miércoles, 23 de diciembre de 2020

EN TORNO A LA FILOSOFÍA AMERICANA Y LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL

 


En memoria de Juan Carlos Scannone, sj

I

Muy buenas tardes, los saludo desde Lima, Perú, agradeciendo la invitación para participar en la presentación del libro: Filosofía Americana y Educación, coordinado por nuestro querido filósofo Pablo Aguzín y publicado bajo los auspicios de la Fundación Ross y la Universidad Nacional de Rosario y presentado hoy bajo la cobertura de la Universidad de Buenos Aires. Disertaré en estos 15 minutos las perspectivas de la interculturalidad en la filosofía americana y su impacto en la Educación, sobre todo, tomando el caso del Perú, uno de los países con mayor diversidad cultural en el sur de nuestro continente.

Para entender el proceso de interculturalidad y «sus orígenes como problema», me valdré del pensamiento conservador acerca de nuestros pueblos originarios. Se sostiene que el aporte principal de España a Hispanoamérica fue la lengua (el castellano) que «reemplazó» las 4,500 lenguas hablados por «tribus», «pueblos» e «imperios». Nuestra población originaria, «Como no se entendían, vivían muchos siglos entregados al pasatiempo (sic) de matarse». Este discurso de justificación colonial busca legitimar la premisa que «fuimos invadidos porque culturalmente éramos inferiores» y que España nos trajo la cultura, la religión, unificó sus idiomas en uno solo y que debíamos sentirnos orgullosos de ser descendiente de «los pueblecitos de la península» y de la «madre patria».

El sometimiento colonial de nuestros pueblos modificó el orden económico europeo, basada en una economía de expoliación y saqueo, generó prosperidad sobre la base de dicho dominio del «Nuevo Mundo», lo que Karl Marx denominó la «Acumulación originaria del Capital». Detrás del endeudamiento para financiar la invasión estuvieron las grandes casas predecesora de los bancos Borgia y Habsburgos, Casa Austria representada por Jacob Fugger. La cantidad de oro prestado fue fabulosa, su devolución aún más grandiosa en ganancias. El secuestro del Inka Atahuallpa y la solicitud de su rescate en oro, tiene su explicación en el pago de la deuda contraída por Carlos V con un plazo de ocho años.

La invasión al Nuevo Mundo produjo un etnocidio indescriptible sobre todos nuestros pueblos originarios. Esto fue testimoniado por religiosos que testimoniaron el sadismo y la criminalidad de las tropas castellanas para asesinar mujeres, niños y ancianos. El obispo de Chiapas, Bartolomé de las Casas, escribió La destrucción de las Indias denunciando todos los abusos que cometieron sus compatriotas, se preguntó cómo iban a catequizar en el Nuevo Mundo si mataban a todos. Aunque la solución al problema fue su solicitud que se trajeran esclavos africanos.

La invasión hispana fue resistida activamente desde el primer momento. Caciques Caribes y Kurakas andinos constantemente se han rebelado y preservado la cultura, costumbres e idioma. ¿Cómo se explica que una reducida pandilla de hispanos pudiera vencer a millones de tropas nativas? Fue porque tuvieron como aliados políticos y militares a otros pueblos originarios, quienes les sirvieron de «mesnadas» en los campos de batalla para derrotar la resistencia. Ésta en Perú fue liderada por Manco Inka en 1536 y subsistió en Vilcabamba hasta 1571. Estos Inkas no quieren ser parte del dominio colonial español, por eso es que se habla de «República de indios» y «República de españoles», dos mundos contrapuestos coexistiendo, compartiendo el mismo espacio con sistemas comunicativos, sociales, económicos, culturales, rituales opuestos y son excluyentes.

La situación del poblador originario se discutió en la Junta de Valladolid: ¿eran seres humanos?, ¿Tenían derechos a preservar sus propiedades y formas de gobierno? ¿era necesario preservarles sus ritos y creencias autóctonas? El ius gentis se convertía en la herramienta jurídica en el caso de condición de la humanidad del «indio» y su nacimiento como «sujeto subalterno». La condición de su subalternidad fue debatida al situársele como parte de la encomienda, que debiera ser perpetua, ya que formaba parte de los dominios coloniales adquiridos.

La resistencia al dominio colonial se expresó en la preservación de la sabiduría alcanzada en matemáticas, medicina, astronomía, fitogenética, moral y organización social. Su forma más elevada fue la preservación del idioma originario. Éste constituye la representación de la realidad en el pensar. Tanto cultura como idioma no se pueden separar. La administración colonial mediante los concilios religiosos impuso la unificación del sistema comunicativo originario que denominaron «lengua general». Ante la diversidad de lenguas se impusieron el chinchaysimi (quechua) y aymara, lo que ocasionó una lenta extinción de las demás. Aunque la lengua castellana fue hegemonía, el uso de nuestras lenguas vernáculas perduran en el tiempo. Nuestras lenguas autóctonas están relacionadas a la condición de pertenencia y diversidad.

La interculturalidad es aquella que reconoce la diversidad idiomática y su preservación como elemento de pertenencia de propia cultura y nación. Cuando hablamos de filosofía de la educación e interculturalidad, lo primero que hay que analizar son las secuelas del proceso del dominio colonial, para comprender sus formas encubiertas que se adoptan en las políticas de Estado donde persiste mediante la mentalidad colonial.  

Las políticas interculturales en América Latina, sobre todo es el Perú, se hacen basadas en esta idea de que el progreso implica la automática destrucción de nuestros idiomas originarios. Hay la necesidad de preservar nuestras lenguas, detrás de cada lengua originaria hay un universo de sabidurías que hace implícita su rescate y puesta en valor.

Por eso que cuando aplicamos una política educativa intercultural, lo primero que vemos son los principios programáticos de inclusión, si las bases encubren una destrucción imponiendo una lengua extranjera o una lengua que no es la propia, entonces estamos actuando colonialmente y de eso depende mucho de cómo entendamos interculturalidad.

II

La filosofía intercultural como «novedad reflexiva» parte del enunciado que existen diversidad de culturas que han producido peculiares pensamientos y reflexiones, y que existe posibilidad del entendimiento entre diversas culturas filosóficas.

Se considera dentro de la filosofía intercultural que todas las sociedades y culturas humanas han desarrollado sus propias reflexiones, han dado explicación al origen y estructura del mundo, a la naturaleza del hombre, y, han determinado las cualidades de lo existente.

Desde el antecedente del territorio americano las filosofías que abarcan lo intercultural, determinan principios que es necesario tomar en cuenta:

1.     La consideración de “geo-cultura” propuesto por Rodolfo Kush, implica nuevos rumbos para la filosofía como “universalidad”. Hay reflexión fuera de la tradición dominante europea, también como el conflicto de tradiciones que ubican fuera del espacio reflexivo eurocéntrico y plantean las propias condiciones.

2.     La filosofía como «universalidad liberada». Reconocimiento del saber intercultural. Universalizar no significa expandir la hegemonía y dominio de una sola tradición, sino el dialogo y reconocimiento de otras reflexiones.

3.     Transformar la filosofía intercultural legitimando las memorias culturales liberadoras, transformar la filosofía para liberarla.

4.     Renuncia a toda postura reduccionista de la filosofía, a operar bajo un modelo único teórico-conceptual que sirva de marco interpretativo exclusivo para realidades distintas.

5.     Descentrar la reflexión filosófica de todo centro hegemónico y dominador: «liberar a la filosofía de las amarras de la tradición europea». Someter a crítica severa la vinculación dependiente (mentalidad de «sucursal») exclusivismo que asignó como no-filosofía a cualquier otro centro cultural distinto al europeo.

6.     Apertura de un espacio Inter discursivo en la forja de una «identidad filosófica» como parte de su universalización del pensamiento.

7.     La filosofía intercultural representa una universalidad filosófica bajo la unidad de pertenencia a la cultura originaria, apartada de la historia europea como parámetro para evaluar otras culturas.

8.     Requiere romper el límite de la monocultural a la intercultural como dialogo y reconocimiento «del otro».

Desde las propuestas de Franz Wimmer, Raúl Fornet-Betancourt, se fundamenta la presencia de la etnofilosofía, filosofía de los pueblos originarios que pueden compararse como reflexiones originales y profundas.

III

La filosofía intercultural y educación asumen dos condiciones históricas bajo la secuela de la colonialidad. Primero: Los idiomas de los pueblos originarios ha resistido a lo largo de siglos, a pesar de políticas educativas orientadas a su exterminio como sabiduría ancestral. Segundo: toda pedagogía aplicada desde la época colonial hacia adelante es propiamente una pedagogía para cautivos, es decir, la esencia del programa educativo está ligado al sistema del dominio que se nos ha impuesto.

Usualmente, las políticas educativas interculturales revelan estrategias para consolidación de un Estado poscolonial que excluye a los propios pueblos originarios y apuesta o está en su programa como política de estado la lenta desaparición de nuestros pueblos originarios, su cultura y su idioma. Por eso el diseño del currículo escolar se centraliza en la enseñanza hegemónica de la cultura occidental, sin desmerecerla, pero causa la lenta extinción de nuestra propia cultura. Persiste la endofobia, es decir, se odia lo propio, lo autóctono.

Somos producto de un proceso histórico colonial en la cual nuestra identidad se ha roto, se ha quebrado y preferimos siempre preservar nuestras propias tradiciones, culturas y sabidurías, respecto a una cultura exógena que no ha contribuido en mantener y respetar todas las formas de creencias y constituciones de sabiduría, la diversidad cultural representa nuestra pertenencia cultural. La cultura originaria que cada pueblo ha construido en nuestro continente nos hace diversos, las diferencias entre culturas visualizan un diálogo profundo, que permite intercambiar saberes, no es un monólogo de dominio, sino es una reciprocidad entre cada pueblo y cultura.

Bien, nuevamente les agradezco por escucharme, como educador peruano formado en la Universidad Nacional de Educación conocida como “La Cantuta” les doy mis saludos esperando que este seminario sirva para todos ustedes. Muchas Gracias.