martes, 13 de febrero de 2018

Posverdad, relativismo y ciencia


RAFAEL BACHILLER
Astrónomo, director del Observatorio Astronómico Nacional (IGN) y miembro del Consejo Editorial de EL MUNDO.
10 FEB. 2018 03:06
Tomado de:

Estamos en plena era de la posverdad. Nos alertó hace ya 14 años el escritor estadounidense Ralph Keyes en un libro de mucho impacto (The post-truth era: dishonesty and deception in contemporary life). Desde entonces, el concepto ha ido ganando popularidad hasta que el Diccionario Oxford designó el término «posverdad» como palabra del año en 2016. A los científicos este término nos llena de perplejidad y asombro. Por lo que yo humildemente comprendo, la posverdad designa la distorsión de manera emocional de un hecho o de una prueba objetiva. Se trata pues de verdades a medias, falsas ideas o incluso puras mentiras que circulan de manera impune por nuestra sociedad. En términos políticos, la posverdad se refiere a ciertas interpretaciones emocionales de hechos que son proporcionadas por los políticos sin que sean contrastadas por nadie, ni denunciadas por parte del medio social que las tolera. Por ejemplo, la negación del cambio climático por parte de algunos políticos (Trump), se realiza a pesar de la abrumadora evidencia científica que corrobora la realidad del cambio y su origen en la actividad humana. Y este negacionismo es seguido emocionalmente, de manera irreflexiva, por un sector de la sociedad con ideología afín a la del político en cuestión.

Es muy tentador justificar la posverdad en términos del relativismo filosófico. Desde Aristóteles, muchas generaciones de filósofos se han preguntado si la verdad absoluta existe y si el hombre puede llegar a conocerla. En el siglo XVII, Locke ya distinguía entre la realidad objetiva y la percepción subjetiva de la mente humana. En su célebre experimento de los cubos de agua, Locke pedía a un sujeto que introdujese su mano izquierda en un cubo de agua helada y su mano derecha en otro cubo con agua muy caliente. A continuación, Locke pedía al mismo sujeto que introdujese sus dos manos en un cubo de agua templada. Naturalmente, la mano izquierda sentía que el agua de este tercer cubo estaba muy caliente, mientras la mano derecha sentía que estaba muy fría. Locke concluía así que una misma mente podía percibir la misma realidad objetiva de formas muy diferentes. Por tanto, y con mayor razón, las mentes de diferentes sujetos podrán experimentar la misma realidad de manera completamente distinta. Según Locke, el conocimiento es siempre subjetivo pues se alcanza gracias a las sensaciones y a la reflexión. La sensación está determinada por la percepción a través de nuestros cinco sentidos, mientras que la reflexión viene de nuestras asociaciones de ideas, memoria y capacidad de raciocinio.






También Kant admitía que no podemos conocer la realidad de manera completamente objetiva, pues nuestro conocimiento siempre estará determinado por cómo nuestra mente percibe las cosas y por cómo las formula. El filósofo de Königsberg consagró gran parte de su vida a estudiar la naturaleza de la realidad y creó toda una teoría deontológica basada en la capacidad humana para razonar, es esta capacidad única la que nos lleva a obrar bien o mal de acuerdo con un código moral. Para Kant, ni los deseos ni las emociones proporcionan una base racional para tomar decisiones acertadas.

Nietzsche se preocupó por estudiar la relación entre la verdad objetiva y el lenguaje, en el contexto de cómo el hombre origina y desarrolla los conceptos. Tales conceptos son la herramienta para lograr una uniformidad en la descripción de la naturaleza, lo que facilita la comunicación. El que yo considero mayor filósofo del siglo XX, Bertrand Russell, desarrolló la teoría de la correspondencia epistemológica como el establecimiento de una biyección entre los hechos y los enunciados. Pero el problema, ya expresado por Nietzsche, es que la relación de los conceptos y las palabras que designan a los objetos con los objetos en sí no proporciona una descripción perfectamente definida, las palabras pueden ser vistas como metáforas que guardan cierta componente de arbitrariedad. Además la cultura ha ido asociando términos y signos a los objetos y estas asociaciones también pueden afectar a la representación mental de la realidad.


Con todo, yo no creo que pueda utilizarse la filosofía como una justificación de la posverdad. Bien al contrario, la filosofía se ha esforzado a lo largo de los siglos por comprender los sesgos que afectan a nuestra manera de percibir o de razonar, a los obstáculos que pueden interponerse en nuestros intentos por alcanzar la verdad objetiva.

También podría argumentarse que, para la ciencia, la verdad parece ser algo siempre provisional. Y es que, efectivamente, la descripción científica del mundo está sometida a un escrutinio permanente y las teorías científicas que describen la realidad son consideradas aproximaciones sucesivas, descripciones progresivamente más precisas. Así la mecánica de Newton puede ser vista como una primera aproximación de la teoría de la gravitación, mientras que la teoría de la relatividad general Einstein tiene una mayor precisión y es capaz de explicar fenómenos físicos sobre un mayor rango de dimensiones físicas.

A veces la provisionalidad de la verdad científica es criticada duramente. Nos quejamos de que los científicos dicen un día que la mantequilla o los huevos son malos para la salud y al poco tiempo dicen lo contrario. Sin embargo, este escrutinio permanente de la verdad científica solo debería considerarse de manera positiva, pues refleja la dificultad y el esfuerzo del mundo de la ciencia por alcanzar el mayor acercamiento posible a la verdad. El científico no tiene ningún escrúpulo por reconocer que un estudio previo fue insuficiente y que debemos cambiar nuestras conclusiones a la vista de nuevos datos. Todo lo contrario: es su método de trabajo. Es cierto que un estudio pretendidamente científico argumentó un día sobre una supuesta relación entre la vacunación y el autismo. Pero no es menos cierto que ese estudio fue completamente rebatido por muchos otros estudios y los autores del primero fueron separados sin contemplaciones del mundo de la ciencia y de la práctica de la medicina. No hay ningún argumento hoy que justifique la no vacunación. Es sorprendente que esas ideas se extiendan para pasar a formar parte de una absurda posverdad.

Con el método científico, que incluye la experimentación, el hombre es capaz de ofrecer la descripción más objetiva posible de la realidad. En el experimento de los cubos de agua con el que Locke ilustraba el relativismo, un científico introduciría un termómetro en cada uno de los cubos y mediría la temperatura para dar así la descripción más objetiva posible, y por tanto imparcial, de esa realidad física. Aunque su verdad sea siempre provisional, el científico siempre posee la información más fiable posible. Su descripción de la realidad es más objetiva que la que puede ofrecer otros tipos de conocimiento como el arte, las religiones u otros tipos de creencias.

La obligación del científico es pues facilitar la información más fiable posible de acuerdo con el estado actual del conocimiento contrastado. El cambio climático, la vacunación, los alimentos transgénicos, la homeopatía, las técnicas de adivinación, los extraterrestres,... La ciencia tiene hoy las ideas muy claras sobre estos y muchos otros temas. Vemos pues cómo los científicos nos encontramos en plena época de lucha contra la posverdad. Resulta descorazonador que, en pleno fragor de la batalla, tras escoger "posverdad" como palabra del año 2016, el siempre acertado Diccionario Oxford haya declarado palabra del año 2017 a un término muy relacionado con el primero, fake news o falsas noticias, un fenómeno que dota de nuevas dimensiones a esta plaga de posverdad.
Si la obligación del científico es proporcionar información fiable, la obligación del político es dejarse de mandangas de posverdad para elaborar sus políticas públicas sobre la información proporcionada por la ciencia, ésta es la base más firme y fiable sobre la que fundamentar sus decisiones.


lunes, 12 de febrero de 2018

UN ESPÍRITU EN MOVIMIENTO: Presentación de la correspondencia de José Ca...

Convocatoria Simposio Internacional 90 años de 7 ensayos de la realidad peruana



Simposio Internacional
7 Ensayos 90 años

En octubre del 2018 se cumplen 90 años de la publicación de la excepcional obra de José Carlos Mariátegui, 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Durante las nueve décadas que han transcurrido desde que se publicó la primera edición, la obra mantiene notable actualidad porque constituye el más lúcido y esclarecedor análisis de la realidad social del Perú, que ha servido de base para explicar los problemas que afectan a los pueblos de América Latina, especialmente de la región Andina, convirtiéndose en una obra clásica de la cultura política.

Pese al tiempo transcurrido desde su aparición, no existe ningún trabajo que supere a esta obra, que por mantener vigente la estructura de su análisis, el escritor cubano José Antonio Portuondo lanzó la siguiente admonición: “pero ahí resisten, en pie, esperando impugnador, los fundamentos de esos “Siete Ensayos”.

Para conmemorar este acontecimiento, la Cátedra José Carlos Mariátegui convoca a la realización del Simposio Internacional 7 Ensayos 90 años, que se realizará en Lima en el 2018.

Sara Beatriz Guardia
Directora Cátedra Mariátegui

Consejo Consultivo

Michael Löwy (Francia), Theotonio dos Santos (Brasil), César Germaná (Perú), Alberto Filippi (Argentina), Patricio Gutiérrez (Chile), Álvaro Márquez-Fernández (Venezuela), Marco Martos (Perú), Luis Bernardo Pericás (Brasil), Edgar Montiel (Perú), Miguel Mazzeo (Argentina), José Antonio Mazzotti (Perú), Felipe Lagos (Chile), José Ignacio López Soria (Perú), Jancso Katalin (Hungría), Beatriz Bissio (Brasil), Martín Cortés (Argentina), Víctor Mazzi (Perú), Pierina Ferreti (Chile), Edmundo Murrugarra (Perú), Viviana Gelado (Argentina), Lia Faria (Brasil), Segundo Montoya (Perú), Claudio Berríos (Chile), Joel Rojas Huaynates (Perú), Rafael Ojeda (Perú), Gonzalo Jara Townsend (Chile), Renata Bastos da Silva (Brasil), Marlene Montes de Sommer (Alemania), Víctor Hugo Pacheco (México), Elvis Poletto (Brasil), Silvana Ferreyra (Argentina), Ricardo Marinho (Brasil), Pedro Cláudio Cunca (Brasil).

Temario
Esquema de la evolución económica
El problema del indio
El problema de la tierra
El proceso de la instrucción pública
El factor religioso
Regionalismo y centralismo
El proceso de la Literatura

El proceso de la instrucción pública. Cien años después de la Reforma de la Educación Universitaria de Córdoba (1918).
Debate sobre Pensamiento y Obra de Mariátegui (1928-2018)
Mariátegui y el Marxismo en América Latina 
Mariátegui. Repensar la República a propósito del Bicentenario
Mariátegui. Lo "orgánicamente nacional" frente a lo "no orgánico".
Colonialidad versus cosmopolitismo.
Mariátegui frente a las teorías literarias contemporáneas
Mariátegui y la literatura escrita por mujeres
Mariátegui y Vallejo