Ha pasado ya once años de la desaparición física de “Paco Carrillo” en un trágico accidente automovilístico en la ciudad de Huancayo. Fue un 13 de octubre, cuando Chosica aún celebraba un aniversario más de fundación, cerca de las 12 de la noche el teléfono sonó inopinadamente, Félix Huamán Cabrera llamó para comunicarme que Francisco Carrillo había fallecido. Sorprendido, mostré incredulidad, pensando que la noticia fuera falsa, pero no, Félix Huamán con su voz estentórea y firme, y un “avísale a su familia”, me dejó estupefacto. Los que sabían ya la noticia no querían dar esta fatal noticia a Enma, esposa de Paco, temían que esto mellara su salud. ¿Qué pasó? ¿Qué sabes Félix? Fueron mis iniciales preguntas después del sacudón: “me acaba de llamar Nicolás Matayoshi, avisándome, a las once de la noche, Paco se iba al observatorio astronómico junto al escritor Daniel Mathews, el taxi se ha desbarrancado en una curva y ha caído al río Pilcomayo, él es el único fallecido”.
Inmediatamente llamé a su casa, que queda cerca de la mía. Cuando me respondió la llamada Enma Carrillo muy nerviosa, aunque con serenidad me preguntó por la verdad de la noticia, sólo atiné en decirle que iría inmediatamente a su casa. Fue ella quien solicitó que la acompañara hasta el lugar del accidente para averiguar lo sucedido.
Ese día hubo un paro de transportistas, por lo que salimos de Chosica en un colectivo a las dos de la mañana, acompañados de su ahijada María Helena. Llegamos a la ciudad de la Oroya a las cinco de la mañana y de ahí nos embarcamos en un taxi que nos llevó directamente al Hospital del Seguro Social de Huancayo.
La temida verdad fue confirmada: Paco había fallecido por un trauma encéfalo-craneal, producto de la colisión por la caída del vehículo. Debo admirar la fortaleza de su esposa, quien con serenidad y pena, confirmaba esta dura realidad. Paco yacía en el mortuorio rígido y con la mirada puesta en el infinito. Inmediatamente, Enma se comunicó con sus dos hijos Pepe y Maruja que residían en Estados Unidos y con sus familiares cercanos que llegaron en pocas horas.
Fuera de los engorrosos trámites, los intelectuales huancaínos, brindaron toda clase de ayuda a la familia, rindiéndole un pequeño homenaje en la Casa de la Cultura. Cerca de las ocho de la noche el cortejo fúnebre partió a Lima, para el velatorio en la Casona de la Universidad Mayor de San Marcos.
Leyendo las crónicas sobre su deceso evocó partes de su personalidad que aún permanecen inalterables en mis recuerdos: las tardes de conversación sobre literatura y filosofía, qué es lo que significaba una buena poesía, los problemas de interpretación en las fuentes coloniales sobre la poesía de los incas, el compromiso del escritor con su sociedad, siempre acompañados de Jazz, buen vino tinto y los famosos quesos azules que solía degustar exquisitamente. Charla tan amena que parecía una cátedra “blitzkrieg” rápida, concisa y muy profunda.
Paco siempre fue cordial para con los poetas y literatos. Cada vez que coordinábamos la edición de un nuevo número de la revista Haraui, se ponía en marcha una empresa quijotesca que muchas veces él mismo invertía sin el menor resquemor, “la poesía –decía- debe crear sentimientos más humanos y compromiso, si no, no es poesía”. Este parecía ser el lema al momento de seleccionar versos de los candidatos a publicarse.
Aunque la revista Haraui ha dejado de circular, la presencia de esta revista marca una parte de la poética generada durante el siglo XX, esperemos que alguien se anime a financiar la edición facsimilar.
Hoy 13 de octubre, se cumple un aniversario de su deceso, brindo por su memoria, a pesar del tiempo, sigue presente entre nosotros, con la alegría y optimismo que solía fecundar la creatividad de los poetas que lo frecuentaban.
Inserto dos poemas suyos publicados en Haraui número 128.
Busco tu poema
en el agua
en la neblina de mayo
en la luz de la tarde
en esa ave que va por el jardín
y luego escapa.
¿Dónde está tu poema?
¿Está en el tejado
a punto de volar otra vez?
Tu poema ¿es un hilo invisible?
Cada vez más delgado,
¿una tela de araña?
¿Es quizás un haiku
que te hace meditar,
otros versos
que luego escondes
en el libro de Basho?
(Paco)
Se han perdido los hilos
de nuestra existencia
El tuyo en las tranquilas aguas
De un río que se volvió asesino.
El mío buscando tu luz
en las tinieblas.
(Enma)
Al otro lado del mundo, allá te quiero,
posterior a la muerte, en el vacío,
con el pino deshecho y olvidado,
con el lago lejano y extendido,
con el hijo soñado en el rocío
de la flor más lejana de un planeta dormido.
TESTIMONIO
He vivido en chosica desde 1957 y posiblemente la creación de Haraui ha sido el mejor logro de mi vida de profesor. Haraui pequeña y modesta revista, exclusivamente dedicada a la poesía, nació en 1963, aquí en Chosica, y aún sigue viva. Está en su número 94 (octubre 1994).
Su objetivo fue siempre promover la poesía joven, la nueva, de los que se iniciaban, y se completaba con las nuevas creaciones de los ya consagrados. Traducciones frescas y poesía de los colegas de otros países eran también publicados regularmente. Es ahora positivo constatar que la revista ofrece un claro panorama del proceso de la poesía peruana a través de treinta años de vida.
Por un lado, en un principio, la revista tuvo amistad con el taller de Javier Sologuren, que funcionaba aquí cerca, en California. Javier, en la década del 60, era el mayor editor de poesía peruana. Solían los poetas ir a su taller y después pasarse a la case Haraui o viceversa. En Chosica misma la amistad con el poeta Víctor Mazzi, también de San Fernando, permitió reuniones conjuntas, recitales. Víctor recibía en su casa a poetas del Perú y de otras partes de América y solíamos compartir las amistades y un vaso de vino.
No pocas veces, los jóvenes poetas se iban a recitar a la municipalidad de Chosica o Santa Eulalia. Otras veces de aquí partían en tren a San Bartolomé, y allí buscaban el ambiente bucólico que en Chosica desaparecía poco a poco.
Un poco, pues, Chosica ha tenido –y tiene aún- un lazo poético con otras partes del Perú y del mundo a través de Haraui, principalmente porque poetas hay en todos los lugares del mundo. Por mi parte, gracias a mi revista he recibido invitaciones para asistir a Congresos de poesía realizados aquí, y más allá de nuestras fronteras.
La idea de Haraui es continuar por años más a pesar de la ciudad cada vez más pragmática y menos aficionada a los rincones del arte.
* Agradezco la deferencia de Enma Carrillo por cederme las fotografías que se publican en este Blogspot, todas las imágenes le pertenecen.
GALERIA DE IMAGENES DE FRANCISCO CARRILLO ESPEJO*
Francisco Carrillo junto a su esposa María Cristina Rodríguez y su hija Maruja. California EE.UU. 1957. |
En una reunión en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. De izquierda a derecha: Paco Carrillo, Manuel Larrú y Marco Martos. 1994. |
19 abril 1996. Bajo el busto de César Vallejo con su esposa y la poeta Esther Castañeda. |
Durante la presentación de su libro: Diario del inca Garcilaso. A la derecha el historiador Juan José Vega. 15 diciembre de 1996. |
Durante una tertulia en su departamento en Barranco. 1992. |
Durante una entrevista sobre el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala. Chosica 1994. De izquierda a derecha: Francisco Carrillo, Víctor Mazzi H. y Roquelín Ramírez Cueva. Foto: René Salgado Choque. |
Chosica 1994. Durante la misma entrevista. Foto: René Salgado Choque. |
Chosica 1994. Con su esposa Enma. En su Biblioteca Particular, hoy bajo custodia del Centro de Estudios Antonio Cornejo Polar. Foto: René Salgado Choque. |
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