domingo, 22 de julio de 2007
No descansada vida de Víctor Mazzi Trujillo
Tengo el agrado de presentar a nombre de la familia del poeta Víctor Mazzi Trujillo, el libro de poesía " No descansada vida" Antología poética personal y testimonio autobiográfico, publicado en Arteidea editores, que dirige nuestro amigo y poeta Jorge Luis Roncal.
Este libro póstumo es una selección de la poesía de Víctor Mazzi Trujillo trabajo realizado por el propio autor antes de su deceso, publicación realizada por iniciativa de sus hijos y familiares, con esto queremos entregar parte de su obra inédita a un publico ávido de leer poesía.
Hablar de mi padre, de su obra poética y su compromiso socialista y el Grupo Primero de Mayo, me obliga a insertar diversos discursos que trataré que guarden unidad con la presentación de este libro póstumo.
El mayor y mejor tesoro que un hijo pueda recibir de un padre sólo puede darlo la lectura, el tener a la mano los libros que permitan formar una amplia cultura, y este era el más grande y maravilloso tesoro que puede darte: coger un libro en la adolescencia y descubrir en maravillosas páginas a Julio Verne, Emilio Salgari, García Márquez, Máximo Gorki, César Valllejo, Kalil Gibran entre los que puedo recordar. Mi padre, guardó una importante colección de libros que por diversos motivos fueron destruidos. Uno de esos recuerdos que aún guardo, fue un 20 de febrero de 1977, cuando fue intervenida y recesada la U. La Cantuta, él perdió muchos libros que vendía dentro del Campus Universitario, recuerdo con mucha pena cuando mostraba a sus amigos poetas, el destrozo causado en su puesto de venta de libros, por los interventores, recuerdo mucho que guardaba un libro desencuadenado muy querido por él con la huella de una bota policial.
Podría decir que la mayor parte de su vida se dividió entre su familia, sus libros, los distintos poetas y estudiosos que lo frecuentaban y su cigarrillo negro. Recuerdo mucho verlo en largas amanecidas frente a su vieja máquina de escribir Remington rand, tecleando textos y aspirando grandes bocanadas de humo negro, escuchando en su viejo tocadiscos a Miles Davis, Duke Ellington, Glenn Miller, Cole Porter, Bessie Smith, Ella Fitzgerald. Admiraba mucho a Miles Davis, en su etapa de "Kind of Blue". Mucha de su poesía sigue ese ritmo profundo, intenso, ese "llamarse a gritos" que sale de la trompeta de Davis. También se deleitaba con el Bossa Nova, gozaba de la unión musical entre Stan Getz, Joao y Astrud Gilberto, Antonio "Tom" Jobim y Vinicius de Moraes. Al principio, a los 13 años, no los entendía, sólo escuchaba, diré que el lenguaje universal del Jazz, se asocia con distintas generaciones de intelectuales del Perú, que han dejado como herencia a la siguiente generación. A mi padre le gustaba mucho la música popular y culta, por él descubrí a Mercedes Sosa, Los Chalchaleros, Atahuallpa Yupanqui, Hermanos Castro, la canción de protesta española, sobre todo, la surgida en la guerra civil; la canción de protesta latinoamericana, Folklore ruso, a autores clásicos como Chopin, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig Van Behetoven, Brahms; también a Enrico Caruso, Mario Lanza y los tangos en la Voz de Armando Sosa. De nuestra música vernacular él compuso distintas letras de huaynos que aparecieron en Perucanta.
Con Leoncio Bueno Barrantes, Carlos Loayza y José Guerra Peñaloza Peñaloza un 07 de julio de 1956 fundaron el GIPM, este grupo inaugura un nuevo discurso estético en el Perú: el compromiso con un programa socialista en el Perú, cuyo referentes próximos son la estética marxista y el compromiso del acto creativo con sus hermanos de clase. Mucha de la poesía del GIPM apuesta por este paraíso y hasta utopía, lejos de algún " tono lamentatorio, miserabilista y sombrío de la vida". La poesía del GIPM está lejos de aquellos discursos y me parece que puede pecarse de injusta la crítica si no se lee de manera orgánica todo lo que el GIPM ha producido.
Distintas generaciones de poetas han integrado el GIPM, algunos residen en el exterior (New York, Génova, París, Caracas), muchos en el interior del país (Piura, Tacna, Junín, Ancash, Cusco, Puno, Arequipa) y uno de sus miembros, Eduardo Ibarra Sánchez, sufre exilio. Otros han fallecido, entre estos; Carlos Olivera, Wilfredo Rodríguez, José Guerra Peñaloza y, recientemente, Jorge Bacacorzo. Aparte también quiero referir a los poetas extranjeros que pasaron por el Perú y que dejaron lazos de hermandad con el GIPM, entre ellos Elvio Romero (Paraguay), Roberto Santoro, José Antonio Cedrón y Jorge Alejandro Boccanera (Argentina), Fernando Castillo (Colombia) entre otros.
En estos 50 años, la mejor manera de homenajear al GIPM es volver a publicar de manera orgánica toda la obra de este grupo.
Quiero terminar este testimonio narrando que la obra de mi padre está bien conservada y hay muchos escritos inéditos que serán publicados próximamente, No descansada Vida, que hoy presentamos en la XXVII Feria del Libro Ricardo Palma, es el primer texto póstumo que apertura la divulgación de la obra de mi padre.
Quedo muy agradecido de ustedes que han asistido a esta presentación y espero seguir publicando la obra poética de Víctor Mazzi Trujillo.
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