El año 1991 desarrollaba mi tesis de maestría y como parte de ella, tenía programado visitar y entrevistar a don Moisés Arroyo Posada, en su casa ubicada en Santa Cruz, Miraflores. La cita se concertó un 11 de octubre gracias a uno de sus hijos: José Carlos Arroyo. A pesar de la ceguera producida por la diabetes, se encontraba lúcido y con motivaciones para participar en el centenario del nacimiento del amauta Mariátegui, celebrada en 1994, aunque su deceso se produjo antes que pudiera rendir su testimonio para dicho evento.
La tarde fue fructífera y a ratos el testimonio resultaba conmovedor, motivado por el sentimiento que trasmitía don Moisés por su relación amical y de compromiso con los ideales de José Carlos Mariátegui. Este testimonio es el que transcribí en mi libro: Una experiencia alternativa en la educación peruana, publicada por la ANR el año 2007.
Ayer sábado 11 de febrero, nuestro querido y apreciado poeta Víctor Ladera Prieto como colaborador del Diario La Primera, editada para la región central del Perú, ha publicado esta entrevista que quiero compartir con mis lectores.
Moisés Arroyo y la relación con Mariátegui
Extraemos del libro, “Una experiencia alternativa en la educación peruana”, la entrevista realizada por Víctor Mazzi Huaycucho, cuando transcurría el 11 de octubre de 1991 en la ciudad de Lima al entonces dirigente jaujino, quien tuvo relaciones con el amauta.
¿En qué época y bajo qué circunstancias Ud. conoce a José Carlos Mariátegui?
El año 1927 cursaba el segundo año de letras, fue mi profesor el doctor Carlos Velásquez, estaba estrechamente ligado al escritor Mariátegui, nosotros estábamos familiarizados con la lectura de la revista Amauta y del quincenario labor. El profesor una buena tarde nos dijo, a quienes simpatizábamos con él ¿quisieran conocer a José Carlos Mariátegui? Naturalmente le dijimos.
A eso entre las 4 ó 5 de la tarde fuimos en fila detrás de él, desde el parque universitario llegamos a pie hasta el monumento a Jorge Chávez, al voltear llegamos a Washington izquierda tocamos la puerta de la casa de Mariátegui y nos recibió Ana Chiappe, nos hizo esperar, nos hizo sentar en la sala de recibo, luego salió Mariátegui en su coche de ruedas, no parecía un inválido, a pesar de tener sólo las rodillas, vino rodando él mismo su vehículo y nos pusimos a conversar.
Lo que me llamó la atención es que aún inválido no me inspiró lástima ni compasión, ni nada, vi a un hombre alegre con una morada especial bajo su mechón de pelo dibujando la frente. Con mucha naturalidad y suficiencia nos pusimos a conversar, su dicción era acaso literaria, hablaba sin palabras rebuscadas pero con mucha elegancia. Los temas hablados eran muy diversos. Desde luego de política y organización.
¿Cómo así, entabla una relación epistolar con Mariátegui?
Estuve en el hospital Dos de Mayo, enfermé de paludismo, junto con mi padre porque vivíamos a la altura del puente de Vitarte, donde abundaban zancudos, en esa época no había penicilina, así que nos enfermamos ambos. Los estudiantes universitarios disponíamos de una sala en el hospital. El médico jefe me dijo: ¡a ver jaujino, vaya a Jauja a convalecer! Me dio de alta y mi pase a Jauja. Naturalmente comencé a escribir e hice saber a Mariátegui que estaba de viaje por motivos de salud, le pedía tareas. Le comencé a informar,-no necesitaba que me ordenaran para ponerme a trabajar y organizar- sobre antiguos vínculos de organizaciones anteriores. Por ejemplo con Horacio Mieses ya estaba comunicado.
¿Cuál era el trabajo político que le encomendó José Carlos Mariátegui?
El trabajo de propaganda y organización. Difusión de las publicaciones Amauta y Labor y de otras publicaciones mundiales. Yo era agente de de periódicos sindicales y revolucionarios, que se editaban en el mundo entero: París, Montevideo, Moscú, Sofía. A todas partes me pude comunicar, me carteaba con la Internacional Comunista.
¿Cómo participa en la Fundación del Partido Comunista?
Como dirigente, soy fundador ya en Jauja recorro de pueblo en pueblo, todo el valle del Mantaro, hago un informe general de la situación e ingreso en los pueblos sin comunicación previa, hago tocar la campana y el pueblo sale, entonces les hablo. Me hago oír y termino proponiendo que se organicen y se organizan. Así, voy organizando, de pueblo en pueblo, el partido y el sindicato.
¿Cómo se liga con el proletariado minero?
Los periódicos promueven la huelga (obreros de Morococha, 10 de octubre de 1929), naturalmente yo estoy comunicado y me dan directivas, entonces organizo a los pueblos que se solidaricen con la huelga, que hagan colectas y que manden dinero. Yo centralizo el dinero y lo envío directamente con alguna persona de confianza.
¿Cómo eran los dirigentes mineros de Morococha?
Jóvenes muy activos, muy responsables de sus actos, viajaban con frecuencia a Concepción para hacer propaganda y reunir dinero.
Cuando se funda el Partido Socialista, Mariátegui redacta un programa político ¿este documento circuló por Morococha?
Sí claro, hicimos reproducciones, yo tenía la ventaja que mi tío Máximo Pecho tuviera imprenta. El era anarquista, pero como familia me ayuda a reproducir aquellos documentos. En esa época los anarquistas luchaban contra los comunistas, había pugnas, sólo con posterioridad hay una identificación.
En su epistolario con Mariátegui ¿hay alguna crítica al sistema educativo del gobierno de Leguía?
Claro, soy profesor y sé cómo es la metodología de la enseñanza: Memorista, repetir al pie de la letra sin ningún criterio, sin espíritu crítico. Entonces entablo un nuevo tipo de relación con espíritu crítico.
¿Tiene Ud. alguna relación con la Internacional de los Trabajadores de la Enseñanza?
Sí, me carteo con ellos. Me comunico permanentemente con ellos.
¿Qué propuestas educativas tenían la ITE?
Indicaba que en el Perú debía respetarse el criterio nacional. Por consiguiente, las publicaciones tendrían que ser bilingües. Que el Perú como país multinacional y bilingüe, habría de ofrecer educación en quechua y también en Aymara.
¿La ITE tuvo comunicación con Gamaniel Blanco?
Sí. Ellos se carteaban, ellos también se escribían, estaban relacionados.
¿Cómo podría describir los centros escolares obreros que ellos dirigían?
Ese centro escolar obrero inauguraba, como le dije, una nueva metodología didáctica. Los alumnos no representan un papel pasivo de simples escuchantes, intervenían directamente con espíritu crítico. Criticaban al profesor, le proponían que debería enseñar, que tema les interesaba. Naturalmente, como obreros, les interesaba la técnica de la explotación del cobre, el cambio del dólar, etc. Se buscaba una educación con espíritu crítico.
¿Se podría decir revolucionaria?
¡Claro!
¿Se podría decir que estos obreros estaban aptos para crear su propia cultura?
Exactamente. Al principio tenían un complejo de inferioridad por ser obreros. Me gustaba alentarlos porque ya percibían otro tipo de criterio.
¿Cómo reaccionó la Cerro de Pasco contra esos centros escolares obreros?
Expulsó y mandó presos. Yo estuve en Malpaso. He ido porque tenía parientes, entre ellos el capitán de minas Leonidas Mandujano. En el momento de los disparos, iba pasando el puente, he visto que caían al río.
Cuando fallece José Carlos Mariátegui ¿se despliega un gran trabajo en la CGTP?
Yo era miembro de la CGTP, como delegado de comunidades campesinas de Jauja. Hay fotografías de esa época donde estoy en el pleno de la CGTP.
¿Cómo evaluaban la influencia del anarquismo dentro del movimiento sindical?
Tenían mucha influencia en el movimiento sindical. Fue una época posterior, debido a nuestro trabajo, que logramos borrar ese antagonismo y hacer un frente único.
¿Pero hay sindicatos que no se plegaron a la CGTP?
Sí, los panaderos y los choferes conservaron su independencia.
Pero, ¿Juan P. Luna seguía siendo anarquista?
El era dirigente máximo de los choferes.
No estaba afiliado a la CGTP ¿Por qué?
A la CGTP le tachaban de comunista, es era la razón. Decían que era agencia del comunismo.
En esa época ¿cómo observaban a los comunistas?
Era un delito grave, una imputación muy grave. Muy pocos tenían la valentía de decir ¡soy comunista!. Generalmente lo ocultaban. Los comunistas no decían ¡soy comunista!. Decía yo soy sindicalista, soy ¡anarcosindicalista! Era una chapa que desprestigiaba en esa época, porque la gente corría de uno. A la hora que decían ese es comunista la gente corría para que los demás no lo tachen de comunista. Así que los comunistas estaban aislados.
¿La persecución que desató Luis Sánchez Cerro influyó en esto?
Sí, bastante. Fueron épocas de represión feroz.
¿Cómo influyó la crisis de 1929 en la economía minera?
Esto tiene influencia directa, porque los capitales que se emplean en Morococha y La Oroya vienen precisamente de Estados Unidos. La quiebra de allá se refleja en la quiebra de esas empresas en el Perú, también el campesinado sufre las consecuencias de la crisis. Son cientos de obreros que pasan a la desocupación, lo que genera mayor lucha obrera.
Se acerca el centenario del nacimiento de José Carlos Mariátegui ¿Qué proyectos tiene?
Mi hija Eloísa conserva dos tomos míos sobre Mariátegui, propongo que hagamos un círculo o reunión para celebrar esta fecha con todos los que nos relacionamos y actuamos junto a Mariátegui. Mientras tenga fuerza hay que trabajar por el socialismo.
Víctor Ladera Prieto
Colaborador
No hay comentarios:
Publicar un comentario