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¿Hubo filosofía en el Tawantinsuyo? Si fue así: ¿quiénes son los filósofos fundamentales?, ¿qué clase de filosofía era? ¿Cuáles son los textos principales? Uno de los libros más importantes en lo va del siglo XXI, se refiere precisamente a ese tema. La investigación, estudio y análisis original titula “Inkas y filósofos. Posturas, teorías, estudios de fuentes y reinterpretación”, cuyo autor es Víctor Mazzi Huaycucho. Se trata de un Profesor Principal de la Universidad Nacional de Educación, Enrique Guzmán y Valle y docente en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Nada más y nada menos que hijo del poeta obrero Víctor Mazzi Trujillo.
Víctor Mazzi Huaycucho, va de frente al fondo de un tema que ha sido tratado
(maltratado), por algunos docentes vinculados a la academia y filosofía
impuesta durante el virreinato. Llama etnofilosofía a la evidente construcción
de un pensamiento original, propio y vigente que practicaron los amautas. Pero
que no se procedió a realizar un registro con el auxilio del alfabeto español.
Ese aparente vacío sin embargo, aparece en la ‘escritura’ especialmente en los
quipus y otros recursos que usaron los amautas para llevar la contabilidad y
anotar hechos históricos.
“La
tesis de una ‘superioridad cultural’ –dice Víctor Mazzi Huaycucho.– presente en
el discurso de los cronista hispanos, sostenía que el sistema comunicativo que
impusieron, resultaba superior al momento de entablar el contacto comunicativo
con los hatunrunakuna del Tawantinsuyo. La imposición del grafema alfabético
como nuevo sistema comunicativo y el papel como soporte de dicho registro,
instituyó la idea de simplificación de los procesos de almacenamiento de
información en mayores volúmenes. Parte de esta versión distorsionada puede
verse en el inka Titu Kusi Yupanki –según los escribanos religiosos– al ver el
uso de la escritura y su decodificación señala que los hispanos ‘hablan con
unos extraños paños blancos’, como si los hamut’aq carecieran de un propio
sistema de almacenar información”. 1
El caso de Waman Poma de Ayala, como señala Víctor Mazzi Huaycucho, es singular
porque decide ilustrar el desarrollo de una carta extensa dirigida al rey de
España. En efecto, “Nueva crónica y buen gobierno”, así como “Las costumbres
antiguas de los incas” o “Historia de los incas” de Blas Valera, son fuentes
que Mazzi utiliza para sostener que en el incanato se practicó la etnofilosofía
y que es un error tratar de entender ese conocimiento, con los mismos cánones
que se miden o usan para explicar o entender la filosofía por ejemplo
griega.
El Tawantinsuyo no era una unidad monolítica, se trataba de una confederación
de pueblos, comarcas, culturas dispersas, distintas y distantes. El poder
político central era ejercido desde el Cusco a cargo del inca, asesorado por
administradores para cada suyo. Los incas respetaban costumbres, idiomas y usos
de los pueblos sometidos, sobre todo expresiones de la cosmopercepción
pero exigieron el culto a Wiracocha, padre y creador del universo y la
vida. Pese a esfuerzos de varios incas para formar élites culturales, políticas
y administrativas, no se logró a través del Yachayhuasi, forjar una clase
dirigente y dominante incaica. La complejidad cultural fue sin duda un
obstáculo para forjar un pensamiento filosófico único, a través de los recursos
registrales que entonces se tenía.
Como bien señala Víctor Mazzi Huaycucho: “Al momento de la irrupción de la
letra en los Andes, los khipukamayuq y qillqakamayuq se apropian de ella y la
utilizan como mecanismo comunicativo accesorio a los propios sistemas
comunicativos para preservar la nueva información generada; sin embargo, no hay
simetría con la letra; los escribanos hispanos no comprendían el universo de
los diversos idiomas regionales que existían en el Tawatinsuyu. Prácticamente
se vieron imposibilitados de comprender los conceptos más originales del
runasimi que trataban de trasladar a sus documentos administrativos”.
El sistema de registro de los kipus y otros recursos, no tenía lógica para los
letrados españoles, quienes además no la necesitaban para la práctica de
un permanente sistema de esclavismo, latrocinio y saqueo. Ninguno de los
cronistas fue versado en filosofía, salvo algunos curas en teología que usaron
el evangelio y la biblia para “adoctrinar a los indios”, degradarlos y
convertirlos en recursos de trabajo y carga. Los cronistas oficiales no tenían
por qué preocuparse si los “indios”, tenían o no instrumentos para explicar por
ejemplo los orígenes de la vida y el universo.
Hace bien Víctor Mazzi Huaycucho al señalar: “El estudio del
pensamiento reflexivo y la tradición sapiencial en sociedades que están fuera
de la tradición filosófica europea, urgen por traspasar la frontera del canon
impuesto, preservando lo original y peculiar de los pensamientos y reflexiones
que han edificado. Los tópicos del pensamiento reflexivo autóctonos han sido
estudiados sin atender sus propias construcciones originales, muchas veces,
aplicándoles criterios externos que no sincronizan con la condición original
que representa.” 2
Víctor Mazzi
Huaycucho, ha realizado uno de los trabajos más difíciles y complejos. La
crítica oficial no ha valorado en su exacta dimensión un aporte fundamental
para reflexionar desde la etnofilosofía, qué hemos sido, qué somos y cómo
debemos ser.
1.- Víctor Mazzi
Huaycucho: Inkas y filósofos. Posturas, teorías, estudio de fuentes y
reinterpretación. Autor-editor. Pág. XIII. 2016. Lima.
2.- Víctor Mazzi
Huaycucho: Inkas y filósofos. Posturas, teorías, estudio de fuentes y
reinterpretación. Autor-editor. Pág. 379. 2016. Lima.
José Luis Ayala
http://elcholoayala.blogspot.com/
José Luis Ayala
Olazával,cronista, poeta, ensayista, narrador y gran promotor de la cultura
aimara. elcholoayala.blogspot.com |
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