro himno, con lo que solo se ha conseguido la pérdida de nuestra identidad como nación porque se dejó de lado el aprendizaje de nuestra historia, de nuestra geografía, de nuestra cultura.

Esto debido a que el currículo (a propósito, este sustantivo es masculino, no femenino: no es la currícula sino el currículo o el currículum) está construido sobre el marco de las llamadas competencias, que tienden a la generalidad en desmedro de la profundidad, por lo que se debe pensar en hacer un reajuste al currículo para incorporar contenidos que den sustento al aprendizaje y también educación cívica para que se enseñe a respetar las reglas de tránsito, a no ocupar los asientos reservados, a no arrojar desperdicios al piso (que tampoco se enseña en el hogar), y que serían mejor trabajados con el apoyo de los medios informáticos con los que hoy contamos para no dar la penosa imagen de pueblo atrasado como nos ven.

El 9 de abril pasado, el Minedu informó que “Se avanza en matemática, pero se retrocede en comprensión lectora”, pero ¿qué propuestas metodológicas, qué recursos didácticos ha presentado para revertir este problema? Más bien distorsiona el concepto de lectura al incluir en el plan lector resúmenes de textos porque se busca el argumento, la historia, la anécdota, con lo cual se pierde la capacidad de análisis y de entendimiento. Por el armazón de la lengua circula la anécdota, la historia, pero para entender un texto hay que conocer la lengua por ser la envoltura del pensamiento, el que se desarrolla mediante la asimilación de conceptos, imágenes, metáforas, símiles que en ella se hallan, y si no se entiende esto no se entiende nada: he aquí el problema de la comprensión lectora.



Por eso los libros de lectura deben ser originales y seleccionados en forma gradual según el nivel de enseñanza desde inicial hasta la universidad, sin interesar la cantidad por año.

Política de Estado en materia educativa debiera ser no permitir que a diario tanta inmundicia ingrese a los hogares a través de algunos programas de televisión donde se transmiten los amores frustrados y los juegos de sexo de personas intrascendentes de la farándula; debiera ser construir escuelas bien equipadas por año y ambientes adecuados para los profesores en los lugares más pobres y alejados del país; debiera ser aumentar en forma progresiva el porcentaje del PBI, que hoy es del 3,9%, para mejorar la calidad de la educación; debiera ser promover la lectura en los hogares, en las universidades y en la sociedad por distritos con incentivos por ejemplo de becas integrales para los hijos de las familias que mejor leen, y aquí ayudaría mucho la televisión, porque hoy la gente anda, ensimismada, prendida a un celular antes que a un libro. Ojalá con el nuevo ministro no siga el statu quo.

* Ph.D. Profesor principal de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.



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