Hace 100 años nació en
Apata (Jauja), aunque fue inscrito como oriundo de Morococha (Yauli) un 17 de
marzo de 1925. Él representa, como otros, el caso del autodidacta que desplegó
toda su labor en el campo de la poesía, adhiriendo un mensaje, una voz… la de
los obreros y los oprimidos. Usualmente no figura en sesudas antologías
(“antojolías”) de la poesía peruana.
El 7 de julio de 1956,
en conjunto con los poetas Leoncio Bueno, Eliseo García, Carlos Loayza y José
Guerra Peñaloza, acordaron constituir un movimiento cultural de raíz
eminentemente clasista fundando el Grupo Intelectual Primero de Mayo (GIPM),
con el propósito de “plasmar un medio propio de expresión, una presencia
inconfundible de la conciencia, el punto de vista y la emoción estética de la
clase trabajadora en el campo de la creación artística”.
La poesía proletaria,
se percibió como “extraña” en la escena literaria peruana. La obra y acción de
muchos de los miembros del GIPM ha sido sufrir persecución, encarcelamientos,
deportación y cierre de cualquier medio de difusión para propagar la obra
estética.
Sus compañeros del
GIPM solían llamarlo “el viejo Mazzi”, sin embargo, cuando ocurrió su deceso en
1989 tenía cumplidos 65 años. Las reuniones y eventos del GIPM marcaban una
agenda paralela frente a lo oficial y “normal” de una élite literaria apartada
del compromiso social, intentaban ser “puros”, asépticos frente a una dura
realidad peruana.
Su obra se exhibe
libremente en la vía digital, a través del blog spot “el khipu de Juan Yunpa”.
Al celebrar sus cien años, el mejor homenaje que se le puede rendir es leer su
obra completa y difundirlo entre la nueva generación. La familia del poeta
agradece sus saludos y mensajes en este día tan especial.
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