Era alto y
deslumbrante como un faro. |
Emergió su
bronca voz cuando se
avergonzaba el hombre de sus
nefandas vestiduras, crecían
las persecuciones y
torturaban las nuevas ideas hasta
asfixiar en sangre el grito
jornalero. |
Era la voz
ardiente que
despertó huracanes, invadió
tugurios. sublevó
factorías, despeñóse
en sembríos desbordando
la aurora |
Dijo,
cósmico y clasista: ¡PROLETARIOS
DEL MUNDO, UNIOS! Irradió los
primeros resplandores de la revolución socialista. |
Por él,
compañeros, hemos
aprendido la lección de una
vida esplendorosa restallando
las médulas conociendo
el suplicio y, sobre
todo, levantando
sindicatos, defendiendo
sin tregua la
horrenda explotación del hombre |
Mañana,
cuando nuestro hijo trabaje, hasta
erguir al dios de sus músculos, cante con
son violento y logre su
causa exacta desatando
el haz rojo de su
histórico destino comprenderá
por qué decimos: ¡LOOR A
JOSE CARLOS MARIATEGUI! |
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