Homenaje a César Guardia Mayorga
Universidad Nacional de Educación. Enrique Guzmán y Valle. La Cantuta. Lima, miércoles 22 de abril 2015.
riundo de Lampa, Ayacucho, Cesar Guardia Mayorga se
formó en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, donde inició la
docencia universitaria en 1931, fecha en la que obtuvo el bachillerato en
Historia, Filosofía y Letras; el doctorado en Letras en 1934, y el título de
Abogado en 1937. Desde el inicio de su fecunda actividad intelectual y
académica, defendió con tenacidad y pasión su adhesión al socialismo en una
época en que esta postura significó persecución política, exilio y prisión.
En sus primeros libros: Historia Contemporánea, publicado en 1937, e Historia Media y Moderna en 1941, rompió “con la tradicional manera
de abordar y analizar los hechos históricos que por lo general no trascendía
una historiografía descriptiva, aparentemente neutra y objetiva, para penetrar
con lenguaje ágil y ejemplificado, en la interpretación de los hechos,
contextualizando fechas y datos. En estos textos ya se trasuntaba claramente un
nuevo enfoque de la disciplina histórica, quizá́ inédito en la época”[1]. Data de estos años:
Manual de Legislación Obrera publicado
en 1938, y Léxico Filosófico en 1941.
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Retrato a carboncillo por Teodoro Nuñez Ureta |
Durante los veinte años que permaneció en la
Universidad de San Agustín enseñó diversas asignaturas del campo filosófico y
educativo. Fue Director del Colegio Universitario, Director de la Revista de la
Universidad de San Agustín, fundador de la Facultad de Educación de la misma universidad,
dirigente del movimiento universitario de Arequipa, y Director de Conferencias
del Colegio de Abogados.
Como Presidente de la Asociación Nacional de
Escritores Artistas e Intelectuales de la filial de Arequipa, viajó a Chile en
1943 especialmente invitado para dictar seis conferencias sobre temas filosóficos.
Es durante estos viajes que inició una fecunda amistad con importantes
intelectuales como: Tulio Lagos Valenzuela, autor del Bosquejo histórico del movimiento obrero en Chile (1941); Alejandro Lipschutz, médico y filósofo; el poeta Pablo Neruda; y Lautaro Yankas,
novelista y narrador.
En 1945 publicó, Reconstruyendo el aprismo, donde se refiere al viraje histórico del Apra, en
circunstancias en que Haya de la Torre anunciaba su teoría del
espacio-tiempo-histórico, que fue ampliamente refutada en el libro desde la
perspectiva del marxismo. “Digamos, señala un artículo publicado en “La
República”, “que el filósofo aplicó unos golpes ideológicos certeros, a cambio
de los cuales recibió una golpiza materialista vulgar. Decididamente, nuestro
personaje no podía evitar el vínculo entre la teoría y la práctica, la propia
y la de sus adversarios. En esa época, Enrique Chirinos Soto practicaba el
vicio consuetudinario de insultarlo en el diario arequipeño "El
Pueblo". Sin embargo, ese libro fundamental y claro no estaba cegado de
encono. Quienes lo lean hoy con lucidez podrán encontrar incluso un llamado a
deponer fobias en aras de una renovación democrática del Perú. El filósofo
llamaba a luchar por la razón y contra el fanatismo”[2].
Poco
después en 1946 publicó, Psicología
infantil y del adolescente; en
1947 Filosofía y Ciencia; y en 1949, Terminología Filosófica. En sus conferencias,
charlas y escritos se evidencia su preocupación por la educación y la filosofía
en el Perú. También en la orientación que siguió como Director de la Revista de
la Universidad de San Agustín, donde publicó: “La Reforma Universitaria”, en 1949; “Fascículos de
Psicología”, en el primer semestre de 1950; “Esoterismo Filosófico”, en el
segundo semestre de 1950, y “Universidad de San Marcos” en 19513. Año en el que viaja invitado al Congreso de
Filosofía reunido en Lima, donde
presentó un ponencia sobre “Epistemología de la Filosofía y de la Ciencia”, como
señala Ernesto More4.
En su artículo “Reforma Universitaria”, considera inaplazable
una reestructuración de las Universidades
con el objetivo de “eliminar lo innecesario y organizar debidamente
aquello que responde a las necesidades sociales, culturales y económicas del país y de la
región”.
“He expuesto, -escribe-, la gran importancia que tiene crear el espíritu científico en nuestras Universidades; pero la preparación resultaría incompleta si no se impartiese una educación humanista. La ciencia y la técnica, instrumentos de dominio del hombre sobre la naturaleza, deben tener como finalidad el bienestar y la humanización de la sociedad y del hombre mismo.”5.
Pero,
el 29 de octubre de 1948, Manuel A. Odría, dio un golpe de Estado contra el
presidente José Luis Bustamante y Rivero, inaugurando un régimen militar conocido
como el Ochenio que se caracterizó por el control absoluto del gobierno, y la represión
contra sus opositores.
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Album familiar. Sara Beatriz y su padre César Guardia Mayorga. |
Con el
objetivo de legitimarse, el general Odría convocó a elecciones donde ganó
porque fue el único candidato. No tuvo ningún oponente. En señal de protesta,
el 12 de junio de
1950, estalló la huelga de los estudiantes del Colegio de la Independencia de
Arequipa contra de la dictadura militar que mediante una farsa electoral intentaba
legitimarse. Atrincherados en su local los jóvenes rechazaron el ingreso de la
policía que no vaciló en dispararles a quemarropa. La sangre quedó regada en
los pasadizos mientras los estudiantes corrían en dirección a la Plaza de Armas
sin otra defensa que su indignación y coraje. Allí subieron hasta la torre
donde tocaron las campanas de la Catedral, en un desesperado intento por
concitar apoyo, y el pueblo respondió. Se lanzó a las calles, formó barricadas,
se apoderó de varios locales, y exigió la renuncia del coronel Daniel Meza
Cuadra, Prefecto de Arequipa.
Al
día siguiente la ciudad despertó con un gran movimiento de tropa, patrullas de
soldados que se apostaron en lugares estratégicos, restringiendo el paso de la
gente. Nadie salió de sus casas, y al parecer la dictadura había ganado la
batalla. No sería tan fácil. Pronto una multitud enardecida se volcó a las
calles, construyó barricadas removiendo adoquines, interceptó los puentes Grau
y Bolognesi, y se congregó en la Plaza de Armas para protestar por la muerte de
los estudiantes. En cabildo abierto, fue proclamada una Junta Provisional
presidida por Francisco Mostajo, e integrada por Humberto Núñez Borja, Héctor
Cornejo Chávez, Jaime Rey de Castro y Teodoro Azpilcueta.
La
primera acción de la Junta Provisional de Arequipa fue lanzar un manifiesto
proclamando el inicio de “la revolución por la libertad del pueblo peruano y la
reivindicación de los derechos de la ciudadanía”, al tiempo que decretaba un
Paro General. Decisión que recibió la adhesión de la Universidad de San Marcos
y del Colegio de Guadalupe de Lima, y de las universidades del Cusco, Puno y
Trujillo. Nada pudo contener el desborde popular en medio de un intenso tiroteo
que se prolongó durante toda la noche. Al amanecer, la Universidad de San
Agustín, foco de la resistencia, cayó en poder del ejército. La Junta Militar
nombró Prefecto de Arequipa al General Alejandro Ruiz Bravo.
El
levantamiento contra la dictadura había sido sofocado. Quedaba aún la tarea de
defenestrar el movimiento universitario, y para ello el 27 de julio se le
comunicó al Rector de San Agustín, Alberto Fuentes Llaguno, que la universidad
sería clausurada en caso de continuar el clima de agitación política. No se
trataba de una amenaza, días antes sin ningún rubor el diario “El Pueblo” había
anunciado que los opositores al gobierno militar serían “barridos”.
En
efecto, a comienzos de 1952 llegó a Arequipa el coronel Juan Mendoza, Ministro
de Educación, con la orden que ocho profesores de la Universidad de San
Agustín debían ser retirados de sus cargos acusados de hacer
proselitismo político en contra del gobierno militar: Teodoro Núñez Ureta, Humberto Núñez Borja, César
Guardia Mayorga, Eduardo Rodríguez Olcay, Ernesto Rodríguez Olcay, Alfonso
Montesinos, Javier Mayorga Goyzueta y Carlos Nicholson. La orden fue
terminante, no debían permanecer más de 24 horas en el país.
César
Guardia Mayorga fue llamado inmediatamente por el Dr. Arturo Urquidi, Rector de la
Universidad San Simón de Cochabamba, Bolivia. Allí fue nombrado catedrático de
Introducción a la Filosofía e Historia de la Filosofía. Durante los años que
permaneció en Cochabamba con su familia, organizó y dirigió el Seminario de
Filosofía, conformó la Comisión de la Reforma Universitaria, y el Comité de
Asesoramiento de la Comisión de Reforma Agraria. Colaboró con la Revista
Jurídica, y la Revista Cultura, dirigida por Eduardo Ocampo Moscoso.
En los primeros años del convulsionado gobierno de
Víctor Paz Estensoro, la Universidad de San Simón sufrió la intervención de una
comisión organizadora que impuso al Consejo Universitario la separación de
Cesar Guardia Mayorga y de varios profesores bolivianos. Pronto estalló una
huelga generalizada de profesores y alumnos, que obligó al Consejo
Universitario a revocar la decisión. Al comunicársele a César Guardia Mayorga
que podía volver a la docencia de sus cursos de Filosofía, respondió que sólo
retornaría cuando todos los profesores que también habían sido depuestos fueran
nuevamente contratados. Luego de tres meses de huelga y movilizaciones estudiantiles,
los maestros sancionados regresaron a las aulas de la Universidad de San Simón
donde Cesar Guardia Mayorga recibió el grado de Profesor Honorario.
En
el Perú, Manuel Prado Ugarteche ganó las elecciones en 1956, y declaró la
Amnistía para todos los exilados políticos. Pero la alegría del encuentro con
la patria pronto se convirtió en profunda aflicción. Mediante decreto, el
gobierno le prohibió a César Guardia Mayorga la docencia universitaria en el
país. Siguieron “cuatro años de vida sacrificada en Lima -
escribe el Dr. Hugo Pesce - atendiendo a
la enseñanza particular y a menesteres de abogacía, pero al mismo tiempo
dedicados a completar y terminar obras en curso y redactar indesmayablemente
nuevos trabajos”6.
Ernesto More, que entonces era diputado, logra que
se revalide el título de maestra de primaria de mi madre, que con gran
sacrificio y amor por su familia, hizo que todo fuera posible.
Ese año de 1956. César Guardia Mayorga asistió al
Congreso de Filosofía en Chile donde presentó la ponencia: ¿Es posible la
existencia de una filosofía nacional o latinoamericana?, publicada
posteriormente en la Separata de la Revista de la Universidad de San Agustín de
Arequipa7. En 1957 vuelve a escribir sobre El problema de la Reforma Universitaria, y publica La Reforma Agraria en el Perú8, que incluye un programa de 30 puntos. Hasta entonces, sólo se había
ocupado del tema, Carlos Ferdinand Cuadros, con su libro El arriendo y la Reforma Agraria en la Provincia de la Convención, publicado
en 1941, en el que postula la reforma como medio de liquidar las relaciones
latifundistas en el campo9.
El libro de César Guardia
Mayorga plantea la reforma agraria teniendo como eje principal la transformación
de la condición del campesino. "En realidad, señala, no es posible
conseguir la liberación del indio mientras preexista el sistema feudal o
semifeudal. No se trata solamente de crear la pequeña propiedad ni de aliviar
la condición de los campesinos, sino de dar fin a todo un sistema de propiedad y de explotación
agrícola, que no sólo resulta negativo para los indígenas sino para todo el
país"10.
A
finales de 1957, un grupo de intelectuales conformaron el Comité de Amigos de
Argelia Independiente, ante la cruenta lucha del pueblo argelino por su
independencia tras 130 años de colonización, en el que César Guardia Mayorga
tuvo una importante presencia. Por ello, en noviembre del 2012, con ocasión de la celebración
del 50 aniversario de la Independencia de ese país, el Embajador Mohammed
Bensabri a nombre del Presidente de la República de Argelia, Sr. Abdelaziz Bouteflika, lo condecoró póstumamente, en reconocimiento a su solidaridad y amistad.
En 1959, contra la mayoritaria opinión que el
quechua no tenía ninguna importancia, César Guardia Mayorga publicó el Diccionario Kechwa-Castellano
- Castellano - Kechwa, donde defiende “el principio reconocido al
derecho que tienen los pueblos a expresarse y desarrollar su cultura en su
propio idioma”11. En efecto, desde que
el runa simi -como se le llamaba en el
Tawantinsuyo- se empezó a conocer como quechua a partir de 1560 con la
publicación del Vocabulario de Fray
Domingo de Santo Tomás, ha seguido un proceso indesligable de nuestra
nacionalidad. Coexistió con el castellano en los primeros siglos de dominación
hispana en condiciones desiguales, pues siempre fue visto con desconfianza y
desdén12. Por ello, el único antecedente en el
siglo XX del Diccionario fue el libro
de Carlos Núñez Anavitarte, Aspecto socio-económico del problema de la
alfabetización del idioma quechua, publicado
en el Cusco en 1955.
En esa perspectiva, fue importante un lúcido
comentario que publicó Sebastián Salazar Bondy en El Comercio, titulado: “Un
diccionario y la Nacionalidad”:
Hacía falta, por cierto, un diccionario manual de quechua y castellano, un instrumento práctico no destinado a los especialistas, filólogos o lingüistas, sino para uso de la población culta, cuyo espíritu y concepción del país no olvidan ni escamotean la perentoria necesidad que existe de establecer una comunicación real entre la ciudadanía de habla española y la que se expresa en el viejo ilustre idioma indígena. Y ya lo tenemos. Su autor es el profesor César Guardia Mayorga y su editor Minerva Miraflores. Un verdadero volumen de bolsillo, bien impreso y económico, ordenado, además con la habitual técnica del diccionario de empleo corriente. Son 3200 vocablos de cada lengua, unas sencillas y útiles notas explicativas de introducción y un apéndice de elementales normas gramaticales. Hasta hoy —es preciso recordarlo— sólo había a la mano el magnífico tomo del Padre Lira, cuyo propósito es académico y cuyo uso, por ende, resulta poco fácil. La revalorización del quechua, pues, a la cual tantos etnólogos, historiadores y lingüistas están ahora contribuyendo, gana un nuevo aporte, y no pequeño. Revelaciones de poesía, revelaciones de cosmovisión, revelaciones del alma del Perú indio, nos están dando una noción cabal del bello y misterioso mundo del habitante autóctono antiguo y actual. ¿Cómo permanecer, si es parte de nuestro ser integral, si queremos interpretarla y sentirla plenamente nuestra? Aprender el quechua es un deber, en la tarea de cumplirlo ha de auxiliarnos bastante el diccionario comentado13.
Transcurridas casi cuatro décadas desde la primera
edición del Diccionario, la Editorial
Minerva publicó la séptima edición, confirmando la vigencia de integrar nuestro
país y tender puentes de comunicación entre la población de habla castellana y
aquella que se expresa en el antiguo idioma indígena. Dicho de otra manera,
entre nuestro pasado y nuestro presente.
En 1960, César Guardia Mayorga ganó por concurso la
cátedra de Psicología y Filosofía en la Universidad de Huamanga de Ayacucho,
pero sólo pudo enseñar un año porque
fue depuesto por la influencia que ejercía en los estudiantes que se declararon
en huelga ante el abusivo despido, en el contexto de un clima de intensa
convulsión social que vivía el país, descontento popular y las permanentes
invasiones de tierras de los campesinos en demanda de la reforma agraria.
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Pekin, 1960. César Guardia Mayorga y el líder chino Mao Tse-tung. |
Luego de un viaje a China, publicó ese año, De Confucio a Mao Tse Tung, en cuya
introducción titulada “La ruta a seguir”, recuerda al poeta Chu Yuang que 350
años antes de Cristo, se pregunta al ser despedido de un alto cargo:
“¿Debo seguir con firmeza la ruta de la verdad y la lealtad o la estela de una generación corrompida? ¿Debo trabajar en los campos con el azadón y la pala o buscar mi provecho en el séquito de un potentado? ¿Debo cortejar el peligro hablando claro o halagar con falsos acentos a los ricos y grandes? ¿Debo satisfacerme con el cultivo de la virtud o practicar el arte de persuadir mujeres para asegurarme el éxito? ¿Debo ser puro en mi rectitud o un adulador meloso, escurridizo e intransigente”.
“Desde entonces, -escribe Guardia Mayorga-, aquellas interrogantes se hallan vigentes para cada hombre, para cada escritor que desee escoger su ruta. Chu Yuang se quitó la vida ahogándose antes de pedir su reposición y obtener un nuevo cargo. Triunfó el poeta sobre el funcionario en la situación que le tocó vivir y actuar. Así lo comprendió el pueblo y celebró su fama anualmente en el Festival de los Dragones, buscando su cuerpo en la corriente de las aguas. El monarca que lo despidió yace en el olvido para siempre”14.
A inicios de 1962, en plena
campaña electoral, César Guardia Mayorga participó en la Convención Nacional
del Frente de Liberación Nacional, realizada en Lima del 4 al 6 de enero, con
una ponencia titulada: “El Frente de Liberación Nacional y la Reforma Agraria”,
donde señala: “El problema agrario es el problema fundamental del Perú. Ninguna
transformación básica de nuestra estructura socio-económica podrá realizarse al
margen de ella. (...) La reforma agraria debe constituir el reconocimiento de
un derecho social sobre la tierra, cuya vigencia exigen las clases desposeídas
y las fuerzas democráticas del país”.
Pero
18 de julio de 1962,
el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dio un golpe militar deponiendo al
Presidente Prado, frustrando
así las elecciones presidenciales por considerar que
estaban llenas de irregularidades. Los candidatos: Víctor Raúl Haya de la Torre por el Apra, Fernando
Belaúnde Terry por Acción Popular, Héctor Cornejo Chávez por la Democracia
Cristiana, César Pando por el Frente de Liberación Nacional, Alberto Ruiz
Eldredge por el Social Progresismo y Luciano Castillo por el Partido
Socialista, se vieron obligados a ceder la conducción del país a una Junta
Militar de Gobierno presidida por el general Ricardo
Pérez Godoy, quien procedió a disolver el parlamento.
La inclinación política
reformista de la Junta Militar pronto se evidenció. También la violenta
represión contra intelectuales, sindicalistas y políticos de izquierda. He aquí
un testimonio personal de aquellos días:
La noche del 5 de enero de 1963, varios patrulleros se pararon frente a nuestra casa, iluminando el ingreso con sus luces mientras los policías tocaban impacientes la puerta. Eran las 3 de la mañana y mi padre abrió sin imaginar que venían a detenerlo. El teléfono estaba cortado y no pudo llamar a ningún abogado, entonces les dijo que era profesor universitario con hijos pequeños, que no saldría a esa hora como si fuera un delincuente, y sin esperar respuesta los dejó en la sala. Los policías dormitaron hasta el amanecer, mientras un pesado silencio dominó nuestros días.
Esa
madrugada lo llevaron al Sexto y después lo trasladaron al Sepa, una prisión en
la selva amazónica de la cual nadie podía escapar pues estaba rodeada de un río
con pirañas. Cuando las esposas de los cientos de detenidos se dirigieron a la
Prefectura de Lima llevando frazadas y alimentos, todo fue aceptado a pesar de que
ya habían partido Al Sepa cerca de mil quinientos profesores, dirigentes
políticos, sindicales, y universitarios, procedentes de todo el Perú, encarcelados
por el delito de ser de izquierda.
Situación
que se tornó aún más compleja cuando el 15 de mayo se produjo el enfrentamiento
entre una columna de jóvenes guerrilleros y la policía en un paraje de Puerto
Maldonado, donde murió Javier Heraud. Entonces se invocó al orden frente a la
amenaza, y se endureció el régimen carcelario. Pero pudo más la serena mirada
de Javier Heraud, su limpia voz:
Quisiera
descansar todo un año y volver mis ojos al mar
y contemplar el
río crecer y crecer como un cauce,
como una enorme
herida abierta en mi pecho.
Dos
meses después, por razones de salud mi padre fue trasladado de emergencia en
helicóptero del Sepa al cuartel de la Guardia Republicana, conjuntamente con el
Dr. Hugo Pesce. Nos permitieron visitarlo antes de que lo internaran en el
Hospital de Policía. En un primer momento no lo reconocimos. Estaba con la
barba crecida, muy delgado y sin lentes. Fue una entrevista triste, rodeados de
policías, sin saber qué decirnos. Después lo trasladaron al Hospital de Policía.
El Dr. Pesce ocupó una habitación en el primer piso y mi padre en el tercer
piso con Jacobo Hurwitz, poeta que en 1928 fundó la revista “Mella”, en
México, conjuntamente con Tina Modotti y Diego Rivera.
Estos eran los hombres que los militares
consideraban peligrosos. Filósofos, poetas, y
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César Guardia Mayorga 1950 |
médicos como el Dr. Pesce que
fundó un leprosorio en la Amazonía donde recibía a los enfermos de lepra
marginados, excluidos de la vida. Cuando el Che Guevara pasó por el Perú,
visitó el leprosorio y años después le envió un ejemplar de su libro La Guerra de Guerrillas, con la
siguiente dedicatoria: “Al Doctor Hugo Pesce, que provocara, sin saberlo quizá, un gran cambio
en mi actitud frente a la vida y la sociedad, con el entusiasmo aventurero de
siempre pero encaminado a fines más armoniosos con las necesidades de América.
Fraternalmente, Che Guevara”.
Tras
nueve meses de injusta reclusión, los trasladaron a la Isla del Frontón, de
donde salieron libres al poco tiempo.
En su libro, Vacaciones en El Sepa, el
escritor Julio G. Gutiérrez Loayza, rememora:
“Sudando a chorros por el calor tropical abrazamos, con emoción que no pudimos disimular, a viejos luchadores del pueblo, a ilustres hombres de ciencia e intelectuales, honor del Perú. Allí están el Doctor Hugo Pesce, médico leprólogo de renombre mundial, humanista y sabio ilustre; el periodista y escritor democrático Ernesto More, el filósofo y profesor Doctor César Guardia Mayorga; el catedrático de San Marcos y escritor Doctor Alberto Tauro del Pino, el periodista Jorge Falcón, el científico y médico Doctor Asunción Caballero Méndez; el poeta Jacobo Hurwitz, el abogado y jurista Doctor Ángel Castro Lavarello; los dirigentes comunistas Raúl Acosta Salas y Jorge del Prado y muchísimos otros intelectuales, escritores, médicos, abogados, periodistas, profesores y altos dirigentes sindicales y obreros. Los iremos conociendo y tratando en los subsiguientes días de prisión. Hugo Pesce comenta: “Está aquí lo mejor del Perú”, y es así en efecto.”15
“En la prisión - escribe Gustavo Valcárcel - trasluce la condición humana como en una radiografía revelada. Ahí florecen las virtudes más recónditas y se desvisten los defectos ocultos. Yo he oído a todos decir que César Guardia Mayorga fue un preso paradigmático: por su dignidad, por su estoicismo, por las muchas virtudes que engalanaron su doloroso cautiverio, ejemplar enseñanza para todos”16
“Y, a propósito de esta actitud humanista que caracteriza el pensamiento y la obra de César Guardia Mayorga, escribe Jorge del Prado, quiero destacar dos rasgos vigorosos e indelebles de su personalidad: el primero consiste en su concepción filosófica del hombre, de su desarrollo cultural y de su lucha liberadora; concepción extensiva a la humanidad entera pero que germina en su pensamiento a partir de la experiencia propia, del análisis del medio en que hemos nacido y crecido y de la identificación con los intereses, las costumbres y los sentimientos del hombre peruano y sus raíces ancestrales. Expresiones de esta preocupación vital con sus obras de filosofía, literatura y poesía quechua: poemarios y diccionarios que lo califican como uno de los estudiosos e investigadores más autorizados. El segundo rasgo es su profundo sentido de solidaridad, característica que pude apreciar directamente, en carne propia, cuando estuve deportado en Bolivia y él puso en mi ayuda y la de mis familiares todo su prestigio y su propia seguridad, consiguiendo que desempeñe un alto puesto administrativo en la Universidad de Cochabamba. Actitud fraternal, espontánea y generosa que hizo sentir también por todos sus compañeros de prisión durante los largos meses de encierro y confinamiento que pasamos a su lado en 1963, en El Sepa, El Frontón, y la Carceleta del Hospital Carrión”17.
Apenas liberado César
Guardia Mayorga ganó por concurso las cátedras de Psicología y Filosofía en la
Universidad San Luis Gonzaga de Ica, donde enseñó cuatro años, y a partir de
1968, ejerció la cátedra de Filosofía en la Universidad de San Marcos. Tuvo una
importante estancia en Ica, y de este período datan sus libros: Problemas del conocimiento (1964); ¿Es posible la existencia de una filosofía
nacional o latinoamericana? (1966); Job
el Creyente y Prometeo el Rebelde (1966); Cultura Humana I Parte (1966); Psicología
del Hombre concreto (1967); Carlos
Marx y Federico Engels (1968).
En
1970, escribe el prólogo de la primera edición de Peruanicemos al Perú de José Carlos Mariátegui. "Los caudillos
militares, escribe Mariátegui, herederos de la retórica de la revolución de la
independencia, se apoyaban a veces temporalmente en la reivindicación de las
masas, desprovistas de toda ideología, para conquistar y conservar el poder con
el sentimiento conservador y reaccionario de los descendientes y sucesores de
los encomenderos españoles".
“Esto explica, señala Guardia Mayorga en el prólogo, que la estatua de Pizarro haya sido colocado junto al Palacio de Gobierno, y que este Palacio sea designado aún con el nombre de la "Casa de Pizarro". En cambio, la estatua de Manco Qapaq, el legendario fundador del Imperio del Tawantinsuyu, está en la plaza de La Victoria, y fue donada por la colonia japonesa, convencida de que este Inka era de origen japonés; esto explica que Isabel la Católica y otros personajes españoles tengan sus respectivos monumentos en la capital del Perú, y que aún no se le haya erigido a Túpac Amaru, el genuino caudillo precursor de la emancipación de nuestro pueblo; esto explica, que la Perricholi se haya convertido en una especie de símbolo de la mujer limeña, por haber conquistado al viejo Virrey Amat y Junient, que se le haya dedicado un museo y se haya escrito su biografía para perennizar su memoria, y que, en cambio, Micaela Bastidas, María Parado de Bellido, Flora Tristán, Clorinda Matto de Turner y tantas otras mujeres; verdaderamente representativas de nuestro pueblo, se hallen enterradas en el olvido”18.
César Guardia Mayorga se retiró de la docencia
universitaria en ese período, pero prosiguió incansable en la escritura de sus
libros. En 1970 publicó Filosofía,
Ciencia y Religión; Cultura Humana II
parte en 1972; y Gramática Kechwa
en 1973. En este libro para explicar las características principales del verbo
kay, ser, pone como ejemplo un poema de su autoría titulado Kay mana kay, ser o
no ser.
Viviendo soy,
Y cuando muero
Ya no soy.
¿Ser o no ser?
Es difícil contestar.
Kausaspa kani,
Wañuspari.
Manaña Kaniñachu
¿Kay mana kay?
Sasa jay niimi19.
En 1975, publicó Runa
Simi Jarawi, poemario en quechua firmado
con el seudónimo de Kusi Paukar. Se trata en realidad de la segunda edición de una
obra publicada en 1961.
El poemario está divido en tres partes: Sonqup
jarawinin. El cantar del corazón; Umapa Jamutaynin. El pensar de la gente;
Runap Kutipakuynin. La protesta de la gente.
En el
prólogo, Mario Florián, escribe: “En César Guardia Mayorga, polígrafo
brillante, se dan la mano la inquietud social y la erudición. Maestro
universitario, ensayista, filósofo, impulsador de corrientes doctrinarias
socialistas marxistas en varias universidades, quechuísta y poeta”. (…) Algunos
de los poemas de esta obra fueron publicados, en 1956, en la Revista Cultura
No. 2 de Cochabamba, Bolivia, y por esta razón, conocidos por el más alto
ensayista contemporáneo de la literatura quechua, el poeta y escritor, Jesús
Lara, quien en su famoso libro, La
literatura de los quechuas (La Paz, 1969), consagró a Kusi Paukar como uno de los mejores
poetas quechuas latinoamericanos de nuestro tiempo”20.
Es que “César Guardia
Mayorga era también poeta y como tal aprendió la filosofía de la vida cantando
las aristas del dolor, venciéndolas, sometiéndolas, haciéndose hombre sobre su
soledad y silencio, y quizás también sobre el silencio y la soledad de muchos”21, concluye Carlos Ferdinand Cuadros en
el discurso de homenaje que se le rindió en la ANEA.
Invierno
Cubiertos de ponchos de ischales,
Envueltos en el azul de los cielos,
Se tienden como cadáveres gigantes,
Y ya empiezan a dormir
Los cerros.
Las hojas verdes, ya amarillentas,
No pudiendo vivir,
Vuelven a la tierra
En alas del viento.
Así vuelve la tierra a la tierra
Vivificando la cuna,
Para que en días futuros
Nazcan nuevas hojas,
Nuevas flores22.
Es la traducción al español del poema Chiri Pacha,
Invierno, escrito originalmente en quechua, porque ¿de qué otra manera es
posible hacerlo? A propósito de Los ríos
profundos de José María Arguedas, un ensayista señala que la creación de un
idioma literario basado en el español, transmite “la extranjeridad de las
mayorías indígenas dentro de la identidad nacional peruana”. La capacidad para
oír “voces a través de las voces” se entremezclan con el dilema político: “¿qué hacer con los
fantasmas que siguen habitando el Perú́ andino, dar cuenta de ellos en una
nueva construcción nacional o exorcizarlos como una “utopía arcaica?”23
En 1978, publicó En
el camino, compuesto de diálogos, pensamientos y poesías, en cuya carátula
figura el dibujo que hiciera de él uno de sus grandes amigos, el pintor Teodoro Núñez
Ureta, donde ya se evidencia la
enfermedad. Su último libro, Vida y pasión de Waman Puma de Ayala, se publicó en 1979. Como señala, Andrés Ávila en
el libro La intelectualidad peruana del siglo xx ante la condición
humana, “por los títulos de los textos podemos afirmar que Guardia
Mayorga fue un intelectual de amplia cultura, que se refleja en su interés por
la comprensión de las diversas dimensiones de la actividad humana: filosofía,
ciencia, política, legislación, historia. Así mismo, en la lectura de la
mayoría de sus textos se muestra un enfoque filosófico y político marxista,
vinculado a su compromiso con los grupos sociales oprimidos. Este compromiso,
le acarreó muchos sinsabores, persecución política y problemas económicos para
él y su familia. Sin embargo, a pesar de las adversidades, nunca renunció a su
papel de maestro y crítico de los problemas que se presentaban en la sociedad
contemporánea”24.
Cesar Guardia Mayorga fue Miembro Honorario del
Primer Congreso Argentino de Psicología; Profesor Honorario de la Universidad
San Simón de Cochabamba; Catedrático Emérito de la Universidad de San Luis
Gonzaga de Ica; Catedrático Emérito de la Universidad San Agustín de Arequipa.
En 1984, la Universidad
Nacional de Educación. Enrique Guzmán y Valle. La Cantuta, creó el Centro de Estudios de Filosofía César Guardia Mayorga; en 1994, por
decisión unánime el Consejo Universitario de la Universidad de San Agustín,
acordó ponerle el nombre de Cesar Guardia Mayorga, a la Biblioteca del Área de
Ciencias Sociales. Así también, en ese mismo período la Universidad Nacional
Luis Gonzaga de Ica, le puso a la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la
Educación y Humanidades el nombre de César Guardia Mayorga. Reconocimientos que
constituyen un merecido homenaje al maestro que consagró su vida a forjar una
juventud académicamente competente e impregnada de valores éticos y de justicia
social.
El 18 de octubre de 1983, Cesar Guardia Mayorga,
murió a los 77 años de edad. Manuel de
Priego en un artículo periodístico, escribió: “Fue un sabio, lo decimos con
toda responsabilidad. Quizá, no estamos seguros, no inventó nada. Pero a mucha
gente le descubrió mundos nuevos; en un período de perezoso dogmatismo la dotó
de una cierta cultura filosófica general. Dio a conocer directamente a los
griegos, a los escolásticos, a los cartesianos, a los enciclopedistas, a Kant,
a Hegel, a Marx, a Engels. No sólo en las aulas universitarias. También en las
celdas de las cárceles, en plazas públicas. No hay confusión: nada que ver con el divagar, muy
lejos del sonajeo del diletante. Teoría y praxis era la cosa; transformar el
mundo, no sólo interpretarlo. La palabra verdadera sí; pero también la verdad
del valiente que la alimenta con su sangre y su accionar consecuente".
“Muy tenaz ha de ser –señores-, escribe el Dr. Hugo Pesce, la convicción filosófica y científica para que un hombre recorra sereno e incorruptible una trayectoria de altura por encima del confuso llano del error interesado. ¿Cuáles los fundamentos de esa certeza tranquila, avizora del bien venidero? ¿Cuáles las obras de nuestro filósofo progresista que mejor asidero presta su noble conducta?”
“¿Será esa hermosa Historia de la Filosofía que, arraigada hondamente en el quehacer humano, nos ha deleitado bajo el atractivo título de Cultura Humana (1965)? ¿O será el severo análisis denominado Problemas del conocimiento (1965)? O las diferentes monografías que abarcan desde la piadosa reconstrucción de un declinar político (1945) o bien la Reforma Agraria (1957) hasta el relato luminoso del oriente distante (1960) ó la plática irónica con los regionalismos latinoamericanos de la filosofía (1957)?”.
Y en el mismo escrito (Concepto de Filosofía, 2da edición, 1966), después de haber anotado que Sócrates, Platón y sus epígonos consideraban a la filosofía como una preparación para la muerte, afirma:
“Desde que la filosofía ha sido considerada materialista y dialéctica se ha convertido en una preparación para la vida; ha pasado del plano científico a fortalecer al hombre en la angustiosa búsqueda del cómo y el por qué del mundo, del hombre, de la sociedad, de las cosas y del pensamiento, ha abandonado su actitud contemplativa para convertirse en instrumento de acción creadora y transformadora, para dar a la sociedad una orientación científica y más humana, que sirva de base para el desarrollo integral del hombre” 25.
“Dura y
recta trayectoria de la luz entre las sombras
es esta que escuetamente nos ha tocado
reseñar”, concluye el Dr. Pesce. Y se pregunta:
¿Por qué el
encono, amigos? ¿Y de quiénes? ¿Por qué la incorruptible serenidad, nos
preguntamos?
Hagamos que la Historia
conteste26.
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Responso a César Guardia Mayorga. Unidad, Lima, 24 de noviembre 1983.
Notas
[1] Fortunato Jáuregui.
“Concepción Filosófica de César Guardia Mayorga”. Tesis. Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Facultad de Letras y Ciencias Humanas. Unidad de
Post-grado. Lima, 2005.
[2] César Guardia Mayorga, ó El Filósofo
Perseguido. “La República”. Lima, 13 noviembre 1983.
3 Ver Bibliografía.
4
Ernesto More. Reportajes con radar.
Lima, 1960, p.271.
5 César Guardia Mayorga. “La Reforma
Universitaria”. Revista de la Universidad de San Agustín. Arequipa, 1949, No.
29, pp. 6-11.
6 Hugo Pesce. “Trayectoria
Intelectual del Dr. César Guardia Mayorga”. Presentación libro,
Psicología del hombre concreto. Lima,
5 de diciembre 1967. ANEA.
7 Revista de la Facultad de Letras No. 3, 1965-1966. Universidad Nacional
de San Agustín de Arequipa, pp. 41-68.
8 César Guardia Mayorga. La Reforma Agraria en el Perú. Lima, 1957.
9 Carlos Ferdinand Cuadros. El arriendo y la Reforma Agraria en la
Provincia de la Convención. Cusco, 1941.
10 Ob. Cit., La Reforma Agraria, 1957, pp. 130-136.
11 César Guardia Mayorga. Diccionario Kechwa-Castellano
- Castellano - Kechwa. Lima, 1959.
12 Sara Beatriz Guardia. Presentación.
César Guardia Mayorga. Diccionario
Kechwa-Castellano - Castellano - Kechwa. Lima, 1997, Sétima Edición.
13 Sebastián
Salazar Bondy. “Un
diccionario y la Nacionalidad”. El Comercio, Lima, 30 de julio de 1959.
14 César Guardia
Mayorga. De Confucio a Mao Tse Tung. Del
feudo a la comuna popular. Lima, 1960, p. 5.
15 Julio G. Gutiérrez Loayza. Vacaciones en El Sepa. http://prisioneros-en-el-sepa.
blogspot. com.
16 Gustavo Valcárcel.
Responso a César Guardia Mayorga. Unidad, Lima, 24 de noviembre 1983.
17 Jorge del Prado. Discurso que en
representación de Izquierda Unida dio en el sepelio de César Guardia Mayorga.
Lima, 19 de octubre de 1983.
18 José Carlos Mariátegui. Peruanicemos al Perú. Prólogo: César
Guardia Mayorga. Lima, 1970.
19 César Guardia Mayorga. Gramática Kechwa. Lima, 1973, p. 189.
20 Mario Florián. Prólogo. Kusi Paukar.
César Guardia Mayorga. Runa Simi Harawi. Lima,
1975, pp. XII-XIII.
21 Carlos Ferdinand Cuadros Villena. Cesar Guardia Mayorga Pensamiento y
acción. Discurso de orden en el Homenaje que le rindió la Asociación Nacional
de Escritores y Artistas en el primer aniversario de su fallecimiento. Lima, 24
de octubre de 1984.
22 Kusi Paukar. César Guardia Mayorga. Runa Simi Harawi. Lima, 1975. Chiri
Pacha, p. 27.
23 Adolfo Gilly. “José María Arguedas, Mario Vargas Llosa y el Papacha Oblitas. Los ríos profundos, de José María Arguedas”. Revista
Nueva Sociedad. No. 238, marzo-abril, 2012.
24 Andrés Espíritu Ávila. Cesar A. Guardia Mayorga (1906-1983). María
Luisa Rivera de Tuesta. Coordinadora. La
intelectualidad peruana del siglo xx ante la condición humana. Tomo III. Lima, 2011, p. 145.
25 Hugo Pesce. “Trayectoria
Intelectual del Dr. César Guardia Mayorga”, con motivo de la
presentación de su libro, Psicología del
hombre concreto. Lima, 5 de diciembre 1967. ANEA.
26 Ibídem.
Sara Beatriz Guardia. Escritora. Investigadora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Martín de Porres (Lima-Perú). Directora del Centro de Estudios La Mujer en la Historia de América Latina, CEMHAL. Directora de la Cátedra José Carlos Mariátegui. Directora de la Comisión del Bicentenario. Mujer e Independencia en América Latina.
1 comentario:
Exelente Macrobiografia del Maestro Filosofo Literato Cesar Guardia Mayorga. En verdad no conocia a este insigne filosofo. Asi como Jose Carlos Mariategui.
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