INSCRIPCIÓN
lunes, 31 de octubre de 2016
jueves, 13 de octubre de 2016
Víctor Mazzi: “Han tratado de hacernos invisibles”
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Mazzi presenta Inkas y filósofos. Foto: David Huamani. |
El investigador acaba de publicar Inkas y filósofos, ensayo que
rastrea el ejercicio reflexivo en el antiguo Perú.
n día como hoy, en 1492, Cristóbal
Colón llegó
a América. En ese marco, el investigador Víctor
Mazzi Huaycucho ha
querido desandar el Perú antiguo. Acaba de publicar Inkas
y filósofos. Posturas, teorías, estudio de fuentes de interpretación,
un libro que rastrea el ejercicio reflexivo en el Tahuantinsuyo.
“Lo que intento demostrar es que existe una tradición en nuestra identidad reflexiva, en que hubo ejercicio filosófico en el Perú antiguo”, afirma Mazzi.
“Lo que intento demostrar es que existe una tradición en nuestra identidad reflexiva, en que hubo ejercicio filosófico en el Perú antiguo”, afirma Mazzi.
-¿En qué basas tus estudios?
Este es un tema polémico, debatible, pero tiene sus
antecedentes. En 1965 se hizo un coloquio sobre filosofía inca y dentro de
poco, en noviembre, San Marcos va a realizar un coloquio sobre filosofía
andina. Y el tema trata justamente de hacer una comparación entre las
similitudes de la reflexión europea y el saber y la reflexión que tuvimos antes
de la presencia hispana en el Perú. El libro plantea un reto, el comprendernos
a nosotros mismos, ya que han tratado de hacernos invisibles, nos han puesto
muros tratando de ocultar muchos valores de nuestra cultura. Antiguamente, en el
Perú, la sabiduría, la reflexión también eran tópicos comunes como en cualquier
civilización.
-La famosa frase sabia de ama llulla, ama
quella, ama sua, ¿es cierta o falsa?
Es falsa. Cuando uno revisa las crónicas que han escrito los
cronistas nativos, mestizos o españoles, no se encuentra esa frase. En
realidad, es parte de la catequización que se impuso como un resumen de las
normas morales europeas en el Perú. Pero las normas morales europeas que
nosotros hemos tenido son más.
-En Europa se rastrea la filosofía en
los escritos, ¿en el Tahuantinsuyo, dónde las rastreamos?
Buena pregunta. La primera fuente son tokapus, porque no se
piensa con conceptos escritos sino con símbolos. La segunda fuente son los
quipus narrativos. Hay otras formas de quipus de donde se han extraído poesías,
los registros de astronomía, estadística. Y tercero, las fuentes manuscritas,
sobre todo los juicios, las probanzas de servicio en donde cada cosa que se
dijo, se envió o pactó entre los curacas y los españoles, quedó registrado en
quipus. Esos quipus, cuando hubo probanza de servicio, se utilizaron como
documentos de respaldo.
-Cuando presentas así a los quipus, ya
estás afirmando que los quipus son una suerte de fuente documentaria.
Así es. Pero
tenemos una ventaja. Muchos españoles lograron que los curacas leyeran los quipus y esos quipus se
transcribieron en manuscrito.
-¿Hay prueba de eso?
Claro. Están en las crónicas de Cristóbal de Molina. El cronista
hizo leer a los curacas del Cusco sus quipus y él los transcribió al runasimi
colonial. El quipu físicamente ya no existe, pero la versión del quipu sí está
en los manuscritos hispanos.
-Hay quipus que se hallan en sitios
arqueológicos, el problema es que nadie sabe leerlos.
Exacto. Es que los quipus son etnocategoriales, no hay un quipu
universal en todo el Tahuantinsuyo. Cada provincia tenía su propio quipu. El
quipu de Jauja no se puede leer como el quipu de Ica. Son distintos, varía en
su codificación del color, número, tamaño, etc.
-¿Quiénes eran los filósofos?, ¿el
amauta?, ¿el inca?
Hay distintas categorías. En realidad, esto comienza con el Inca
Garcilaso, que llama a los amautas, que son los filósofos del inca. Y en la
literatura europea nadie cuestionó que era así. Posteriormente surgió el debate
de que eso no es filosofía. Pero quiénes eran los “filósofos”, había distintas
tipos de personas que reflexionaban. Guamán Poma dibuja a Juan Yunpa, que
reflexionaba sobre astronomía y aparece en un dibujo con un quipu en la mano.
Ese quipu le da el sistema de periodificación calendárica para ver el tiempo,
espacio, momento de la siembra, una periodificación que los europeos no
entendían. Pachacútec es uno de los más grandes filósofos que hubo en el
antiguo Perú y no se le reconoce, ¿por qué razón?, porque la idea de filósofo
es la europea. Otro filósofo es Manco Cápac, que reflexiona sobre el proceso de
vaticinio y el concepto de verdad y mentira y el fracaso de la verdad.
-¿Pero Manco Cápac no es un mito?
Eso es lo que dicen todos los estudios. Hay incas que le llaman
míticos porque la fuente documental no los registra. En Santa Cruz Pachacútec
sí están las oraciones de Manco Cápac. Los filósofos podrían ser los yuyarunas,
“el que piensa”, pero en Huarochirí se llamaban checa, que hacían vaticinios
basados en un sistema calendárico, igual que los europeos.
-¿Queda algo de eso?
Lo que ocurrió aquí es que los registros posteriores coloniales
han ido desvirtuando el original en el afán de proponer un catecismo, una
evangelización destruyendo huacas. Han cambiado sus sentidos y uno se da cuenta
de eso cuando los coteja con las fuentes manuscritas primigenias. Ahí reside el
valor de la reflexión de los antiguos sabios del Perú.
El dato
·
El autor. Es profesor de la Universidad Villarreal y La Cantuta.
Anteriormente ha publicado Presentación de Juan Yunpa (1994), Mito y
racionalidad en el Manuscrito quechua de Huarochirí (1995) y Epistemología.
Selección de lecturas (2007).
Edición impresa del miércoles 12 de octubre 2016.
martes, 11 de octubre de 2016
Antonio Melis, In memoriam
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Lima, 1994. Simposio Internacional José Carlos Mariátegui. Roland Forges, Antonio Melis y Sara Beatriz Guardia. |
Antonio Rengifo Balarezo
rengifoantonio@gmail.com
ntonio Melis (1942-2016), crítico literario y profesor de
literatura hispanoamericana de la universidad de Siena, fue quien consagró a
nuestro Mariátegui como el primer marxista de América en su ensayo «J. C.
Mariátegui primo marxista d'America»,
publicado en Crítica Marxista, revista teórica del Partido Comunista Italiano,
marzo-abril de 1967.
Desde aquella fecha, el mismo, consagró varias décadas de su
existencia a la investigación y difusión de la obra mariateguiana. Sus contribuciones son fundamentales. Así
como Melis en Italia, hay mariateguistas en todas partes, hasta en la China;
pero, de todos ellos, emerge la figura de Antonio Melis como el primer
mariateguista extranjero del mundo. Esto
me permito afirmarlo porque él ya no está entre nosotros y no hubiera sido de
su agrado. Pues, era un hombre de una sencillez elegante. (Valga el oxímoron).
Un infarto cardiaco segó la vida de Antonio Melis el domingo
7 de agosto en La Paz, Bolivia, víspera de la inauguración de las XII Jornadas
Andinas de Literatura Latinoamericana (JALLA).
¿Quién le presentó a Mariátegui?
Ahora es oportuno saber cómo se produjo el acercamiento de
Melis hacia Mariátegui o, mejor dicho, quién se lo presentó. El propio Melis
nos informa, fue el poeta peruano Xavier Abril de Vivero (1905-1990), autor de
Poesía soñada. Xavier sabía que la obra y la vida de Mariátegui seducen a las
personas sensibles; más aún a un jovencito como Melis. Tal vez le auguró una
relación entrañable con Mariátegui diciéndole: Mariátegui será más amigo tuyo que mío.
Melis había contraído una «deuda inmensa» con Xavier Abril
hasta que por fin decidió liberarse.
Pongamos atención a lo que dijo:
Escuché por primera vez sus palabras en los Sesenta, cuando
era estudiante en la Universidad de Padova y mi profesor de Literatura
Hispanoamericana, el conocido vallejista Giovanni Meo Zilio, lo invitó a dar
una charla a sus alumnos. De 1965 a 1967 tuve el privilegio de trabajar a su
lado en el IstitutoIspanico de la Universidad de Firenze, dirigido por el gran
hispanista OresteMacrí, junto con el ya recordado Meo Zilio, con el traductor
de Vallejo, Eguren y Belli, Roberto Paoli, y con Giuseppe D’Angelo, quien más
tarde fue un excelente agregado cultural de Italia en el Perú, durante el
gobierno presidido por Velasco
Alvarado.(http://www.pacarinadelsur.com/home/brisas/1047-el-enigma-de-xavier-abril-un-caso-de-damnatio-memoriaehttps://hawansuyo.com/2016/08/17/el-enigma-de-xavier-abril-un-caso-de-damnatio-memoriae-antonio-melis/)
La «deuda inmensa» de Melis con Xavier Abril no fue
únicamente por haberle presentado a Mariátegui; sino también por haberse
encontrado con el mismo Xavier Abril; poeta de su aprecio y silenciado en el
Perú, a pesar de su gran calidad estética. Le dedicó un esclarecedor estudio;
que, por lo valioso, es ejemplo de cómo se hace una crítica literaria.
Aparte de Xavier Abril y de la propia sensibilidad personal
de Melis, el otro influjo fue el contexto histórico que le tocó vivir; ya que
estuvo envuelto por la atmósfera de sensibilización y expectativa ocasionada
por la Revolución Cubana en la década del 60, la rebelión juvenil de los
universitarios parisinos del año 1968 y por la Revolución nacionalista del Perú
en la década del 70.
Melis llega al Perú
Melis llega al Perú por primera vez en el año 1970. Otros italianos también fueron atraídos al
Perú: el diplomático Giuseppe D’Angelo, como ya lo mencionó Melis y la
napolitana Laura González del Castillo. Laura había pertenecido al partido
comunista italiano y era traductora de la editorial Feltrinelli; la versión
italiana de los textos del Che Guevara es obra suya.
Melis en el Perú fue un enamorado afortunado de José Carlos;
puesto que fue un enamorado consentido por la familia. Estableció una relación fraterna con su
paisana Anita Chiappe Vda. de Mariátegui y con sus hijos. En sus estancias limeñas se alojaba en casa
de Javier Mariátegui. La familia puso a
su disposición el archivo personal de José Carlos y su editorial.
Melis asumió la tarea
de organizar, anotar y prologar la correspondencia de Mariátegui. En dos viajes a Lima culminó su loable tarea. A la compilación de cartas habían contribuido
varias personas y, por supuesto, la familia.
En los finales de su trabajo, Melis se había detenido; no encontraba
datos referidos a Néstor Martos para la sección Noticias
bio-bibliográficas. Estaba algo agotado
del esfuerzo, quería terminar cuanto antes; pero no podía y, como última instancia,
me pregunta: «tocayo, ¿tú sabes algo?»
Sonriendo, le respondo: «la solución está al alcance de tu mano. ¡Es el
papá del poeta Marco Martos!» En septiembre de 1984 ocurrió el alumbramiento de
Correspondencia de José Carlos Mariátegui
en dos tomos, bajo el sello de la Empresa Editora Amauta S.A.
Melis en Lima estableció una cordial relación con otro
antiguo e insigne enamorado de Mariátegui: Guillermo Rouillon Duharte (1917-1978). Como sabemos, Rouillon, pese a sus
limitaciones económica, se consagró a elaborar su monumental biografía de
Mariátegui. Con todo derecho, Rouillon
es el biógrafo de Mariátegui por antonomasia.
Sin embargo, no ha tenido en nuestro país el debido reconocimiento. Para suplir la calamitosa omisión, Melis
desde Italia le envía una nota el año 1992 a la señora Armida Picón Vda. de
Rouillon:
A casi treinta años de su primera aparición, La Bio-bibliografía de José Carlos Mariátegui de Guillermo Rouillon, sigue representando un punto de referencia imprescindible para los mariateguistas de todo el mundo. Cuando en 1989 apareció el N°1 del Anuario Mariateguiano, la redacción se propuso, entre otras cosas, reanudar ese inestimable trabajo. Pero sería injusto olvidar su monumental biografía de Mariátegui. Guillermo llegó a ver impresa, por su desaparición prematura, solamente el I tomo de su empresa. Ya he expresado, en su momento, mi apreciación por esta tarea inspirada por su profunda adhesión a la figura de José Carlos. En esta oportunidad quiero destacar sobre todo la larga correspondencia con su autor durante la elaboración del II tomo. Sus cartas de esos años, dirigidas a conseguir toda la información posible sobre los personajes conocidos por Mariátegui durante su estadía en Italia, son un testimonio de su estilo de trabajo acucioso. Restituir al público de los investigadores de la obra mariateguiana el fruto de su indagación larga y amorosa, no es sólo un aporte a los estudios. Es, en primer lugar, un acto de justicia hacia un intelectual lejano de las modas y del oficialismo y animado por una búsqueda apasionada de la verdad. (Mariátegui, suscitador de peruanidad. Guillermo Rouillon Duharte. Prólogo, selección y notas: Guillermo Yucra Moreno. Lima: Fondo editorial de Universidad Nacional Mayor de San Marcos, julio del 2013, p. 239).
Para Guillermo Rouillon no pasó desapercibido el libro de
Melis, José Carlos Mariátegui: vanguardia
política y vanguardia artística. Se publicó en Milán el año 1975. La reseña
de Rouillon apareció en la página editorial del diario El Comercio de Lima el
19 de noviembre de 1975. Entresacamos un párrafo:
(…) Esta selección viene precedida de un medular y básico
prólogo, en el cual el autor hace un profundo y original análisis de la
evolución artística y literaria de Mariátegui que, desde luego, se halla
íntimamente vinculada con el desarrollo de su vocación ideopolítica (…)
He obviado el itinerario mariateguiano de Melis; pero, quien
quisiera seguirlo puede consultar el ensayo del sociólogo peruano y
sanmarquino, Carlos Arroyo: La parábola mariateguiana de Antonio Melis.
Antonio, concluyo este breve recordatorio con un brindis,
música y una frase tuya. Como tú sabes, a principios del presente año, te envié
una nota en la que te decía: «si alguna vez fuera a Italia quisiera hacer un
brindis contigo con el vino que le gustaba a Mariátegui: el dulce y rubio vino
de Frascati». Me respondiste: «disculpa tocayo que te desilusione; pero no es
de los mejores vinos». Ahora, con tu
respuesta, entiendo más a Mariátegui; ¡en esa época estaba enamorado y todo
para él tenía sabor a Gloria! Tocayo, te
digo que estando contigo cualquier vino tiene sabor a Gloria! Escuchemos el cassette que me obsequiaste —en tus primeras venidas
a Lima— para que
apreciara tu hijo, integrante de una banda de rock. Finalmente, la frase muy tuya y rotunda: la cultura siempre es roja.
¡Hasta luego, tocayo!
sábado, 8 de octubre de 2016
Enrique Dussel: “La filosofía europea no es universal”
Por: Steven Navarrete Cardona/ Ciudad de México
Tomado de: El Espectador.
El filósofo Enrique Dussel explica la apuesta a la descolonización del conocimiento en América Latina como una salida a la crisis medioambiental actual.
Enrique Dussel es profesor en el Departamento de Filosofía en la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Iztapalapa (ciudad de México) y
licenciado en filosofía de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza
(Argentina), país del cual tuvo que salir exiliado en 1975.
También
cuenta con un doctorado en filosofía de la Universidad Complutense de Madrid,
un doctorado en historia en La Sorbonne de París y una licencia en teología en
París y Münster.
En
entrevista con El Espectador, en Ciudad de México, habló de cómo la tecnología
no ha podido encontrar una salida concreta a la crisis ambiental.
Hablemos
de lo que significa descolonizar el pensamiento, una idea que usted y el
Grupo de investigación modernidad/colonialidad han venido impulsando en las
academias de América Latina y el mundo.
Ahora
tiene más actualidad que nunca lo que comencé a escribir hace 40 años. Pero al
mismo tiempo, gracias a Aníbal Quijano y a otro grupo de profesores en Estados
Unidos y en otros países, este tema de la descolonización epistemológica ha
tomado mucha fuerza. Creo que nuestra problemática empieza a tocar eso que se
llama ‘pensamiento universal’, que es el eurocentrismo pero ahora globalizado.
Hemos empezado a poner nuestras preguntas a un nivel mundial, lo que nunca
había acontecido, éramos una periferia intelectual de segunda. Nuestros
filósofos de la U. Nacional y sobre todo de la universidad de los Andes siguen
repitiendo a los europeos como Heidegger y Habermas. Yo conozco y conocí
personalmente a muchos de estos filósofos europeos que hemos endiosado en las
academias, pero en la actualidad pensamos más allá que ellos y planteamos
problemas que no pueden dimensionar porque no tienen la experiencia y porque se
han encapsulado en un provincialismo que ya debe quedar en el pasado.
¿Por
qué cree que la apuesta por la descolonización del conocimiento está tomando fuerza
en las academias de filosofía del mundo y está quitándole terreno a la
filosofía analítica y otras tendencias?
La
filosofía analítica es una filosofía del lenguaje, formalista. La misma escuela
de Frankfurt ya habían realizado una fuerte crítica a su repetición de lo real
pero fetichizado, moviéndose hacia un pensamiento abstracto que puede ser dicho
en cualquier lugar y no vale para ninguno en concreto, lo que resulta en una
generalización. Leer el trabajo de Karl-Otto Apel me permitió hacer una crítica
a la filosofía analítica. Ha sido un diálogo largo con él, maestro de
Habermas. Allí capté muchas cosas que me faltaban y ese diálogo me resultó muy
provechoso. De igual forma ellos ya habían caído en un cierto formalismo
eurocéntrico del cual no han salido, mientras que nosotros hemos avanzado
mucho más en en diversos temas.
Entonces,
¿la apuesta de la descolonización epistemológica está tomando fuerza debido a
que se da cuenta de la realidad práctica ?
Hacia
1969 e inicios de 1970 Salazar Bondy hizo una pregunta crucial ¿es posible una
filosofía en América Latina? y respondía ‘no, porque somos colonia’. A ello se
le sumó la respuesta del mexicano Leopoldo Zea quien dijo; ‘no, porque la
filosofía es universal y siempre se practicó’. En este debate terció la
Filosofía de la Liberación que afirma que desde luego siempre existió una
filosofía latinoamericana, pero nunca fue reconocida mundialmente y los
filósofos latinoamericanos en muchos casos no aparecen en la historia de la
filosofía universal. La filosofía Europea no es universal. Empezar a pensar en
estas condiciones y cómo librarnos de esa situación de periferia, -para usar
los términos de aquellos años de centro periferia de la teoría de la
Dependencia- es empezar a pensar de otra manera.
¿Cuál
es la finalidad de la apuesta por la descolonización epistemológica?
La
crítica al eurocentrismo va a ser que los europeos se descubran a sí mismos. No
sólo que descubran el ‘Sur’, sino que examinen el papel que ha cumplido Europa
en la modernidad. También va a impulsarles a tomar conciencia de que muchos de
sus inventos vienen de Asia y Oriente. Ellos quieren ayudar a los países que
fueron sus colonias y que hoy están en crisis pero invierten el 1% y sacan el
99% en el intercambio desigual del capitalismo. La tasa de ganancia tiene que
dejar de ser el criterio de racionalidad, tenemos que pasar a criterios
cualitativos, a criterios tales como si las personas viven mejor. Esa ‘no
conciencia’ de ser el sujeto de dominación junto a grandes descubrimientos tecnológicos
de la modernidad que también tocan su límite ecológico, están liquidando a la
humanidad. Por eso Walter Benjamín habla de la necesidad de usar el ‘freno de
emergencia’, pero no hay freno, ni siquiera la tecnología lo ha descubierto
porque el capitalismo no tiene freno, el aumento en la tasa de ganancia es
infinito, además los que acumulan capital nunca estarán saciados.
Háblenos
un poco más de la modernidad…
La
modernidad está llegando a su límite de destrucción de la vida en la tierra y
generando una desigualdad gigantesca. Eso es eurocentrismo porque creen que han
construido una gran civilización. En parte sí, pero fue algo que empezó en
China y en el mundo Árabe, como lo evidencian las matemáticas y los vestigios
de revolución industrial en China mucho antes que en Inglaterra. Además, los
europeos dependen de Asia y no lo reconocen. Por supuesto en Asía también hay
otras formas que están aniquilando el mundo, como el estanilismo chino que ha
superado en producción a los Estados Unidos causando igual o más daños
ecológicos con su modelo de producción.
¿Por
qué nunca usa el concepto de ‘posmodernidad’?
La
crítica es a la modernidad. La posmodernidad es una etapa última de la
modernidad. Desde que surgió la idea de lo posmoderno, yo realicé una fuerte crítica
pues es una apuesta eurocéntrica. El mundo nunca vivirá ‘la condición
posmoderna’ porque desapareceríamos antes por situaciones ecológicas, si
viviéramos el mismo estilo de vida de Europa necesitaríamos otro planeta para
sustentar nuestro estilo de vida. De lo que se trata es de ir más allá de la
modernidad, en una nueva edad del mundo, que va a ser poscapitalista y
ecológica. El pensamiento decolonial va a redescubrir Europa, por ello hay que
pensar en una nueva sociedad, la palabra socialismo le queda muy chica.
Entonces,
¿qué modelo propone?
Una
nueva edad a la que quizá la palabra socialismo le queda muy chica, ya que
hemos visto que también es antiecológica y no contempla la liberación de la
mujer ni la naturaleza, ni el respeto a los ancianos. Marx sí, pero no el
socialismo. Debemos construir una nueva visión y a eso le llamo
‘transmodernidad’, no posmodernidad. Se trata de un debate que dio Bolívar
Echeverría quien decía que teníamos que impulsar una modernidad sin
capitalismo. Pienso que tenemos que ir más allá de la modernidad y del
capitalismo que es la economía de la modernidad. No se puede ir más allá del
capitalismo sin ir más allá de la modernidad, el marco categorial moderno es el
problema, ya que sustenta una economía devastadora.
Algunos
de los gobiernos latinoamericanos se encuentran en un tremendo dilema: ahogarse
en los préstamos internacionales o crecer económicamente usando los recursos
naturales que existen en sus territorios ¿cuál es su opinión?
En
mi último libro ‘16 Tesis de Economía Política’,- publicado por la editorial
Siglo XXI Editores- lo que muestro es que no una hay alternativa sino que
existen muchas. El capitalismo va a terminar porque nada es eterno, pero no hay
que señalar de inmediato qué alternativa ya concluida y fija se tiene a la
mano. El capitalismo surgió contra el feudalismo y ni siquiera sabían lo que
estaban haciendo. Nunca una alternativa tiene un sistema explícito, ni siquiera
el socialismo, puesto que como vimos, era mucho más racional que el capitalismo
y quería producir mucho más deformando las ideas de Marx. Por supuesto el
mercado tampoco es la solución.
Algunos
críticos han señalado que buscar en siglos pasados la solución al presente en
otras realidades sería algo contradictorio a la apuesta de la descolonización.
¿Usted qué piensa?
La
teoría surge de la praxis, y la praxis va por tanteos. Sí voy por una calle y
si no tiene salida. La vida fue evolucionando sin un proyecto, no era
teleológica sino que construía criterios. No ha habido un proyecto teleológico
implícito en las macromoléculas del universo para producir la vida. Todo ello
fue pasando. Lo que sí puedo hacer es criticar con vehemencia al
sistema actual y sus límites que se han vuelto peligrosos porque van hacia la
extinción de la especie humana. En ese sentido Bolivia es el país más
interesante hoy, porque las comunidades indígenas no han perdido sus
tradiciones, estuvieron antes de la modernidad, durante y estarán después de la
modernidad. Tienen criterios ejemplares como el respeto a la naturaleza, que es
una actitud metafísica y ética que hay que recuperar.
Europa
tiene en su mismo corazón grandes pensadores críticos, y la crítica decolonial
no se trata de rechazar lo que hicieron en Europa sino saber quiénes
hicieron la crítica a la modernidad, cómo se transforma en pertinente, y cómo
puedo desarrollarla. No es descartar todo lo logrado por Europa. De cada
civilización tomemos lo fuerte, lo interesante, lo crítico y lo desarrollaremos
en la situación actual.
¿Desde
qué época se puede rastrear la crítica a la modernidad y la filosofía
Latinoamericana en nuestro continente?
Por
ejemplo en el año 1514, Bartolomé de las Casas realizó una fuerte crítica
a la violencia contra los indígenas, lo que se convierte en una crítica a la
modernidad misma, un siglo antes de la producción filosófica de Hobbes y Hume.
De las Casas es tan sólo uno de los ejemplos de los hombres que ya sentaban su
pensamiento en el siglo XVI y que se anticipaban a la modernidad. Lo que pasa
es que este siglo desapareció de la historia que se ha hecho hegemónica con las
obras de Hobbes, Hume y Kant, y lo que paso en el siglo XVI no se
estudia.
Entonces,
la primera tarea epistemológica es repensar el largo siglo XVI cuyo centro fue
España y la primera experiencia fue América Latina, esto quiere decir que
nosotros somos la otra cara de la modernidad desde hace cinco siglos.
¿Pero,
incluir y aceptar en pleno esas categorías ‘impuestas’ no sería desconocer la
variedad de modos de producción que conviven en América Latina en una misma
espacialidad y temporalidad?
En
América Latina hay una elite criolla y moderna, además racista como dice Aníbal
Quijano, pero colonial de todas formas. Bolívar en la Carta de Jamaica se
pregunta ¿quiénes somos? y no sabe responder porque él es blanco criollo. Sí
usted le hace esa misma pregunta a un indígena, sí sabe que responderle porque
ha estado desde hace miles de años siempre. Bolívar pertenece a una elite,
modernizada blanca y colonial, entonces lucha contra la colonialidad a medias,
políticamente crea el estado y los demás aparatos pero no se da cuenta de todo
lo que hay que descolonizar como la ciencia, la ideología, la economía. El
pensamiento latinoamericano ha puesto grandes preguntas de significación
mundial, nuestros libros han sido traducidos a todas las lenguas, ahora pensamos
y ya cuando decimos algo nos miran con respeto.
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