Víctor Hugo Pacheco Chávez
México D.F.
esde mediados el primer lustro del siglo XXI no sólo hemos
estado discutiendo la vuelta a Marx, sino la vigencia del mismo para poder
explicar la crisis del capitalismo que estamos viviendo. En este sentido, el
Marx al que hemos estado revisitando constantemente es al Marx de El Capital, texto del que se han realizado en
este año distintos eventos conmemorando los 150 años de su publicación. Sin
embargo, este no es el Marx que pone en escena Raoul Peck, director haitiano
que se ha destacado por su cine militante.
No es mi intención emitir un juicio sobre las cuestiones
estéticas de la película, pero vale la pena señalar que es un trabajo que
explota ciertas características de los personajes para entablar una tensión
constante.[1] Se ha dicho, por ejemplo, que la
película “nos ofrece una sensación real de lo que significaba la política
radical: hablar. Hablar, hablar y más hablar. Debería ser tedioso, pero no lo
es. El espectáculo de gente ferozmente enojada que habla de ideas se vuelve de
algún modo absorbente y hasta apasionante”.[2] Dicha cuestión en realidad está en
sintonía con la apuesta cinematográfica de Peck:
“Llegué al cine a través de la política, digamos que a través de un compromiso cívico que decidí adoptar. El cine siempre ha sido algo que tiene que ver con mi vida, con mi experiencia, y por supuesto, con mi experiencia política. Con cada proyecto que hago desarrollo una conexión orgánica, pues me entrego a la investigación al cien por ciento y dejo mi vida privada a un lado. Cuando te tomas algo tan en serio tienes que estar convencido de que estás desarrollando algo concreto, sólido. Y puedes estar seguro que eso sucedió con los dos proyectos que ahora se presentan en el festival. A decir verdad, nunca me he visto como un cineasta que quiere contar historias, sino más bien como alguien que tiene una gran responsabilidad, como negro y como alguien nacido en el tercer mundo, de mostrar a las nuevas generaciones una perspectiva diferente de la sociedad, del mundo”.[3]
Bien, retomemos a partir de estas últimas líneas donde el
director y activista señala su intención de producir cine. La temática que nos
ofrece en la película titulada El
joven Marx. Peck empata precisamente la etapa de la vida de Marx, que
corre de 1844 a 1848, con el surgimiento del comunismo como propuesta
plenamente política. La fecha en la que concluye la narración, 1848, como todos
se pueden dar cuenta, no es casual, es precisamente el momento de redacción y
publicación de El Manifiesto Comunista,
que Marx elaboró junto a Friedrich Engels.
Una cuestión que vale la pena destacar es que entre tantos
regresos y vueltas a Marx se pone en acto una visión de izquierda y humanista
del personaje principal, la cual se contrapone a los últimos trabajos
biográficos que han salido no sólo de Marx sino de Engels, que son visiones
totalmente conservadoras sobre ambos personajes. Aquí no tenemos al demócrata
capitalista radical que se imagina Jacques Attali,[4] ni tampoco al Engels gentleman comunista de Tristam Hunt,[5] tenemos en cambio al Marx y al
Engels comunistas.
Sobresale la presencia de las mujeres en esta historia. Si bien
no es una película que se centre en la vida íntima y amorosa tanto de Marx como
de Engels muestra ciertos rasgos que habrá que valorar más allá del film. Por
ejemplo, en relación al vínculo sentimental de Marx con Jenny von Westphalen,
vemos el amor y la admiración de Marx hacia ella, pero sobre todo la entereza
moral y política de la propia Jenny. Lo mismo sucede con Mary Burns, quien no
sólo entabló una relación amorosa con Engels, que distaba mucho del ideal de
familia del siglo XIX, aquí vemos a una mujer independiente, que libremente
decide una relación abierta y su rechazo a la maternidad, a la vez que se
aprecia en ella a una militante política que acerca de manera directa a Marx y
a Engels a los círculos radicales de la militancia obrera.[6]
Vale
la pena señalar de manera rápida un último aspecto. En la parte final de la
película Peck ofrece un montaje de sucesos políticos que acontecieron a lo
largo del siglo XX y XXI y a lo ancho del mundo con lo cual plasma la
importancia y la manera en que la teoría comunista elaborada por Marx influenció
y trastocó el devenir de la humanidad en la lucha por su liberación, dejando un
mensaje claramente revolucionario para estos momentos en los que hay una
derechización de la política a nivel mundial: es momento de volver a imaginar
que es posible transformar el mundo.
NOTAS
[1] Para una visión más detallada de
los aspectos técnicos y narrativos de la película véase Frédéric Monferrand,
“‘Le jeune Karl Marx’, de Raoul Peck. Un biopic matérialiste”, en Le monde
diplomatique, https://blog.mondedilo.net/2017-09-26-Un-biopic-materialiste
vista 01/10/2017.
[2] Peter Bradshaw, “El joven Karl
Marx: una historia inteligente de amistad comunista”, en Sinpermiso.info,
http://www.sinpermiso.info/textos/el-joven-karl-marx-una-historia-inteligente-de-amistad-comunista
visitada el 01/10/2017.
[3] Carlos Jesús González, “Entrevista
a Raoul Peck, nominado al Oscar por I am not your negro”, en Cine premiere,
https://www.cinepremiere.com.mx/entrevista-raoul-peck-nominado-al-oscar-por-i-am-not-your-negro-62712.html
visitada 01/10/2017.
[4] Jacques Attali, Karl Marx o el espíritu del mundo: biografía,
Buenos Aires, FCE, 2007. Véase también Jonathan Sperber, Karl Marx, España, Galaxia Gutenberg, 2013.
[5] Tristram Hunt, El gentleman comunista: la vida revolucionaria de Friedrich Engels,
Madrid, Anagrama, 2011.
[6] El libro de Mary Gabriel sobre la
vida íntima de Marx y Jenny, aunque centrado en dicha pareja, deja ver la
importancia de tanto de Jenny como de Mary Burns en el movimiento comunista.
Véase Mary Gabriel, Amor y Capital. Karl y Jenny
Marx y el nacimiento de una revolución, Barcelona, El Viejo Topo,
2014.
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