Ha fallecido Eduardo Galeano (Montevideo, 3 septiembre 1940, 13 abril
2015), destacado escritor de izquierda latinoamericana. Sus obras: Las venas abiertas de América Latina
(1971) y Memoria del fuego (1986)
impactaron en distintas generaciones de pensadores, los que siguieron un
derrotero de análisis político, historia, documental, periodismo y creatividad
para reflejar la realidad que aquejaba a nuestro continente.
De joven trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero y
cajero de banco.
Editó la revista Marcha en 1960. Durante el golpe de Estado de 1973 fue
encarcelado y exiliado a Argentina donde fundó el magacín Crisis, donde
convergieron escritores y creadores de reconocida trayectoria cultural.
En 1976 después del golpe de Estado de Videla es amenazado por el
escuadrón de la muerte AAA, debiendo trasladarse a España. Pudo retornar a su
patria en 1985 después de reinstaurarse la vida democrática en su país. Funda
el semanario Brecha junto a Mario Benedetti, Hugo Alfaro y otros escritores que
antes habían trabajado en el Semanario Marcha.
Entre 1987-89 integró la Comisión Nacional Pro Referéndum para revocar
la ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, que impedía el
juzgamiento de crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar
entre 1973-1985.
Su militancia en pro de la democracia le involucra con el Frente Amplio
que llevó a la presidencia a Tabaré Vásquez. Fue corresponsal de distintas
cadenas de noticias y diarios internacionales.
EL LIBRO DE LOS ABRAZOS. (Selección)
Los nadies
Sueñan las pulgas con
comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico
día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en
lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y
aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o
empiecen el año cambiando de escoba. Los nadies: los hijos de nadie, los dueños
de nada.Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque
sean.
Que no hablan idiomas,
sino dialectos.
Que no profesan
religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino
artesanía.
Que no practican
cultura, sino folklore.
Que no son seres
humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara sino
brazos.
Que no tienen nombre,
sino número.
Que no figuran en la
historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que
cuestan menos que la bala que los mata.
Arguedas
Yo estaba regresando a
Montevideo, al cabo de un viaje. De dónde venía, no recuerdo, pero sí recuerdo
que en el avión había leído El zorro de arriba y el zorro de abajo, la novela
final de José María Arguedas. Arguedas había empezado a escribir ese adiós a la
vida el día que decidió matarse, y la novela era su largo y desesperado
testamento. Yo la leí y le creí, desde la primera página le creí; aunque no
conocía a ese hombre, le creí como si fuera mi siempre amigo.
En El zorro, Arguedas
había dedicado a Onetti el más alto elogio que un escritor puede brindar a otro
escritor; había escrito que estaba en Santiago de Chile, pero que en realidad
quería estar en Montevideo, para
encontrarse con Onetti y apretarle la mano con que escribe.
En la casa de Onetti,
se lo comenté. Él no sabía. La novela, recién publicada, no había llegado
todavía a Montevideo. Se lo comenté, y Onetti quedó callado. Hacía bien poco
que Arguedas se había partido la cabeza de un balazo.
Los dos estuvimos
mucho tiempo, minutos o años, en silencio. Después yo dije algo, pregunté algo,
y Onetti no contestó. Entonces alcé los ojos y le vi aquel tajo de humedad que
le atravesaba la cara.
El sistema /1
Los funcionarios no funcionan.
Los políticos hablan pero no dicen.
Los votantes votan pero no eligen.
Los medios de información desinforman.
Los centros de enseñanza enseñan a ignorar.
Los jueces condenan a las víctimas.
Los militares están en guerra contra sus compatriotas.
Los policías no combaten los crímenes, porque están ocupados en cometerlos.
Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan.
Es más libre el dinero que la gente.
La gente está al servicio de las cosas.
El sistema /2
Tiempo de los
camaleones: nadie ha enseñado tanto a la humanidad como estos humildes animalitos.
Se considera culto a
quien bien oculta, se rinde culto a la cultura del disfraz. Se habla el doble
lenguaje de los artistas del disimulo. Doble lenguaje, doble contabilidad,
doble moral: una moral para decir, otra moral para hacer. La moral para hacer se
llama realismo.
La ley de la realidad
es la ley del poder. Para que la realidad no sea irreal, nos dicen los que
mandan, la moral ha de ser inmoral.
El sistema /3
Quien no se hace el
vivo, va muerto. Estás obligado a ser jodedor o jodido, mentidor o mentido.
Tiempo del qué me importa, el que le vas a hacer, el no te metás, el sálvese
quien pueda. Tiempo de los tramposos: la producción no rinde, la creación no
sirve, el trabajo no vale.
En el río de la Plata,
llamamos bobo al corazón. Y no porque
se enamora; lo llamamos bobo por lo
mucho que trabaja.
Dicen las paredes /2
En Buenos Aires, en el
puente de La Boca:
Todos prometen y nadie cumple. Vote por nadie.
En Caracas, en tiempos
de crisis, a la entrada de unos de los barrios más pobres:
Bienvenida, clase media.
En Bogotá, a la vuelta
de la Universidad Nacional:
Dios vive.
Y debajo, con otra
letra:
De puro milagro.
Y también en Bogotá:
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Y debajo, con otra
letra:
(Último aviso.)
Dicen las paredes /4
En pleno centro de
Medellín:
La letra con sangre entra.
Y abajo, firmado:
Sicario alfabetizador.
En la ciudad Uruguaya
de Melo:
Ayude a la policía: tortúrese.
En un muro de
Masapete, en Nicaragua, poco después de la caída de la Dictadura de Somoza:
Se morirán de nostalgia, pero no volverán.
Dicen las paredes /5
En la facultad de
Ciencias Económicas, en Montevideo:
La droga produce amnesia y otras cosas que no
recuerdo.
En Santiago de Chile a
orillas del río Mapocho:
Bienaventurados los borrachos, porque ellos
verán a Dios dos veces.
En Buenos Aires, en el
barrio de Flores:
Una novia sin tetas más que novia es un amigo.
Profesión de fe
Sí, sí, por lastimado
y jodido que uno esté, siempre puede uno encontrar contemporáneos en cualquier
lugar del tiempo y compatriotas en cualquier lugar del mundo. Y cada vez que
eso ocurre, y mientras eso dura, uno tiene la suerte de sentir que es algo en
la infinita soledad del universo: algo más que una ridícula mota de polvo, algo
más que un fugaz momentito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario