miércoles, 31 de diciembre de 2008

SOBRE LA INCONMENSURABILIDAD EN LA EPISTEMOLOGÍA CONTEMPORÁNEA

El siguiente artículo refiere a como se adoptan o rechazan teorías científicas de acuerdo al marco desde donde se las construyen: cuando dos o más teorías compiten en representarse como verdaderas ante un experimento o un hecho que se trata de explicar, surge el problema de inconmensurabilidad.
Este problema fue abordado por Thomas Kuhn cuando sostiene que cuando un nuevo paradigma desplaza al anterior se produce incompatibilidad entre ambas. Paúl Feyerabend refiere al problema como diferencia entre los lenguajes científicos, alude a una “inconmensurabilidad de lenguaje” en las anteriores teorías; puede comprenderse que una teoría se representa como verdadera, es porque la decisión sobre su elección operan criterios de objetividad y consenso. Willard Quine rechaza el criterio de inconmensurabilidad y adopta el criterio de “indeterminación de la teoría” (o relatividad ontológica).
Estos argumentos, si bien indican pretensión de validez, sirven para justificar el criterio de elección de teorías, aunque no queda claro cuál es el criterio legitimador por la cual hacemos válida una elección de teoría.
¿Qué ocurre cuando un científico adopta una construcción teórica que desplaza a otra igual y diferente? Esto conduce al problema de elección de teorías, partiendo de la premisa que no existe un solo enfoque (monismo metodológico) sino que hay una competencia de distintos enfoques y todos igualmente válidos (Pluralismo metodológico).
La aceptación del criterio de “inconmensurabilidad” repercute el criterio monista de la verdad en ciencia, la racionalidad de la ciencia se ve contaminada por un fuerte relativismo que varia, modifica y altera los presupuestos metodológicos de legitimación de teorías científicas.
En el desarrollo de este artículo nos proponemos desplegar algunas respuestas a las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son los fundamentos filosóficos que sustentan la evolución del conocimiento científico? ¿El lenguaje científico y su inconmensurabilidad impiden una correcta elección de la teoría científica? ¿La concurrencia de distintas teorías científicas para explicar un hecho genera incompatibilidad de verosimilitud en la ciencia?


I. Referencia de la argumentación
La etimología del término 'inconmensurable' proviene del latín: “Committo”, unir, juntar, reunir, y se deriva como “commettit” = comparar, y es definido como comparable o equiparable, por añadidura, aquello que tiene medida común. “Incommettit”, puede definirse como sin comparación, o “incomparàbilis”, no equivalente, sin medida común. Los primeros[1]
en plantear el problema fueron los antiguos μαθήματα pitagóricos para expresar las relaciones entre la diagonal y el lado de un cuadrado, cuando este último vale la unidad. Al comparar las longitudes era imposible relacionarlas según proporciones expresables en números enteros o en fracciones, es decir, según números "racionales". La diagonal de un triángulo contiene un valor asimétrico respecto a dos catetos de valor simétrico. El teorema de Pitágoras establece que el valor de dicha diagonal es equivalente a la raíz de 2.
El problema surgió cuando los Pitagóricos no conocían ningún número cuyo cuadrado resultara un valor numérico dos, decidieron llamar a este valor άλογος (“sin habla”, “sin discurso”, “sin juicio”, “sin razón”), hoy se le conceptúa como número “irracional”.
La resolución de este problema planteó la necesidad de llevar el teorema de Pitágoras a fundar un nuevo sistema para explicarlo fuera del sistema de los números enteros y positivos. No existe un número exacto cuyo exponencial elevado al cuadrado, resulte dos. Fue el estagirita Aristóteles, quien resumió la argumentación pitagórica cuando afirmó que: “La diagonal tiene que ser asimétrica (inconmensurable) porque en caso contrario los números pares serán iguales a los impares simétricamente dispuestos” [2] Esta demostración, nos lleva a la necesaria reflexión sobre la irracionalidad de la diagonal del cuadrado, implicó la refutación a la determinación del esquema pitagórico que las cosas son números y los números se conciben como enteros y positivos, el valor de la diagonal no se puede determinar, porque no puede reducirse a un número entero. La idea de la armonía y la proporción exacta pitagórica, quedó expuesta a una comprobación que implicaba una excepción. En oposición a la determinación del número entero, se recurre a una condición de infinitud, que implica inexactitud, condición paradójica cuando no puede establecerse como medida comparable, a pesar de contener dos unidades asimétricas como números enteros.
Aquí la unidad numérica queda expuesta a una condición de indeterminación, no puede encontrarse un resultado partiendo de números enteros positivos. Fue Eudoro de Cnidos, a partir de esta doctrina pitagórica, quien creó luego la teoría de las proporciones que hoy equivale a la moderna teoría de los números reales.
En el siglo XX, la física cuántica, denominó “inconmensurable” a dos magnitudes, cuando es imposible medirlas simultáneamente, es decir, cuando entre ellas existe una relación de indeterminación (principio de Heisenberg/Schrödinger) que impide medir a la vez, el impulso o velocidad de una partícula elemental y el lugar en la que se encuentra.
II: inconmensurabilidad y paradigmas.
La discusión actual en el campo filosófico sobre la inconmensurabilidad se inicia con la publicación de La estructura de las revoluciones científicas. El argumento de Thomas Kuhn
[3] es que a lo largo de la evolución de las ciencias se van sucediendo continuos y profundos cambios en la forma de comprender y estructurar diferentes teorías, que resulta imposible compararlas con conceptos ya establecidos. Este argumento conduce a la conclusión que entre diferentes teorías existe la misma imposibilidad de comparación, respecto a los valores de verdad y falsedad en las que se representan; lo que impide determinar algún sistema numérico como reducible a proporciones de otros sistemas, (caso muy parecido a lo que dio lugar a la creación de los números irracionales). Estos cambios ocurren cuando en la investigación científica se emplean y crean nuevos métodos bajo distintos criterios de racionalidad, las cuales no son reducibles en los sistemas anteriores.
En un primer momento Thomas Kuhn, definió"paradigma" como la constelación de creencias, valores, técnicas que comparten los miembros de una comunidad dada y por otra parte denota una especie de elementos de tal constelación, las concretas soluciones de problemas que, empleados como modelo o ejemplos pueden reemplazar reglas explicitas como base de la solución de los restantes problemas de la ciencia normal.
Gráfico Nº 1: Thomas Kuhn: Esquema de una revolución científica.


La idea de paradigma hace surgir una “comunidad científica” (El conjunto de teorías, reglas, metodologías que comparten los miembros de dicha comunidad), y, a la inversa, una “comunidad científica” consiste en los miembros que comparten una idea científica. (Un paradigma es un modelo o patrón aceptado por los científicos). Si bien es cierto, pensó Kuhn que todo paradigma es una realización científica universalmente reconocida, que durante cierto tiempo, proporciona modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica, ante las distintas críticas[4], Kuhn introdujo la definición de paradigma como “matriz disciplinar”. Esta matriz contaría con los siguientes componentes: 1) Generalizaciones simbólicas: son la componente formal del lenguaje científico común; por ejemplo, afirmaciones formuladas en forma de leyes (como las leyes exactas de la física clásica); 2) Modelos ontológicos: reconocibles por las analogías y metáforas empleadas; 3) Juicios de valor metodológicos y de otro tipo: por ejemplo, en lo que concierne a la sencillez, plausibilidad, exactitud, exigidas a una solución; y, 4) Ejemplos modelo: es decir, soluciones a problemas concretos dadas desde esa ciencia.

En 1980, nuevamente Kuhn realiza una modificación del concepto de paradigma y la ubica como “teoría general”. Realizar una investigación bajo la guía de un paradigma, es el momento en el cual, un científico procede de acuerdo a un conjunto de reglas metódicas (principios, postulados, reglas de inferencia y similares) que se presuponen como comunes a la actividad del descubrimiento.
El estudio del "paradigma" no trata específicamente sobre campos de problemas científicos observados y analizados, ni de las "comunidades científicas" estudiadas desde la sociología de la ciencia, estudia las pautas, reglas y un conjunto de metodologías del trabajo científico como condición de legitimad y validez.
La distinción entre el ámbito de los "contenidos científicos” y de los “sistemas sociales” que influyen en las comunidades científicas, es considerada como argumento débil por estar basada en la diferencia entre lo interno y externo en el desarrollo de las ideas científicas.
El concepto de "paradigma" implicó una nueva forma de realizar el trabajo científico, desde el enfoque entre “estructura-esquema-desarrollo histórico".
Inconmensurabilidad: Imposibilidad de relacionar con la misma medida magnitudes diversas.
Afirmación de que no es posible establecer relaciones y comparaciones entre diversas teorías científicas -sean producto de la evolución del conocimiento científico, sean simples teorías rivales- para decidir cuál de ellas es más verosímil, o para reducirlas o traducirlas unas a otras, cuando se presenten como maneras de hablar distintas acerca de lo mismo.
Thomas Kuhn, al explicar el desarrollo del conocimiento científico mediante revoluciones que se deben a cambios de paradigma, sostiene la inconmensurabilidad entre las teorías de los paradigmas rivales.
Paul Feyerabend, defiende la presencia de elementos irracionales en la ciencia, cree que quien sostiene la conmensurabilidad entre diversas teorías lo hace llevado simplemente por el ansia de proteger la absoluta racionalidad científica. Teorías inconmensurables pueden ser, por ejemplo, la cosmología ptolemaica y la copernicana, o la mecánica clásica y la física relativista.
PAUL FEYERABEND ESQUEMA DE EVOLUCIÓN DE UNA TEORÍA

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ARGUMENTOS QUE JUSTIFICAN LA INCONMENSURABILIDAD

1) La comunicación no tiene sentido si los participantes en ella no están hablando sobre lo mismo. [Mientras queramos comunicar no podemos asumir que otros tienen creencias radicalmente diferentes sobre la identidad de los objetos a los que nosotros nos referimos].
2) La única forma de garantizar que diferentes hablantes se refieran a lo mismo es si comparten los criterios de identidad o individuación de aquello a lo que es posible referirse con los términos designativos de su lenguaje. (en consecuencia)
3) Hablantes con creencias diferentes sobre identidad de los objetos a los que se refieren no pueden comunicar entre sí, es decir, sus lenguajes son inconmensurables.
4) Diferentes hablantes tiene que poder referirse a lo mismo sin necesidad de compartir los criterios de identidad o individuación de aquello a lo que es posible referirse con los términos designativos.
5) La inconmensurabilidad no impide la comprensión de los objetos en estudio.
6) Necesidad de proponer eliminación de la “inescrutabilidad de la referencia”

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La crítica de la inconmensurabilidad del paradigma generó un debate intenso, la elección de una teoría bajo la sombra del paradigma, fue objetado como irracionalidad. Kuhn en la postdata de 1969 de La estructura de las revoluciones científicas se vio obligado a reconocer la presencia de un tópico insuperable en la elección de la teoría científica, afirma que: “Los defensores de teorías inconmensurables no pueden comunicarse entre sí en absoluto; como resultado, en un debate sobre la elección de teorías no puede recurrirse a buenas razones: en cambio la teoría habrá de escogerse por razones que, a fin de cuentas, son personales y subjetivas”[5].
Reducir la elección de una teoría desde perspectiva subjetiva atacaba directamente el sistema de la racionalidad científica. Este tópico persistió durante y después de su debate con Karl Popper, En su libro póstumo The road since structure, Kuhn reconoció la validez de la controversia como una forma de comprender el desarrollo científico, dice: “si dos teorías son inconmensurables deben ser formuladas en lenguajes mutuamente intraducibles. Si esto es así, aparece una primera línea de crítica: si no hay ningún modo en que las dos puedan formularse en un único lenguaje, entonces no pueden compararse, y ningún argumento basado en la evidencia puede ser relevante para elegir entre ellas”[6]
La legitimidad de una teoría al tener una condición inconmensurable, debe recurrir a alguna regla de elección, para lo cual Kuhn adoptó un modelo parecido a la teoría de evolución de Charles Darwin. La adaptación y la mutabilidad de una teoría son percibidas como una competencia entre muchas, se impone la más apta y la que se modifica adaptándose al ambiente.
Los términos inconmensurables debieron recurrir a la condición de términos de significados y a la teoría del significado, que denominó “inconmensurabilidad local”.


Rechaza Kuhn el criterio de “invarianza del significado” la mutabilidad y el desarrollo científico modifican los significados, dice: “Sin embargo, no está claro que la inconmensurabilidad pueda restringirse a una región local. En el estado actual de la teoría del significado, la distinción entre términos que cambian de significado y aquellos que lo preservan es, en el mejor de los casos, difícil de explicar o aplicar. Los significados son productos históricos, y cambian inevitablemente en el transcurso del tiempo cuando cambian las demandas sobre los términos que los poseen. Es sencillamente poco plausible que algunos términos cambien sus significados cuando se transfieren a una teoría sin infectar los términos transferidos con ellos.[7]
Definitivamente las nuevas teorías resisten mejor la explicación de los hechos, creando nuevos lenguajes que designan aquellos nuevos hechos. El término “paradigma”, como proceso mutable, dejó de ser un término “invariante” en la filosofía de Kuhn, pasó a ser relevada como teoría general dominante de una época histórica. Kuhn rememorando el impacto de su Estructura de las revoluciones científicas, realiza una reevaluación del contenido de la misma y sus reflexiones son profundas, dice: “Si escribiera de nuevo ahora La estructura de las revoluciones científicas, haría más hincapié en el cambio del lenguaje y profundizaría menos en la distinción normal/ revolucionario. Pero aún discutiría las dificultades especiales que experimentan las ciencias con el cambio holístico del lenguaje, e intentaría explicar cómo esta dificultad resulta de la necesidad que tienen las ciencias de una precisión especial a la hora de determinar la referencia.”[8].
La reducción de la explicación de los cambios científicos al problema del lenguaje nos lleva al argumento de la circularidad de la referencia, un lenguaje se torna inconmensurable cuando debe convenir en aceptar distintas formas legítimas de referir el mismo hecho en estudio desde otros sistemas lingüísticos.
III. El rechazo a la inconmensurabilidad: racionalidad y evolución científica.
Popper expone su punto de vista evolucionista de las teorías científicas en su texto: Conjeturas y refutaciones. Aquí resume con gran claridad la problemática que aborda: dar cuenta del proceso histórico en el cual la ciencia tiene lugar, salvaguardando su premisa de racionalidad. Los 'contextos' de elección de una teoría deben insertar un criterio de limite o demarcación, donde los presupuestos lógicos son superiores, al momento de la elección, dice: "(...) la justificación de la preferencia de una teoría a otra, ha de distinguirse tajantemente de todo problema genético histórico y psicológico (...) Hablo pues de epistemología evolucionista, aunque sostengo que las ideas fundamentales en epistemología no son de carácter fáctico, sino lógico"
[9]. Explicar el proceso de la ciencia -y el carácter racional del mismo- sin hablar de historia, génesis y subjetividad, supuso en el racionalismo crítico popperiano un argumento débil sobre los múltiples factores que concurren en la elección de una teoría y su legitimidad en determinado contexto social.
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Gráfico Nº 2: El modelo evolutivo de la ciencia de Karl Popper
PP→TT→EE→PP2
Problema primario→ Teorías tentativas→ Eliminación de errores→ Nuevos problemas
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La estrategia que sostuvo Popper fue utilizar como argumento las propuestas de la psicología del aprendizaje de Edgard L. Thorndike del aprendizaje por ensayo y error. Sostiene Popper que en la construcción y legitimación de una teoría se recurre al método de ensayo y eliminación del error en distintos niveles: el de una evolución biológica, el de la conducta en general y el del conocimiento -ya sea el conocimiento común como el científico en el cual se inaugura la forma de conjeturas y refutaciones
[10]. De tal modo, al mismo tiempo que establece un continuo y una unidad desde los mismos orígenes biológicos hasta las más sutiles y abstractas teorías científicas, se constituye en un claro ejemplo -aunque no el primero ni el único- dentro de las epistemologías evolucionistas, no ya de traer un modelo biológico a la epistemología, sino del proceso inverso, es decir utilizar una concepción gnoseológica para explicar la evolución biológica.
Si bien la idea de inconmensurabilidad, desde el enfoque kuhniano sostiene que una revolución científica genera un nuevo marco de teorías que son incompatibles con las anteriores, es decir, se modifican radicalmente sus principios y del anterior no queda nada. Esta idea instala el criterio de “teoría dominante” a la cual todo el conjunto de criterios científicos deben coincidir o por lo menos deben ser subsumidos dentro de los límites del marco de esta teoría. La idea de la teoría hegemónica fue criticada por Popper como la imposición de un “marco común”. Este “frameworks” viene a ser la teoría dominante que ejerce un dominio sobre las demás. La extensión y alcance de este tipo de teoría implica “un ente psicológico y sociológico [que] consta de una teoría dominante junto con lo que podría llamarse una manera de ver las cosas a tono con la teoría dominante”[11] Esta premisa -indica Popper-, resulta absurda en la competencia y comparación de las teorías científicas, el “marco común” viene a ser una imposición de un dogma, una cárcel de la cual no pueden salir los científicos, al no atreverse a enfrentar lo establecido. Esta teoría dominante crea un vínculo de creencias racionales comunes, la legitimidad y aceptación de sus presupuestos implican dos contextos del desarrollo del trabajo científico: inclusión y exclusión.
Lo inclusivo se comprende cuando se recurre a la teoría dominante y al acoplarla en la explicación de determinadas anomalías, se ve afectada por la aparición de observaciones y hechos no previstos ni establecidos en la teoría dominante, es en esta condición que surgen distintas teorías que compiten y rivalizan con la teoría dominante. Cuando el científico realiza comparaciones entre anomalías y hechos que la teoría pudo determinar, se constata el éxito de la teoría dominante. Cuando los fenómenos traspasan los marcos de la teoría dominante, el resultado es que pueden ocurrir crisis en la formación de la teoría, se necesita repensar los criterios para lograr la vigencia de la teoría dominante, lo inclusivo resulta una reafirmación de la misma teoría que se ajusta y reajusta, para seguir siendo dominante. Lo inclusivo resulta una forma de círculo en las cuales no se pretenden desarrollo de teoría bajo nuevos enfoques.
Popper crítica el modelo kuhniano del “científico normal”, la formación del científico repite la metodología, concepto, instrumentos en la cuales mantiene vigente el poder de dicha teoría dominante. Esta condición que Thomas Kuhn ha llamado la práctica de la “ciencia normal”, para Popper es la repetición de un error frecuente en la ciencia: la ausencia de crítica racional al defender los presupuestos de una teoría dominante, dice Popper:
“En mi opinión el "científico normal", tal como Kuhn lo describe, es una persona a la que habría que compadecer. (Según los puntos de vista de Kuhn acer­ca de la historia de la ciencia, muchos grandes cientí­ficos deben de haber sido "normales.", pero como no tengo por qué compadecerlos, pienso que puede que Kuhn esté en lo cierto). En mi opinión al "científico normal" se le ha enseñado mal. Creo, al igual que otros muchos, que toda la enseñanza a nivel universi­tario (y si es posible antes) debería ser entrenamiento y estímulo al pensamiento crítico. Al "científico nor­mal, tal como lo describe Kuhn, se le ha enseñado mal. Se le ha enseñado dentro de un espíritu dogmáti­co: ha sido víctima de indoctrinación. Ha aprendido una técnica que puede aplicarse sin preguntar por qué puede aplicarse (especialmente en mecánica cuántica). Como consecuencia ha llegado a ser lo que puede llamarse un científico aplicado, en contraposición con lo que yo llamaría un científico puro. Como señala Kuhn, se contenta con resolver "rompecabezas"
[12].
La elección de este término parece indicar que Kuhn de­sea subrayar que no es un problema realmente funda­mental el que el "científico normal" está preparado para atacar. Es más bien un problema rutinario, un problema al que hay que aplicar lo que uno ha apren­dido. Kuhn lo describe como un problema en el que se aplica una teoría dominante (lo que él llama un "para­digma"). El éxito del "científico normal" consiste, por entero, en mostrar que la teoría dominante puede ser adecuada y satisfactoriamente aplicada para alcanzar la solución del rompecabezas (o acertijo) en cuestión.”[13]
Este nivel de adhesión a la teoría dominante indica el presupuesto de ausencia de crítica y desarrollo de la teoría vigente por otra mucho más verdadera. Lo que critica Popper es que la condición inclusiva deriva en realizar una investigación que no rebase los presupuestos del marco dominante, que es necesario que el desarrollo que de en los presupuestos de la solución del “Puzzle” científico dentro del mismo marco.
¿Qué ocurre cuando se rompe el marco inclusivo de la teoría dominante? Dos o más teorías distintas sobre la misma familia de problemas resultan contrapuestas, porque originan un nuevo repertorio de ideas que colisionan con la teoría establecida, esto nos lleva a considerar la exclusión como una manera de que aquellos marcos pierdan legitimidad y constituyan fuente de nuevos enfoques alternativos que puedan explicar mejor el desempeño de la teoría dominante.
“Yo veo –dice Popper- que la ciencia es esencialmente crítica; que consiste en arriesgadas con­jeturas, controladas por la crítica, y que, por esta ra­zón, puede ser descrita como revolucionaria. Pero siempre he subrayado la necesidad de cierto dogmatismo: el científico dogmático tiene un importante papel que desempeñar. Si nos rendimos con demasiada faci­lidad a la crítica, nunca averiguaremos dónde se en­cuentra la verdadera fuerza de nuestras teorías.
Pero no es ésta la clase de dogmatismo que quiere Kuhn. El cree en el control de un dogma dominante durante períodos de tiempo considerables; y no cree que el método de la ciencia sea, normalmente, el de la crítica y las conjeturas arriesgadas.
¿Cuáles son sus principales argumentos? No son psicológicos o históricos. Son lógicos: Kuhn conside­ra que la racionalidad de la ciencia presupone la acep­tación de un marco general común. Considera que la racionalidad depende de algo así como un lenguaje común y un conjunto común de presuposiciones. Con­sidera que la discusión racional, y la crítica racional, sólo son posibles si estamos de acuerdo sobre los pun­tos fundamentales.”
[14]
La idea del Marco Común que Popper disiente, es aquella que pretende erigirse como un dogma dominante inmune a la crítica racional. La racionalidad Kuhniana observó la necesidad de un lenguaje común que también fuese común para todos los que realizan una investigación científica, esta convencionalidad requiere que los presupuestos científicos sean los mismos, entonces lo inclusivo cobra valor como aceptación de la convencionalidad, pero cuando la contraposición de la crítica racional cobra vigencia se apertura una proliferación de teorías que rompen lo inclusivo. ¿Cómo y porqué se desarrolla o cambia la teoría dominante? ¿Por qué surgen diferentes y contrapuestos enfoques sobre la misma familia de problemas? Cuando Popper postula acerca de los presupuestos del desarrollo de la teoría, alude a criterio semántico de verdad de Alfred Tarski, definida como verdad es una correspondencia de los hechos, la cual debe ser formalmente correcta y materialmente adecuada. Sostiene Popper que el desarrollo de una teoría desde un enfoque de verdad objetiva, dice:
“Daré aquí una lista no sistemática de seis tipos de casos en que nos inclinaríamos a dictaminar que una teoría t1 [teoría dominante] ha sido superada por t2, [teoría nueva] en el sentido de que t2 parece ‑hasta donde sepamos‑ corresponder mejor a los hechos que t1, en algún sentido.
t2 hace aseveraciones más precisas que t1, y estas aseveraciones más precisas soportan pruebas más precisas.
t2 toma en cuenta y explica más hechos que t1 (que incluirían, por ejemplo, el caso anterior, y en la que, siendo iguales otros factores, las aseveraciones de t2 son más precisas).
t2 describe o explica los hechos con mayor detalle que t1.
t2 ha pasado pruebas en las que t1 ha fracasado.
t2 ha sugerido nuevas pruebas experimentales, no consideradas antes de que se diseñara t2 (y que no sugirió t1, y quizá, incluso inapli­cables a t1); y t2 ha pasado bien estas pruebas.
t2 ha unificado o conectado entre sí varios problemas hasta enton­ces inconexos o no relacionados.”
[15]
Lo excluyente en la teoría dominante es que sus marcos de referencia ya no se equiparan y guardan simetría con todo lo anterior, ellas guardan “aproximaciones de enfoques” o en términos de Kuhn, opera un “interruptor de Gestalt”. [16]:

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Teoría de la “Gestalt”(Configuración)
Teoría para comprender los procesos que intervienen al percibir la realidad. Las leyes y principios básicos para sostener la teoría de que las imágenes son percibidas en su totalidad, como forma o configuración (Gestalt) y no sólo como una suma de sus partes constitutivas.
Principio de clausura o cierre: Nos lleva a percibir las figuras inacabadas como cerradas o completas. Perceptivamente tendemos a llenar los vacíos para captar el objeto en su totalidad. Si nos enfrentamos a la figura incompleta, tendemos a completarla yu descubrir de que se trata.
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Perspectivas de ambigüedad de una imagen:


Qué es esta imagen: ¿ pato o conejo?

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No hay acuerdo entre distintos enfoques sobre la misma familia de problemas, pues distintas teorías emergen como legitimas sobre una respuesta al mismo problema científico planteado. Las diferencias pueden tornarse irresolubles, implicando que la ausencia del consenso conduzca a un peligroso relativismo que ya había advertido Popper: La ausencia de presupuestos de verdad y consenso en la teoría científica.
Nos preguntamos: ¿Cuáles son los presupuestos filosóficos de este relativismo? Relativismo es la afirmación de que todo conocimiento depende esencialmente del punto de vista del sujeto que los tiene, se genera un solipsismo al pretender que la percepción del mundo exterior sólo tiene origen en el individuo y es internamente donde su experiencia privada limita y establece una peculiar percepción de este mundo exterior. Hay relativismo radical cuando la dependencia del punto de vista subjetivo es total. El relativismo epistemológico sostiene que no pueden surgir verdades universalmente válidas e independientes de la apreciación de los sujetos; la consecuencia inmediata es que el conocimiento del mundo externo depende de diversos condicionamientos a tomar en cuenta: el individuo, la sociedad, la cultura, los aspectos psicológico, sociológico o histórico.
En comparación con el escepticismo que pretende una absoluta negación de la posibilidad del conocimiento del mundo exterior, el relativismo afirma al menos la posibilidad del conocimiento, condicionado a diferentes factores. El escepticismo considera que no hay verdades o, si las hay, son escasas y aún así diéramos con ellas, no nos daríamos cuenta de ello. El relativismo sostiene que las verdades tienen un valor relativo al -en dependencia con el- sujeto.
Este relativismo se distingue del subjetivismo, en la medida que éste establece una dependencia directa entre el conocimiento o el valor y la consideración del sujeto; mientras que el relativismo hace depender el conocimiento o el valor de factores externos al sujeto. En la práctica se identifican, porque en la expresión «el hombre es la medida de todas las cosas» -quintaesencia del relativismo- el término «hombre» ocupa el lugar del sujeto pensante y el lugar de la historia cultural de este mismo sujeto pensante.
En este enfoque destacan también el relativismo conceptual y el relativismo perceptivo. El relativismo conceptual hace referencia al modo de como la conceptualización de la experiencia interna del mundo exterior es diversa en las distintas culturas, y así como en el mundo occidental se recurre a conceptos de espacio, tiempo, causa, persona, y similares para clasificar los objetos de experiencia, en otros ámbitos culturales no sólo no se recurre a los mismo conceptos, sino que hasta se carece de conceptos tan fundamentales como parece ser el de persona, o identidad personal. La variación en los esquemas conceptuales, parece ser o lleva a una forma de relativismo.
En el otro caso, la percepción ha de explicarse más como una forma de imponer orden a la experiencia que como un simple descubrimiento de qué tipos de objetos nos brinda el mobiliario del universo, lo que llamamos mundo real, es ante todo la manera de como entendemos nosotros, y constituimos, lo que es el mundo. La hipótesis lingüística de Benjamín Whorf , supone precisamente esta forma de relativismo.
Representantes clásicos del relativismo son, en la antigüedad, los sofistas, con Protágoras al frente, cuya frase: «el hombre es la medida de todas las cosas», ha recibido la denominación de “homo mensura”. En la sociología del conocimiento, se establece que no hay validez absoluta de los enunciados científicos, y que la validez de todo enunciado científico es dependiente de alguna situación social concreta, de la época histórica o desde el punto de vista del observador.
Es esta última forma relativismo [relativismo cultural] que Popper ve como un peligro en la construcción y elección de teorías científicas, las asocia con un enfoque irracionalista de la ciencia, dice:
“Uno de los aspectos más perturbadores de la vida intelectual de nuestro tiempo es la amplitud con que se defiende el irracionalismo, así como el de dar por supuestas ciertas doctrinas irracionalistas. Uno de los elementos integrantes del irracionalismo moderno es el relativismo (la doctrina según la cual la verdad es relativa a nuestro trasfondo intelectual, del que se supone que de alguna manera determina el marco en el cual somos capaces de pensar; esto es, que la verdad puede variar de un marco a otro), en particular, la doctrina de la imposibilidad de comprensión mutua entre diferentes culturas, generaciones o períodos históricos, e incluso en la ciencia, comprendida la física. En este artículo estudio el problema del relativismo. Sostengo que detrás del mismo se encuentra lo que he llamado «el mito del marco». Explico y critico este mito, a la vez que comento los argumentos que se han empleado para defenderlo.
Los propulsores del relativismo nos presentan unos patrones de comprensión recíproca excesivamente elevados para cualquier criterio realista. Y cuando no satisfacemos esos patrones se apresuran a afirmar la imposibilidad de la comprensión. Contra esto sostengo que cuando hay en juego buena voluntad y una importante dosis de esfuerzo, es realmente posible una comprensión verdaderamente amplia. Además, en el proceso, el esfuerzo se compensa muy bien tanto con lo que aprendemos sobre nuestras opiniones como con lo que aprendemos sobre lo que tratamos de comprender.”
[17]
Se pregunta Popper si es posible la comprensión del problema científico desde marcos de referencia distintos y contrapuestos. ¿Es posible la imposibilidad de la comprensión basándonos que tenemos distintos enfoques y lenguajes que hacen imposible la traducción de distintos marcos? Esto nos conduce a los presupuestos de la inconmensurabilidad dentro del enfoque del relativismo. ¿Cuáles son los argumentos que resumen esta idea de inconmensurabilidad? ¿Puede sostenerse una idea de inconmensurabilidad desde presupuestos de “consenso de teorías”?
Los argumentos más frecuentes sobre inconmensurabilidad en el ámbito del lenguaje científico son los siguientes:
1. La comunicación no tiene sentido si los participantes en ella no están hablando sobre lo mismo. [Mientras queramos comunicar no podemos asumir que otros tienen creencias radicalmente diferentes sobre la identidad de los objetos a los que nosotros nos referimos].
2. La única forma de garantizar que diferentes hablantes se refieran a lo mismo es si comparten los criterios de identidad o individuación de aquello a lo que es posible referirse con los términos designativos de su lenguaje. En consecuencia: hablantes con creencias diferentes sobre identidad de los objetos a los que se refieren no pueden comunicar entre sí, es decir, sus lenguajes son inconmensurables.
3. Diferentes hablantes tienen que referirse a lo mismo sin necesidad de compartir los criterios de identidad o individuación de aquello a lo que es posible referirse con los términos designativos.
4. La inconmensurabilidad no impide la comprensión de los objetos en estudio. Existe necesidad de implicar la solución ontológica del problema de la “inescrutabilidad de la referencia”. Todo fenómeno de la realidad que pueda designarse también en el lenguaje incluye una comprensión del mismo.
La idea de Popper sugiere que si bien es cierto pueden surgir divergencias y enfoques distintos dentro de un cambio científico, esto no genera inconmensurabilidad con la teoría antecesora “sino debe explicarse la vieja categoría de coseidad mediante una teoría de mayor Profundidad”
[18]. La solución a este problema deriva en una vuelta a la afirmación que un correcto conjunto del método científico puede otorgarnos alguna certeza de que no caeremos en esta inconmensurabilidad. Dice:
“Por tanto, podemos distinguir lógicamente entre un método equivocado de crítica y un método correcto de crítica. El método equivocado comienza con esta pregunta: ¿cómo podemos establecer o justificar nuestra tesis o nuestra teoría? De allí que conduzca al dogmatismo, a un regreso al infinito o a una doctrina relativista de marcos racionalmente inconmensurables. Por el contrario, el método correcto de discusión crítica comienza con esta pregunta: ¿Cuáles son las consecuencias de nuestra tesis o de nuestra teoría? ¿Son todas aceptables?
El método correcto consiste en comparar las consecuencias de diferentes teorías (o, si se prefiere, de diferentes marcos) y tratar de descubrir cuál de las teorías o marcos en competencia tiene consecuencias preferibles para nosotros.
[19]
El presupuesto popperiano implica un adecuado método, la discusión crítica vendría a reemplazar el marco dominante (aunque después aquella sea también teoría dominante). Postular un marco de discusión racional fuera de alguna carga de teoría es criticable, más aun cuando el momento del consenso conduce al lenguaje, ya los términos de abolición de la inconmensurabilidad se inician y tienen como meta el lenguaje. Es en el campo de la filosofía del lenguaje donde hay que buscar parámetros y pautas de traducción para evitar inconmensurabilidad, dice Popper:
“… nuestra visión del mundo está en todo momento necesaria­mente impregnada de teoría. Pero esto no nos impide progresar hacia teo­rías mejores. ¿Cómo lo hacemos? El paso esencial es la formulación lingüís­tica de nuestras creencias. Esto las objetiva y, en consecuencia, les permite convertirse en objetivos de la crítica. De esta manera, nuestras creencias son reemplazadas por teorías en competencia recíproca, por conjeturas ri­vales. Y a través de la discusión crítica de estas teorías podemos progresar.
De esta manera debemos exigir a cualquier teoría mejor, esto es, a cual­quier teoría que pueda considerarse un progreso respecto de otra menos buena, que pueda ser comparada con ésta. En otras palabras, que ambas teorías no sean «inconmensurables», para emplear un nuevo término de moda, introducido en este contexto por Thomas Kuhn.”
[20]
Aquí la idea de “comparabilidad” refiere que la traducción entre teoría rivales pueda aceptar el postulado de que la inconmensurabilidad no es posible por cuanto existe el progreso científico, es decir, la compresión del fenómeno por la investigación científica, supera la probable diferencia entre distintos enfoques. La comparación y traducción de teorías rivales acceden a un nuevo nivel donde es posible la comprensión del fenómeno, la aproximación objetiva deriva en un consenso, la teoría es compartida y aceptada bajo el criterio que intersubjetivamente se coordinen estos nuevos niveles de comprensión. Aquí la objetividad no elimina, pero si reduce los marcos de comprensión científica que hacen posible que el criterio de inconmensurabilidad pueda ser comprendida como una falta de traducibilidad en el lenguaje científico.
Finaliza Popper con la idea que existen opciones y propuestas que puedan sustraernos de la idea de esta “inconmensurabilidad”, lo importante es la comparación y evaluación de las teorías que proliferan en el campo científico, dice:
“Si bien es cierto que podemos interpretar nuestros puntos de vista de esa manera, también es cierto que no tenemos que hacerlo así necesariamente. Podemos escoger la persecución de una meta o un objetivo, como la meta de comprender mejor el universo en el que vivimos, y comprendernos mejor a nosotros mismos como parte de él, lo cual es independiente de las teorías o los marcos particulares que construimos para tratar de satisfacer ese propósito. Podemos escoger el darnos niveles de explicación y reglas metodológicas que nos ayuden a alcanzar el objetivo y cuya satisfacción no es precisamente fácil para la teoría o el marco. Por supuesto, podemos escoger no hacer tal cosa: podemos decidir que nuestras ideas se auto refuercen. Podemos no fijarnos ninguna otra tarea que aquella de cuya satisfacción por nuestras ideas actuales podamos estar seguros. Por cierto que podemos escoger esto. Pero si obramos de esta manera, no solamente estaremos dando la espalda a la posibilidad de percatarnos de que nos equivocamos, sino también a la tradición del pensamiento crítico (que viene de los griegos y del choque de culturas), que es lo que ha hecho de nosotros lo que somos, y que nos ofrece la esperanza de más auto emancipación a través del conoci­miento.”
[21]
La idea de Kuhn se ve enfrentada a la propuesta de posibilidad de traspasar fronteras de intraducibilidad de los marcos de referencia en las distintas teorías, la solución del problema parece provenir de la idea de que podemos realizar elección de teorías, postulando la traducibilidad de las mismas a referentes de consenso, cuyo basamento está en reconocer que puede existir el error, pero puede ser minimizado si existe el acuerdo en reconocer cual es la teoría que se aproxima mejor a la comprensión y explicación del universo donde se desenvuelven dichas teorías.
IV. Balance temporal.
La idea de que el progreso científico sólo puede explicarse por sus presupuestos lógicos
[22], plantea el entendimiento de que un desarrollo científico ocurre cuando se reajustan los mecanismos de regulación dentro la teoría científica. La lógica de la ciencia planteada como principio de racionalidad, sostiene los presupuestos legitimadores de la teoría científica contemporánea. Esta idea se ha desarrollado tan fuertemente que podemos seguir en los trabajos de Andrés Rivadulla (Cfr. Hipótesis y verdad en ciencia); El estudio de la inconmensurabilidad ha ganado la atención de muchos filósofos de de la ciencia entre ellos: Carlos Solís (Cfr. Alta tensión: filosofía, sociología e historia de la ciencia), Ana Perez (Cfr. Kuhn y el cambio científico).
La discusión entre la lógica interna de las teorías científicas y el contexto histórico social donde emergen plantea una revisión de la idea del desarrollo científico como proceso aislado de su contexto histórico social. La sociología de la ciencia intenta explicar como surgen ideas científicas, cómo se crean teorías, cuales son los mecanismos de la creatividad de dichas teorías, cuales son los mecanismos que la aíslan del contexto donde surgieron.
Max Horkeimer, en su Crítica de la razón instrumental, sostuvo que una perversidad de la razón humana consistía en crear una ciencia desprovista de todo sentido de identidad con el conjunto social donde emergía; planteando un debate sobre la racionalidad instrumental en la que se sostiene todo el edificio de la ciencia contemporánea.
La racionalidad popperiana puede otorgarnos argumentos lógicos, sobre pruebas y evidencias con pretensiones de legitimidad en la ciencia, pero la idea de inconmensurabilidad sigue planteando aún un problema irresoluble. El mérito de Thomas Kuhn y Paul Feyerabend es haber introducido los términos de traducción y comparabilidad de las teorías científicas, además de derribar la legitimidad de la teoría basada en el criterio monista. La pluralidad y la competencia entre teorías siempre conducen a la inconmensurabilidad.

V. Conclusiones.
1.La aceptación del criterio de inconmensurabilidad de teorías científicas modifica los fundamentos veritativos de la epistemología contemporánea.
2. Los fundamentos epistemológicos sobre elección de teorías en la cual se sustenta la evolución del conocimiento científico debe insertarse dentro de los principios de objetividad, crítica racional y pluralidad metodológica.
3. En el lenguaje científico se genera inconmensurabilidad de teorías al afectarse los términos de “traducibilidad” y “comparabilidad” entre teorías rivales.
4. El presupuesto de la lógica interna de una teoría científica supera la inconmensurabilidad local (inconmensurabilidad del lenguaje).
5. La inconmensurabilidad no impide la comprensión de un fenómeno ni el desarrollo de las teorías científicas.


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Notas
[1] Las fuentes sobre los orígenes de la irracionalidad de la /2 son difusos e inexactos. Proclo, (Circa 442-Dc) Reescribió los Elementos de Euclídes e inserta el problema de la irracionalidad de la raíz del número 2, las referencias sobre la pertenencia de la idea atribuida a Pitágoras de Samos son indirectas y demasiados confusas, por lo que queda, sólo afirmar la información de Proclo, atribuyéndole autoría, aunque Platón y Aristóteles refirieron y cuestionaron las ideas matemáticas que postularon los seguidores de Pitágoras en su respectiva época.
[2] Aristóteles, Primeros Analíticos I 23, 31 a 26.
[3] “Feyerabend y yo escribíamos sobre la imposibilidad de definir los términos de una teoría sobre la base de los términos de otra. Pero mientras que él restringía la inconmensurabilidad al lenguaje, yo hablaba también de diferencias en “métodos, campo de problemas y normas de resolución” (structure, op. Cit., 2ª edición, pág. 103) algo que ya no haría excepto en la medida, bastante considerable, en que estas últimas diferencias son consecuencias necesarias del proceso de aprendizaje del lenguaje. Feyerabend (op. Cit., pág. 59), sin embargo, escribía que “no es posible definir los términos primitivos de T’ sobre la base de términos primitivos de T, ni tampoco establecer relaciones empíricas correctas en las que intervengan ambos conjuntos de términos”. Yo no usaba en absoluto la noción de términos primitivos, y restringía la inconmensurabilidad a unos pocos términos específicos. Kuhn, 2002, p.48.
[4] Veáse la postdata de 1969 de la Estructura de las revoluciones científicas, FCE, pp. 268 y ss.
[5] Kuhn: 1969, 303.
[6] Kuhn: 2002, p. 49.
[7] Kuhn: 2002, p. 51.
[8] Kuhn: 2002, p. 75.
[9] Popper: 1972b, p. 71.
[10] Cf. Popper 1972b, 1974, 1975, 1977.
[11] Popper, Karl, El mito del marco común, p. 69.
[12] Afirma Karl Popper lo siguiente: No sé si el uso que hace Kuhn del término "rompecabezas" tiene algo que ver con el uso que hace Wittgenstein. Witt­genstein lo utilizó, por supuesto, en relación con su tesis de que no hay problemas genuinos en filosofía, sino sólo enigmas o rompecabezas, es decir, pseudo problemas relaciona­dos con el uso impropio del lenguaje. Sea como fuere, el uso del término "rompecabezas" en lugar de "problema" es cier­tamente indicativo de un deseo de mostrar que los proble­mas así denominados no son ni muy graves ni muy profun­dos.
[13] Popper, Karl, La ciencia normal y sus peligros. p.346.
[14] Popper, Karl, La ciencia normal y sus peligros. p.353.
[15] Popper, Karl, Verdad y aproximación a la verdad. P. 209-210. En Escritos Selectos. Véase también: Conjeturas y refutaciones, p. 284.
[16] (del latín relativus, relativo, de referre, llevar algo a su punto de partida)
[17] Popper, Karl, El mito del marco común, p. 45.
[18] Popper, Karl, El mito del marco común, p. 70.
[19] Popper, Karl, Ibidem, p. 71.
[20] Popper, Karl, Ibid, p. 64.
[21] Popper, Karl, Ibid, p. 71.
[22] Karl Popper ¿cómo progresa la ciencia? Es posible interpretar los progresos de la ciencia más prosaicamente. Cabría decir que el progreso puede «...originarse de dos maneras solamente: acumulando nuevas experiencias perceptivas y organizando mejor las que ya teníamos a nuestra disposición». Pero esta descripción del progreso científico, aunque no es realmente errónea, parece no dar en el blanco; recuerda demasiado a la inducción baconiana o sugiere en exceso su industrioso acumular los «incontables racimos, maduros y en sazón» de los que esperaba que fluyese el vino de la ciencia, su mito de un método científico que partiera de la observación y del experimento para avanzar luego hasta las teorías. [...] El avance de la ciencia no se debe al hecho de que se acumulen más y más experiencias perceptivas con el correr del tiempo, ni al de que haríamos cada vez mejor uso de nuestros sentidos. No es posible destilar ciencia de experiencias sensoriales sin interpretar, por muy industriosamente que las acumulemos o escojamos; el único medio que tenemos de interpretar la Naturaleza son las ideas audaces, las anticipaciones injustificadas y el pensamiento especulativo: son nuestro organon, nuestro único instrumento para captarla. [...] La ciencia nunca persigue la ilusoria meta de que sus respuestas sean definitivas, ni siquiera probables; antes bien, su avance se encamina hacia una finalidad infinita -y, sin embargo, alcanzable-: la de descubrir incesantemente problemas nuevos, más profundos y más generales, y de sujetar nuestras respuestas (siempre provisionales) a contrastaciones constantemente renovadas y cada vez más rigurosas.Karl R. Popper La lógica de la investigación científica, Tecnos, Madrid 1977, p. 260-262.


© Todos los derechos reservados. Publicado en Scientia. Revista científica. Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica. Nº 2- 2008. pp. 25-38.

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