Santos, Kildo; Oliveira, Dalila & Streck, Danilo*
Revista Brasileira de História da Educação, 21. DOI: http://dx.doi.org/10.4025/rbhe.v21.2021.e159
Se publica con autorización del autor principal.
INTRODUCCIÓN
Este
artículo tiene como objetivo analizar la revista Amauta[1] (1926-1930) y presentar sus
principales aportes al fortalecimiento de los procesos educativos
emancipatorios en América Latina. El estudio busca enfatizar la importancia de
dicha publicación no solo por su valor como fuente documental de una época,
sino también por representar el proyecto político y cultural del pensador
peruano José Carlos Mariátegui (1894-1930), quien hizo de esta revista una de
las principales plataformas educativas latinoamericanas.
El esfuerzo
intelectual de reflexionar sobre América Latina considerando su propia historia
es un desafío para el pensamiento crítico latinoamericano, y entendemos que,
desde la década de 1920, Mariátegui ha sido una fuente importante, ya que es
uno de los intelectuales peruanos más influyentes de la historia. el siglo 20.
Durante su corta existencia, produjo una extensa obra escrita, editorial y
política, a saber: la revista Nuestra Época (1918); el diario La Razón
(1919); la revista Amauta (1926-1930); y el periódico Labor (1929);
además de haber sido director de la revista Claridad (1923-1924). Su
obra escrita está publicada en 20 tomos, siendo el libro Siete ensayos
interpretativos sobre la realidad peruana el más editado. Mariátegui
también fundó el Partido Socialista Peruano (1928) y la Confederación General
de Trabajadores del Perú (1929). Sus ideas guiaron los enfoques teóricos más
conocidos de las ciencias sociales en América Latina, como la Filosofía de la
Liberación (Salazar Bondy, 1995), la Teoría de la Dependencia (Marini, 2000),
la Teología de la Liberación (Gutiérrrez, 2000), la Pedagogía del Oprimido (Mazzi
Huaycucho, 2007) y el enfoque Decolonial (Quijano, 1986).
Las
influencias y confluencias del pensamiento de Mariátegui en los enfoques
latinoamericanos dan testimonio de su importancia para el desarrollo de un
pensamiento social y crítico en la región. Entendemos que volver a su
pensamiento es relevante en el escenario actual y, por ello, destacamos, desde
la revista Amauta, sus aportes al fortalecimiento del pensamiento pedagógico
latinoamericano, así como a los procesos emancipadores de América Latina.
El estudio
se desarrolló mediante métodos de recolección de datos cualitativos, que
utilizaron procedimientos técnicos de las modalidades de investigación
bibliográfica y documental. Para el tratamiento de datos, optamos por el
análisis de contenido. Las actividades de recolección de datos se iniciaron con
conversaciones (Certeau, 1994) con profesores e investigadores del trabajo de
Mariátegui, lo que nos brindó un rumbo más claro en las búsquedas del material,
que se realizaron en las principales bibliotecas de Lima, Perú. Seleccionamos
trabajos referentes a la producción de Mariátegui, a saber: 1) la revista
Nuestra Época (1918), el diario La Razón (1919), el diario Claridad (1923-1924),
el diario Amauta (1926-1930) y el diario Labor (1928-1929). La
revista Amauta fue elegida como objeto de este estudio por ser la obra
editorial de Mariátegui con mayor alcance en América Latina y con mayor
reconocimiento en la historiografía peruana, la cual será presentada y
analizada más adelante en un apartado específico.
Seleccionamos
los 32 números de la revista Amauta, publicados entre 1926 y 1930. Las
actividades de búsqueda en este archivo dieron como resultado un conjunto de
datos (88 textos con contenido educativo), que fue sometido a una aproximación,
por lo que se realizó un preanálisis, seguido de mediante la exploración del
material, la definición de temas, la identificación de unidades de registro y
unidades de contexto en los documentos, con miras a tratar, interpretar e
inferir resultados.
La
investigación se desarrolló desde la perspectiva del pensamiento crítico
latinoamericano - “[...] quien viene reivindicando nuestro recorrido histórico
frente a esquemas eurocéntricos, y ha buscado sistemáticamente fortalecer
nuestra identidad, cuestionando el pensamiento conservador creado por los
poderes centrales del capitalismo” (Sader, 2008, p. 9) -, que va más allá de
las relaciones económicas, considerando las interconexiones entre los ámbitos
histórico, político, social y cultural.
Además de
esta introducción, el artículo presenta una breve revisión de la literatura,
llevando los estudios de la revista Amauta a una perspectiva histórica.
Posteriormente, el estudio trae un análisis de la revista Amauta, identificando
textos con contenido educativo. A continuación, el artículo presenta los
análisis de dichos textos, en los que se busca identificar su contribución.
LA REVISTA AMAUTA DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA: BREVE REVISIÓN DE LA LITERATURA
En este apartado
presentamos, desde una perspectiva histórica, una breve revisión de la
literatura sobre algunos de los estudios más comentados sobre la revista Amauta, con el propósito de indicar la
creación de una tendencia hacia el análisis de los aspectos culturales en torno
a los temas. publicado en las páginas de la revista por su estrecha relación
con el tema educativo.
Los
estudios sobre la revista Amauta comenzaron con Tauro Del Pino (1960),
con la publicación de su libro: Amauta y su influencia, en el que el
autor organiza temáticamente la revista. Los aportes de este estudio son
relevantes porque permiten comprender el origen y los objetivos de Amauta, así como su biografía y fisonomía
bibliográfica, señalando caminos para la conducción de estudios más específicos
sobre los temas de la revista.
Los
trabajos de Falcón (1979), Chavarría (1979), Messeguer Illán (1974) y Baines
(1972) tuvieron como objeto de sus reflexiones la revista Amauta para
discutir la polémica entre Víctor Raúl Haya de la Torre[2]
y José Carlos Mariátegui. Este debate constituye un capítulo importante en la
historia de las ideas políticas del Siglo XX y es parte de la lucha de clases
que poco a poco fue tomando forma en el Perú. Dicho conflicto va más allá de
los problemas tácticos del partido[3]
y expresa la oposición entre las alternativas programáticas de dos clases,
tanto en el concepto de sociedad peruana como en el carácter de la revolución,
entendiendo esta última, por un lado, como el proceso reformista democrático
nacional de la pequeña burguesía y, por otro lado, como el proceso socialista
revolucionario del proletariado (Cotler, 2014).
A finales
de la década de 1970 y principios de la de 1980 realizaron sus estudios
Goloboff (1983), Alcibíades (1982), Núñez (1979) y Wise (1978). Estos trabajos
trajeron interpretaciones de la revista Amauta desde una perspectiva que
enfatizaba el aspecto cultural. Estos autores discutieron las ideas artísticas
y literarias, el tema indígena, además del impacto que tuvo Amauta en la formación cultural de la
sociedad peruana. En este mismo contexto, se destacaron las reflexiones de
Flores Galindo (1980) en el libro La agonía de Mariátegui: la
polémica con la Komintern; en él, el autor recupera la imagen de la revista
como tarea colectiva, representando la voz de una generación.
El estudio
realizado por Wise (1987) aportó importantes aportes a la interpretación de la
revista Amauta al señalarla como una verdadera fuente de la
historia cultural peruana. El estudio de Goicochea (1993) también presentó la
revista Amauta como el proyecto cultural de Mariátegui, en el
que el autor articuló la cultura peruana, reuniendo a intelectuales de
diferentes regiones y con diferentes intereses, pero que tenían una
característica común: la búsqueda de lo nuevo y de alternativas. para resolver
el problema nacional. Teóricamente, la articulación de la cultura peruana se
logró mediante el ejercicio de repensar el Perú desde una perspectiva olvidada,
la del indígena.
La
literatura reciente cuenta con estudios que destacan el proyecto de la revista Amauta en cuanto a su influencia en los
procesos organizativos de los trabajadores; sobre la perspectiva de la
inclusión de la mujer en los espacios culturales y políticos de las sociedades
latinoamericanas; y sobre el objetivo de cuestionar la epistemología
eurocéntrica en las ciencias sociales, que fue dominante en el ámbito
intelectual y escenario político de la década de 1920 (Mazzi Huaycucho, 2017;
Guardia, 2017; Germaná, 2017).
Es evidente
que la revista Amauta influyó en la prensa peruana, especialmente en
la que cubría la agenda de los trabajadores. Específicamente, esta publicación
impactó en la prensa minera de Morococha, ciudad peruana, entre los años 1926 y
1930, donde Mariátegui difundió sus ideas revolucionarias, contribuyendo al
surgimiento de un nuevo tipo de clase obrera, que paulatinamente se alejó de
las influencias anarquistas y sindicalistas y abrazó las ideas del sindicalismo
revolucionario (Mazzi Huaycucho, 2017; Sobrevilla, 2012).
El estudio
de Guardia (2017) indica que la revista Amauta representó la expresión más
avanzada del pensamiento de Mariátegui, y esa expresividad dio paso a que las
mujeres publicaran en la revista. Entre las voces femeninas destacadas se
encuentran: Ángela Ramos (1926) y Dora Mayer de Zulen (1927), quienes
criticaron la educación patriarcal y sentimental de las mujeres peruanas;
Miguelina Acosta Cárdenas (1928), quien criticó la situación de explotación y
miseria en la que vivían los indígenas peruanos; Judith Arias y Cesar Acurio
(1929), Gabriela Mistral (1927) y María Wiesse (1927), quienes defendieron la
educación de los niños como una posibilidad de transformación social; Mary
González (1929) y María Augusta Arana (1928), quienes defendieron la participación
de las mujeres en las organizaciones de luchas sindicales contra las leyes que
oprimían al proletariado femenino; y Magda Portal (1927), destacada poeta y
activista política.
En cuanto a
cuestionar la racionalidad eurocéntrica moderna, el estudio de Germaná (2017)
indica que fue a través del proyecto de la revista Amauta que Mariátegui
desarrolló sus análisis de la realidad peruana, debatiendo con el
marxismo-leninismo de la Tercera Internacional Comunista el nacionalismo
radical de Víctor Raúl Haya de la Torre, y la intelectualidad
'criolla-oligárquica'. De esta manera, Germaná (2017) explora algunas de las
orientaciones epistemológicas de Amauta que toman, aunque de manera
incipiente, la revista como fuente de la perspectiva de la descolonialidad del conocimiento.
La revisión
de la literatura muestra el esfuerzo de muchos investigadores que se dedicaron
al estudio de la revista Amauta y, apoyados en importantes investigaciones
documentales, publicaron sus estudios. Estas publicaciones fueron más allá de
las discusiones teóricas y políticas que predominaron en los estudios
mariateguianos y abordaron los aspectos culturales, aún poco investigados,
sobre la obra de Mariátegui.
Sin
embargo, no se encontraron estudios sobre el tema educativo en las páginas de
la revista. Por tanto, entendemos que el presente estudio puede contribuir a
llenar este vacío.
AMAUTA: UNA REVISTA CULTURAL Y CIENTÍFICA
En América
Latina, la década de 1920 vio una proliferación de revistas
artístico-literarias y políticas de tipo vanguardista, de corta duración y con
números limitados. Los movimientos literarios, artísticos y políticos de la
región se difundieron principalmente a través de estas publicaciones, entre las
que se destacaron las siguientes: Repertorio Americano (1919-1958), de Costa Rica;
Martín Fierro (1924-1930), de Argentina; Claridad (1926-1941), de Argentina; Amauta (1926-1930), de Perú; Revista
Avance (1927-1930),
de Cuba; y Contemporáneos: Revista Mexicana de Cultura (1928-1931).
En el
contexto peruano, la revista Amauta fue contemporánea de varias otras, como Variedades
(1908-1932); Mecurio Peruano (1918-1931); Mundial (1920-1931); Flechas
(1924); Trampolín-Hangay-Rascacielos (1926-1927); Poliedro
(1926); Guerrilla (1927); La Sierra (1927-1930); Nueva Revista
Peruana (1929-1930). Todos circularon en la ciudad de Lima, y algunos
compartieron puntos de contacto con los temas de la revista Amauta. Destacan
también las revistas originarias de la región sur de los Andes, especialmente Kosko
y Kuntur (1927), de Cusco, y Boletín Titikaka (1926-1930), de la
ciudad de Puno.
En este
conjunto de revistas, Amauta se destacó por su calidad literaria, su
tendencia interpretativa basada en el materialismo histórico, y por ser una
publicación no dogmática, siendo considerada como una de las más
representativas de la época (Carter, 1968).
Se
considera que la revista Amauta ha representado un movimiento, una corriente
de renovación en el campo intelectual peruano y latinoamericano.
Queríamos
que 'Amauta' tuviera un desarrollo nacional, orgánico, autónomo e individual.
Por eso, comenzamos a buscar su título en la tradición peruana. 'Amauta' no
debería ser un plagio o una traducción. Tomamos una palabra Inka para crearla
nuevamente. Para que el Perú indígena, la América indígena, sintiera que esta
revista era de ellos. Y presentamos a 'Amauta' como la voz de un movimiento y
de una generación (Mariátegui, 1928, p. 1, cursiva del autor, nuestra
traducción)[4].
Según
Mariátegui (1926), Amauta se planteó como una revista con contenido, diferenciador
en el contexto peruano de la época, en el que predominaban las etiquetas y la
retórica. Esta declaración podría ser una estrategia para ganarse a los
lectores, en un contexto de aparición de otras revistas. Según Mariátegui
(1926, p. 1, nuestra traducción)[5],
la publicación tenía como objetivo
Identificar, esclarecer y conocer la problemática peruana desde el punto de vista doctrinal y científico. Pero siempre consideraremos al Perú dentro del panorama mundial. Estudiaremos todos los principales movimientos de renovación: políticos, filosóficos, artísticos, literarios, científicos. Todo lo humano es nuestro. Esta revista vinculará a los nuevos hombres del Perú primero con los de los demás pueblos de América, luego con los de los demás pueblos del mundo [...].
La
estructura de la revista Amauta varió en función de los diferentes
momentos, épocas y etapas que atravesó. Durante estos procesos, publicó
artículos en una variedad de campos del conocimiento y la educación apareció
como un tema importante en el proyecto de la publicación.
Amauta se puede caracterizar por su amplio
perfil, no restringido a una propuesta dogmática. Su proyecto era expresar un
pensamiento alternativo para enfrentar la tradición cultural oligárquica que
dominaba los centros culturales y la sociedad peruana. A lo largo de su
recorrido, tuvo diferentes énfasis, que identificamos en las tres etapas que se
presentan a continuación.
Las
ediciones de Amauta (números 1 a 16) tenían 44 páginas; los
números 17 a 30 tenían 104. Problemas 31 y 32, a su vez, tenían 84 páginas.
Todos los números de la revista incluyeron en sus páginas reproducciones de
obras pictóricas e ilustraciones. La publicación también estuvo compuesta por
estas secciones: El proceso del gamonalismo, Vida económica, Panorama
móvil y Libros y Revistas. Las ediciones de la revista (números 1 a
16) también se vendieron por 0,40 céntimos, y los referidos a los números 17 a
32, por 0,80 céntimos (Tauro del Pino, 1960).
Las
ediciones de Amauta que van del número uno al nueve (de septiembre de
1926 a septiembre de 1928) se pueden considerar como una primera etapa, que se
caracterizó por su amplitud en cuanto a los temas de debates, críticas y
análisis sobre la realidad peruana. En esta primera etapa se destacaron
materias como arte, poesía, literatura, educación y lenguas en general, lo que
no significó un abandono de las discusiones políticas, como lo demuestran los
artículos antiimperialistas publicados en su novena edición (Martínez de la
Torre, 1930).
La segunda
etapa de Amauta marcó el inicio de un nuevo viaje y de un nuevo modelo
de trabajo. La revista se convirtió en un factor de orientación política para
los trabajadores. En septiembre de 1928, Mariátegui proclamó que Amauta
dejaba de ser la revista de la nueva generación para convertirse en una revista
socialista. “Se acabó la primera etapa de 'Amauta'. En la segunda etapa, ya no
es necesario llamarla "nueva generación", "Vanguardia",
revista "izquierdista". Para ser fiel a la Revolución, le basta con ser
una revista socialista” (Mariátegui, 1928, p. 2, cursiva del autor, nuestra
traducción).[6]
Esta nueva
definición constituyó un punto de inflexión en el tipo de política editorial,
que generó transformaciones en la estructura de la revista. En esta segunda
etapa, Amauta se convirtió en un camino a través del cual se impulsó una
plataforma política y un nuevo proyecto de país, siguiendo las direcciones del
socialismo. En la editorial Aniversario y Balance, número 17 de la revista,
Mariátegui (1928, p. 1, traducción nuestra)[7]
afirmó que
Amauta no es un entretenimiento ni un juego de intelectuales: profesa una fe histórica, confiesa una fe activa y multitudinaria, obedece a un movimiento social contemporáneo. En el conflicto entre dos sistemas, entre dos ideas, no se nos ocurre sentirnos espectadores o inventar un tercer término [...]. En nuestra bandera inscribimos esta palabra única, simple y grandiosa: Socialismo [...].
A partir de
la publicación del número 10 al 29, Amauta desarrollaría un debate entre los
conceptos indígena, nacionalista radical y socialista, hasta adoptar una
política revolucionaria con el objetivo de desarrollar un enfoque que apuntara
a la construcción de un socialismo indoamericano. (Löwy, 2005), mediante una
línea de pensamiento que sentaría las bases de un marxismo latinoamericano
(Löwy, 2016).
La tercera
etapa de Amauta se puede entender en las publicaciones de sus tres últimos
números, luego de la muerte de Mariátegui en abril de 1930. Esta etapa se
caracteriza por los intentos de continuar la etapa anterior, bajo la dirección
de Ricardo Martínez de la Torre.
Sin
embargo, la revista publicó su último número (32) en agosto / septiembre de 1930.
Este hecho está relacionado con la muerte de Mariátegui, principal referente
para el funcionamiento de la revista; al cambio en su contenido (influencia de
la Tercera Internacional Comunista), que provocó el distanciamiento de algunos
colaboradores cercanos y la ruptura de relaciones con intelectuales
extranjeros; ya la crisis económica que afectó a los anunciantes (Portocarrero
Grados, 1996). Para Quijano (1994), el último número de Amauta estuvo
marcado por textos en los que las ideas centrales contradecían los principios
esenciales que había enseñado Mariátegui, dado que Ricardo Martínez de la Torre
eligió transitar por otros caminos, es decir, guiado por el marxismo ortodoxo.
Mariátegui,
a través de la revista Amauta, se propuso expandir el campo cultural peruano y
ganar espacio y público para construir un nuevo Perú. Este proyecto, basado en
los estatutos políticos y culturales del socialismo, era una tarea que debía
luchar contra el autoritarismo político de la aristocracia gobernante y las
miserias a las que estaban sometidos los pueblos indígenas, campesinos y
trabajadores.
Amauta quería que el nuevo individuo latinoamericano fuera representado en un proyecto cultural y político cuyo propósito era generar conciencia crítica y colectiva, y recuperar el sentido histórico del individuo nativo peruano, a través de las páginas de la revista. El cuadro 1 recoge los temas abordados con sus respectivas problemáticas y los textos referentes a ellos, todo ello organizado durante el proceso.
Cuadro 1: Temas y número de textos publicadas en la revista Amauta (1926-1930)
En cuanto a
los temas relacionados con el arte, la poesía, el cuento, la novela y la
literatura, Amauta publicó 310 textos sobre el contexto peruano
específico; 132 de ellos se refirieron a contextos latinoamericanos; y 73
abarcaron contextos europeos, asiáticos y estadounidenses, lo que indicaba la
visión local, regional y global de Mariátegui.
En cuanto a
los 43 autores peruanos que publicaron en Amauta, mencionamos a los que
escribieron con mayor frecuencia: Antenor Orrego, Dora Mayer de Zulen,
Mariátegui, Ricardo Martínez de la Torre y Víctor Raúl Haya de la Torre.
Centraron sus reflexiones en temas como los indios, América Latina, el
imperialismo, el arte, el capitalismo, el pensamiento y la educación. En cuanto
a los autores europeos, dirigieron sus discusiones a temas como el
psicoanálisis, el arte y la sociedad, el marxismo y las revoluciones china y
rusa. Los autores latinoamericanos orientaron su análisis hacia temas como el
Estado, la Iglesia, la revolución mexicana y la reforma universitaria. Así,
consideramos que Amauta se consolidó en un espacio plural de producción de
conocimiento cultural y científico, caracterizándose como una revista abierta
y, sobre todo, adversa al dogmatismo.
La
organización por temas y número de textos publicados en Amauta, presentada en
el Cuadro 1, muestra al campo de la educación como el tercer tema más publicado
en la revista, una frecuencia significativa que llevó a la creación de una
categoría de análisis, indicando la importancia del tema. para Mariátegui.
Amauta quería que la educación peruana abandonara el modelo educativo elitista
y dogmático que había sido conducido por la clase política dominante. La
revista brindó un espacio para discutir y evaluar los métodos, lineamientos y
teorías educativas que defendía la clase gobernante, y estimuló el análisis y
la crítica de los niveles educativos en el Perú y en algunos países de la
región.
Amauta
estableció la educación como un tema importante en la construcción del proyecto
de desarrollo de una nueva identidad nacional peruana y latinoamericana.
Mariátegui, al tiempo que dirigía la revista Amauta, jugó un importante papel rector en
el tema educativo en todos los niveles, y un mayor interés en los procesos de
lucha por la reforma universitaria se mantuvo en el centro de este debate
(Melis, 1999). La Tabla 1 muestra la frecuencia de artículos sobre educación
publicados en cada número de la revista
Los
artículos sobre el tema educativo publicados en Amauta conforman un conjunto de 88 textos[8],
que se distribuyeron en los 32 números de la revista, todos publicados desde septiembre
de 1926 hasta septiembre de 1930. No se encontraron textos sobre educación en
sólo dos ediciones (números 25 y 28).
Los autores
masculinos y femeninos de los textos sobre educación de la revista Amauta
componen un grupo de 48 personas y nueve instituciones (asociaciones,
federaciones y organizaciones). Del total de personas que escribieron en la
revista, el 20% eran extranjeros, pertenecientes a la región latinoamericana
(Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Uruguay y Venezuela). En
cuanto a la región europea, hubo autores de Alemania, España y Rusia.
Otros
colaboradores de Amauta fueron autores nacionales de diferentes
regiones del país (Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Puno, Trujillo), con
destaque para Carlos Velásquez, Miguelina Acosta Cárdenas y Luis Enrique
Galván, por publicar con mayor frecuencia en la revista. Los autores
constituyeron una red de colaboradores, desde una perspectiva de intereses
diversificados, ya que representaban diferentes realidades regionales y, al mismo
tiempo, posibilitó discusiones para la formación de una nacionalidad peruana.
Las mujeres
que publicaron textos sobre el tema educativo en la revista Amauta fueron Gabriela Mistral, María
Judith Arias, María Wiesse y Miguelina Acosta Cárdenas. La educadora chilena
Gabriela Mistral defendió, en las páginas de la revista, los principios de la
nueva educación vinculados a los principios del cristianismo. María Judith
Arias se dedicó a la educación indígena a través del proyecto La escuela Hogar,
que consistió en conocer las particularidades de los indígenas tomando en
cuenta sus propias circunstancias. En cuanto a María Wiesse, la autora peruana
contribuyó a Amauta con sus textos centrados en la educación de
los niños pequeños y la importancia de la fantasía en el proceso educativo.
Miguelina Acosta Cárdenas también se dedicó a la educación de los niños
indígenas a través de la propuesta de las Escuelas Rurales Itinerantes.
Estos
autores, hombres y mujeres, fueron periodistas, abogados, artistas, educadores
y escritores que utilizaron variadas formas de escritura, entre las que se
destacaron crónicas, ensayos y artículos de opinión, en una mezcla de lenguaje
académico, científico y periodístico. Los destinatarios de estos autores fueron
maestros y profesores, intelectuales, estudiantes, dirigentes sindicales,
campesinos y trabajadores en general.
Amauta se convirtió en una plataforma peruana que
permitió a una red de intelectuales de provincias estar en constante conexión
con la intelectualidad limeña. Dicha red permitió conocer esas realidades y,
principalmente, trajo temas importantes, como el problema del indígena
(marginado en las provincias), al centro de la discusión a nivel nacional. Amauta se distribuyó en casi todas las
capitales de las provincias peruanas a través de sus agentes y colaboradores,
como en los casos de Cusco, Huaraz, Chiclayo, Arequipa y Trujillo, llegando a
intelectuales, campesinos, trabajadores y pueblo en general.
La revista
también se convirtió en una plataforma latinoamericana, construyendo una base
educativa compuesta por países como Argentina, Chile, Costa Rica, Colombia,
Cuba, Ecuador, México y Uruguay, permitiendo un intercambio de información y
conocimiento. Además, dio paso a publicaciones de los sindicatos y de temas
latinoamericanos, como la reforma universitaria, la revolución mexicana, las
discusiones sobre la nueva ley en Argentina, así como las luchas educativas de
la Asociación de Docentes de Chile.
Los textos
que conforman el tema educativo de la revista Amauta tenían entre sus temas
principales la educación de los pueblos indígenas; la teoría educativa; acción
docente y organizativa de los docentes; organización de la educación; y el
movimiento estudiantil y la universidad, que se tratarán en la siguiente
sección.
EL TEMA EDUCATIVO EN LA REVISTA AMAUTA: CONTRIBUCIONES A LOS PROCESOS EMANCIPATIVOS LATINOAMERICANOS
Esta
perspectiva crítica apareció en la mayoría de los textos que buscaban
introducir nuevas alternativas para la construcción y desarrollo de un modelo
educativo capaz de comprender las realidades de la vida indígena. En este
sentido, se propuso la creación de un sistema de maestros y maestras
itinerantes, en el contexto de las Escuelas rurales ambulantes, para la
educación de los niños, en el que los maestros deben estar preparados para
vivir la vida cotidiana de las comunidades indígenas (Acosta Cárdenas, 1929).
Amauta también publicó un modelo de educación
indígena basado en experiencias educativas mexicanas, en el que la educación
del indígena se desarrolló de acuerdo con los principios de una educación
rural, argumentando que, en países agrícolas, como México, “[...] revelaría un
colonialismo mental absurdo, la introducción de buenos sistemas educativos para
los ciudadanos” (Cox, 1928, p. 15, nuestra traducción).[9]
La
experiencia educativa presentada en Amauta por Acurio y Arias (1929),
denominada La escuela Hogar, consistió en atender las necesidades y
particularidades de los indígenas tomando en cuenta sus propias circunstancias.
Esta propuesta criticaba el modelo de escuela itinerante, ya que este último
presentaba un modelo educativo apresurado incapaz de ahondar en la realidad de
la vida de los niños. Para los autores “[...] una escuela para los indios tiene
que convivir con ellos de manera persistente, tiene que interpretar sus
acciones y sentimientos, y este trabajo no se hace en unos días, sino en muchos
años” (Acurio & Arias, 1929, p. 29, nuestra traducción).[10]
Amauta también presentó el aporte del educador
peruano José Antonio Encinas, quien afirmaría que la educación del indígena
debe ser concomitante con el problema económico, que, a su vez, estaba
directamente relacionado con el tema de la tierra. Así, Encinas (1930, p. 76)
propuso la Escuela con tierra propia en lema. Esta escuela, también llamada escuela
social, podría transformar la condición del Indio, ya que consideraba su vida
de manera integral.
Entendemos
que Amauta
denunció los programas educativos estatales que no consideraban a los indígenas
como peruanos iguales, caracterizándolos como una "Raza inferior",
mostrando, a través de su postura consciente, que la organización de la
República Peruana no se diferenciaba en absoluto del sistema colonial. Los
textos en Amauta defendían una educación capaz de comprender y
dialogar con las realidades de las comunidades indígenas, atendiendo sus
necesidades y particularidades, con el objetivo de construir y desarrollar una
escuela comunitaria, comprendiendo que la educación del indígena estaba
relacionada con lo económico y lo económico, sobre todo, al asunto de la tierra.
De esta
manera, Amauta fue un espacio en el que llegaron las críticas con
propuestas que valoraban la cultura y el conocimiento de los pueblos indígenas.
Se evidencia en las discusiones que este es un tema complejo para el cual
tampoco existe una respuesta simple y única, dada la diversidad de los propios
pueblos indígenas y los lazos que se establecen con otras culturas de la
región.
TEORIA EDUCATIVA
La revista Amauta presentó debates en torno a las
principales tendencias teóricas de la época. El texto inaugural sobre este tema
defendió el proyecto de una nueva educación, basado en un concepto educativo
que proponía que la escuela debe girar en torno a los intereses de los niños, y
enfatizar los aspectos psicológicos de la enseñanza y la humanización de la
didáctica. Esta propuesta tiene como fundamento las experiencias de las
llamadas escuelas activas y escuelas experimentales de “Dewey, Merriam,
Causinet, Sary, Montessori, Decroly, Claparéde, Lunacharsky, Kerschensteiner,
Tagore, etc.” (Velásquez, 1926, p. 25).
La
perspectiva de la nueva educación defendió la necesidad de desarrollar un
proceso educativo basado en los supuestos de la investigación científica,
buscando aportes desde una variedad de áreas del conocimiento. Fue en este contexto
que Mistral (1927) introdujo sus ideas sobre la 'nueva escuela' para América
Latina, proponiendo una escuela con un sesgo social, público y científico que
garantice los derechos de los niños. Para Mistral (1927, p. 6, nuestra
traducción)[11],
“[...] la nueva escuela [...] es una creación espiritual y sólo puede ser hecha
por hombres y mujeres nuevos”.
Amauta discutió los problemas educativos
de su tiempo, enfocándose en la pedagogía y la cultura, presentando aportes de
la corriente neo herbartiana, enfatizando las ideas de la pedagogía social de
Natorp, así como las ideas de Kerschenteiner y Dewey. También reflexionó sobre
los escritos de María Montessori, discutió el ideal de la "pedagogía de
los valores", así como de la "pedagogía de la personalidad" (Mantovani,
1928). También destacó las contribuciones del "idealismo pedagógico
italiano", basado en el pensamiento de Benedetto Croce y Giovanni Gentile,
una corriente teórica que representó una reacción al positivismo pedagógico de
la época (Mantovani, 1928).
La revista
acercó a su audiencia conocimientos teóricos sobre la infancia y reflexiones
sobre la importancia de la fantasía y la imaginación para el proceso educativo
(Wiesse, 1927). Presentó discusiones en torno a la temática escolar y
religiosa, criticando las propuestas educativas de la burguesía que
históricamente utilizó la religión como plataforma ideológica para difundir sus
intereses políticos (Hierl, 1930).
Además,
publicó los principios teóricos pedagógicos de la Autoeducación obrera,
organizada por el Internacional Sindical Roja, una estrategia para
mejorar el conocimiento de los trabajadores cuya experiencia concreta fue
adquirida en Rusia, antes de la Revolución. La revista también difundió los
principios de la “Pedagogía proletaria” de la Internacional de Trabajadores de
la Enseñanza (1930), que luchó por una pedagogía real en el contexto de las
clases sociales.
Amauta
presentó las ideas teóricas y educativas de José Martí, considerándolo como un
educador revolucionario en la región (Foncueva, 1928). Esta conexión es
particularmente relevante para la construcción pedagógica en América Latina
(Streck, Moretti, & Adams, 2019; Streck, 2010), ya que identifica un camino
histórico fundado en principios de emancipación y justicia social, que valora
el conocimiento de la cultura local, pero está abierto a una gama de
interlocuciones teóricas, desde la pedagogía social y el movimiento de la nueva
escuela hasta la pedagogía socialista y proletaria.
Así,
entendemos que Amauta publicó propuestas para una nueva educación
basada en métodos científicos y en nuevos procesos de enseñanza y aprendizaje,
con énfasis en los saberes filosóficos, psicológicos, sociológicos, estéticos y
con un sesgo social que defiende los derechos de la niñez y la cultura. Esta propuesta educativa, al mismo tiempo, se
opondría a una corriente educativa religiosa y clasista que reproducía los
intereses de las clases dominantes. Desde esta perspectiva, Amauta presentó la propuesta educativa de
las Oficinas de auto educación para desarrollar prácticas que involucren
actividades independientes, además de insistir en la necesidad de acceso a los
procesos culturales para los trabajadores, entendiendo que la cultura es un
fuerte instrumento de dominación política.
ENSEÑANZA Y ACCIÓN ORGANIZATIVA DE LOS EDUCADORES
La revista Amauta siempre ha dejado espacio a las
reflexiones más destacadas de la época para presentar las realidades en torno a
la materia de la docencia latinoamericana. En dichos espacios se pensó y se presentado
como una acción importante en la lucha contra el imperialismo y en la posible
transformación y emancipación de la región. Los análisis docentes publicados
por Amauta trajeron perspectivas revolucionarias, reformistas,
progresistas e idealistas.
Desde un
punto de vista crítico, Amauta argumentó que la profesión docente debe
garantizar la independencia económica, ya que sería la fuente de otros tipos de
independencia, como aconsejaba la Convención Internacional de Maestros.
Criticó al gobierno por no ser consciente de que invertir en la formación y
carrera de los docentes era tan importante como gastar en seguridad nacional,
ya que el gobierno sobreestimó al ejército a expensas de la docencia (Urquieta,
1928).
Amauta publicó los eventos de
organizaciones docentes de la región latinoamericana, como la Primera y Segunda
Convención Internacional de Docentes, en Buenos Aires y Montevideo,
respectivamente, y la Convención Nacional de Docentes Argentinos, realizada en
Córdoba. La Convención Internacional de Docentes de Buenos Aires estuvo
representada por las mejores fuerzas renovadoras del continente, con la
participación de docentes de Uruguay, Chile, Paraguay, Perú, Guatemala, Bolivia
y Argentina (De la fuente, 1928).
En el texto
que presentó el mensaje de la Internacional de los Trabajadores de la
Enseñanza (ITE) a la Convención Nacional de Maestros Argentinos, reunida en
Córdoba, la revista Amauta destacó la importancia de la organización sindical
docente y denunció la falta de políticas sobre financiación educativa, carrera
y salarios, así como cuestiones de género y condiciones laborales de los
docentes.
Con el
texto de la Internacional del Magisterio Americano (IMA), la revista
denunció la brutal persecución de los maestros chilenos que encabezaban la
Asociación General de Maestros y otros que no compartían las ideas de la
dictadura en el país. Como acción para ayudar a los maestros, la IMA recomendó:
1º Denuncia, mediante la prensa y otros elementos de comunicación, las violentas medidas a que son sometidos los educadores chilenos; 2º Realizar actos de protesta contra los autores de las persecuciones ya favor de las víctimas; 3º Denunciar la Dictadura y condenarla así como a sus agentes diplomáticos en el exterior; 4º Trabajo por la expatriación de docentes declarados desempleados; 5o Comunicar al IMA sobre todas las resoluciones aprobadas (Internacional del Magisterio Americano, 1929, p. 81-82, nuestra traducción).[12]
Amauta se comprometió a difundir la lucha a favor de
los movimientos de docentes latinoamericanos, dando paso a sus demandas, sus
eventos y su objetivo de construir otros procesos educativos para la región.
Para ello, defendió la independencia económica como posibilidad de la docencia
como profesión debidamente reconocida en la sociedad, destacó la importancia de
la organización sindical y denunció la falta de políticas de financiación y
carrera docente.
ORGANIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN
El conjunto
de textos sobre organización de la educación publicados en la revista Amauta señala la necesidad de profundizar
en los conocimientos sobre los niños para hacer más científica la educación
escolar, defendiendo procesos pedagógicos que puedan acompañar el desarrollo
integral de los estudiantes (Galván, 1928a).
Amauta publicó reflexiones sobre El plan de la
reforma educacional en Chile e informó que la Reforma (1926) fue iniciada por
maestros de primaria con miras al progreso pedagógico. Esta reforma se puede
resumir en tres aspectos básicos:
1º Los propósitos e ideales de la enseñanza que determinan los postulados teóricos (eje filosófico); 2º La organización del servicio en la realidad tangible, que es la adecuación a la práctica de los problemas planteados (eje técnico-administrativo); y 3º La condición y preparación del docente, que es el elemento impulsor humano de la escuela y trabajador en el emprendimiento educativo (eje activo) (Galván, 1928b, p. 61, nuestra traducción).[13]
Aún en este
contexto, hubo discusiones en torno al propósito filosófico de la educación
propuesto por la reforma chilena, la autonomía y descentralización de las
actividades pedagógicas, además de la condición obligatoria y gratuita de la
enseñanza.
En otro
número de la revista se presentó un informe sobre la organización de la
educación pública en Rusia, destacando los avances educativos logrados después
de la Revolución de 1917. En ese período, se crearon las Escuelas de Trabajo,
siendo el principal medio para elevar la cultura de los jóvenes campesinos y
trabajadores. Así, también se organizó una campaña contra el analfabetismo, que
incluyó a más de 1 millón de estudiantes adultos (Lunatcharsky, 1929).
Respecto a
la organización educativa peruana, Sal y Rosas (1929, p. 88, nuestra
traducción)[14]
argumentó que la “[...] organización educativa sigue siendo un caso extraño de hibridación
embrionaria en el que se estratificaron intentos y adaptaciones más o menos
desafortunadas […]”; la política educativa abarcó únicamente las
características y necesidades de la costa, provocando una subordinación de los
procesos culturales de las sierras, que representaban la mayor parte del Perú.
En palabras del propio Sal y Rosas (1929, p. 89, nuestra traducción):[15]
Nuestra
política educativa debe estar informada sobre el ideal de hacer de la educación
pública no solo esa rutina administrativa trasplantada de Europa o América del
Norte, sino un instrumento civilizador de acción constructiva fructífera. [...]
Para ello, su estructura debe moldearse dentro de la realidad física y
espiritual de cada región [...] dentro de las líneas generales y la orientación
nacionalista que requiere la creación de un espíritu y una cultura genuinamente
peruanos.
El
contenido del citado texto evidencia el proyecto de la revista Amauta en la labor educativa de
preparación para la construcción de un nuevo país. La acción de la revista, la
de difundir y profundizar el conocimiento de las realidades regionales y
generar nuevas perspectivas que representaran el 'Perú profundo', señaló el
objetivo de la publicación de romper con las estructuras que marginaban a la
mayoría de los pueblos peruanos y reproducían privilegios para una minoría.
Amauta publicó un texto del Movimiento Sindical que
presentaba la organización del proletariado peruano, cuyo propósito era
desarrollar sus propios cuerpos de cultura que, bajo la iniciativa de la
Confederación General de Trabajadores del Perú [Confederação Geral dos
Trabalhadores do Peru] (CGTP), decidió crear escuelas denominadas Obreras y
Campesinas. El proyecto de la CGTP, el de desarrollar sus propios cuerpos
culturales, fue pensado y organizado por Mariátegui con el propósito de
capacitar a los trabajadores a partir de sus propias realidades.
La
organización educativa también fue abordada en el texto 'La plástica revolucionaria
mexicana y las escuelas de pintura al aire libre', de Casanovas (1929). Es una
experiencia que representó los principios revolucionarios del pueblo mexicano,
en la que las escuelas estaban abiertas a todos y sin privilegios de clase.
Así, hicieron del arte un exponente social, impartiendo clases populares las
posibilidades de expresión artística, para que, a través de ella, exterioricen
plenamente sus vidas.
En los
textos se ve que la preocupación por la estructura y organización del entorno
educativo estuvo estrechamente relacionada con la dimensión pedagógica, y esta
última, a su vez, con la dimensión política. La revista Amauta no presenta ningún modelo de
reforma a implementar en Perú y otros países de la región. Hay una mirada
atenta a la realidad educativa internacional en un contexto de grandes cambios
sociales y políticos.
Amauta pensaba en el Perú en correlación con otros
países, y la cultura peruana se pensaba dialécticamente con la universal. Esta
fue una característica importante de la revista para el campo educativo, ya que
concibió el proceso educativo desde la perspectiva de una formación integral de
las personas, con la capacidad de relacionar las experiencias internacionales
con las realidades nacionales, mediante el diálogo entre géneros de saberes,
generando así conocimiento nuevo y alternativo.
EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y LA UNIVERSIDAD
Los textos
sobre el movimiento estudiantil y universitario latinoamericano están
vinculados a la denuncia y la orientación contra los procesos imperialistas de
Estados Unidos que avanzaban en la región. Maestros como Alberto Ulloa, Manuel
Ugarte, Alfredo Palacios, entre otros, tuvieron importante influencia en la
formación de los jóvenes que buscaron construir una nueva América Latina.
Para Haya
de la Torre (1926a), la juventud latinoamericana conoció desde muy temprano los
objetivos y articulaciones del gobierno estadounidense de reinar sobre los
pueblos y, especialmente, sobre los latinoamericanos. Así, insistió en defender
un frente intelectual latinoamericano y denunció el carácter retórico y
reproductivo de las ciencias, de la literatura y de las artes desarrolladas por
las oligarquías regionales (Haya de la Torre, 1926b).
En cuanto a
la Federación de Estudiantes Peruanos, Amauta publicó sus principios sobre las
luchas por reformar la universidad, buscando instaurar la autonomía, la
participación de los estudiantes en los órganos de gobierno universitario, la
renovación de los métodos de enseñanza, la creación de nuevas cátedras y el
fortalecimiento de la perspectiva científica. Además de la reforma universitaria,
los estudiantes defendieron un proceso de socialización de la cultura y
solidaridad entre indígenas y trabajadores.
Amauta defendió la necesidad de desarrollar un
proyecto universitario que pudiera observar un trabajo común alineado con las
exigencias de la época. Esta propuesta se originó ante la constatación de que
la universidad latinoamericana seguía siendo una mistificación, requiriendo la
creación de una nueva universidad (Sánchez Viamonte, 1926).
El proyecto
de una nueva universidad se concibió en el contexto de la relación entre
universidad y vocación política, pues era importante para la universidad
capacitar a nuevos políticos para los países latinoamericanos. La necesidad de
una nueva formación política fue el resultado de las transformaciones ocurridas
a partir de la guerra europea y la posterior reacción dictatorial y militar que
influyó en la definición de la vocación política de ese siglo, lo que provocó
el descontento social y la crisis de los viejos sistemas.
Amauta discutió la importancia de la universidad y la
cultura para el nacionalismo, y que ambas estaban vinculadas a los trabajos
desarrollados mediante investigaciones científicas (Galván, 1927). A raíz de la
nueva generación latinoamericana, Amauta sugirió que la renovación del
espíritu universitario implicaría la llegada de nuevos profesores,
administradores y estudiantes que pudieran implementar nuevas perspectivas, de
acuerdo con las circunstancias de los nuevos tiempos (Fernández, 1928).
Desde esta
perspectiva, defendió una reorganización científica de la universidad, con Julio
C. Tello esforzándose por demostrar que estaba “[...] en la Universidad del
Futuro, en la Universidad con universalidad, donde se imparten todas las Artes
y todas las Ciencias, y que, al mismo tiempo, pueda ser una oficina de
investigación científica” (Arca Parró, 1928, p. 28, nuestra traducción).[16]
Junto al concepto de universidad científica, Amauta defendió la cultura universitaria y
la cultura popular, con el objetivo de construir una universidad integrada, conciliando
universidad y personas, trabajador manual e intelectual (Orrego, 1928).
El sentido
social de la reforma también indicó que la misión vital de la universidad
estaba relacionada con la demanda de mejores sistemas educativos (Ramírez
Castilla, 1929). Aunque en sintonía con los movimientos de la reforma
universitaria, Amauta realizó una lectura crítica de la Reforma
Universitaria de Córdoba, considerando que “[...] fue el punto de partida del
'movimiento revolucionario' pequeño burgués latinoamericano (Martínez de la
Torre, 1930, p. 48, énfasis del autor, nuestra traducción).[17]
La
composición social de la universidad argentina pasó de la clase que
representaba al antiguo régimen político y económico a la nueva generación,
formada por la pequeña burguesía y la clase obrera, que se encontró con una
universidad arcaica, teológica y medieval. Sin embargo, la Reforma de Córdoba
fue anticlerical, de carácter continental y antiimperialista.
Amauta indicó que estudiantes y profesores unieron
fuerzas en la lucha por la emancipación de los pueblos latinoamericanos frente
al proceso imperialista de Estados Unidos. Se animó a la juventud
latinoamericana a luchar contra los ataques oligárquicos e imperialistas y a
construir un proyecto para una nueva América Latina, girando las universidades
en una plataforma contra los intereses de la vieja ideología burguesa de las
clases dominantes, lo que propició la incorporación de importantes profesores a
favor de la causa juvenil, como Vasconcelos, Ingenieros, Palacios y Varona.
Amauta propuso la creación de una nueva universidad
basada en el conocimiento de la cultura y la investigación científica, así como
de nuevos métodos. Una enseñanza basada en la implementación de seminarios, la
investigación y el estímulo de la producción original por parte de docentes e
instituciones. La autonomía universitaria vendría con la llegada de nuevos
profesores, administradores y estudiantes que pudieran responder a las
necesidades de los nuevos tiempos, formando instituciones de cultura revolucionaria.
Amauta también indicó que las propuestas de reforma
universitaria estaban vinculadas a las clases medias revolucionarias y eran
manifestaciones de luchas de clases desarrolladas en los contextos sociales y
políticos latinoamericanos. La revista presentó el carácter y alcance de la
reforma en el Perú, pero también destacó su esencia latinoamericana,
entendiendo que el movimiento no solo estaba relacionado con el ámbito
universitario, sino también con aspectos políticos y sociales, confrontando a los
sectores conservadores y reaccionarios que tomaron como un problema
específicamente académico. Sería una universidad para todos, abierta al mundo
de las ideas y de la vida, un espacio de pluralidad, de cultura y, sobre todo,
de construcción científica.
CONSIDERACIONES FINALES
A partir de
los análisis realizados sobre los textos con contenido educativo de la revista Amauta, consideramos que esta fue la
plataforma educativa más importante que compuso el proyecto cultural y político
de Mariátegui; la publicación promovió la discusión de temas relevantes para el
campo educativo, como la educación de los pueblos indígenas, las teorías
pedagógicas, la docencia, la organización de la educación, el movimiento
estudiantil y la universidad.
Mariátegui,
a través de Amauta, entendió el proceso educativo desde la unión
entre la razón y la imaginación. La capacidad de convergencia entre estas dos
categorías, caracterizada por la relación de diferentes tradiciones culturales
(andina y europea), le permitió ensayar la elaboración de otra epistemología,
compuesta de reciprocidad y solidaridad andina, y de democracia y libertad
occidental.
Amauta se convirtió en el espacio
intelectual donde se comenzaron a impulsar propuestas de estudios, análisis y
conocimientos sobre la problemática latinoamericana, desde un punto de vista
cultural y científico, cuestionando los cánones del pensamiento centrado en
Europa y en Estados Unidos, señalando la necesidad de generan otras bases
epistemológicas a partir de las propias realidades y circunstancias.
Tenemos en
la revista Amauta las huellas de un proyecto educativo capaz de
vincular los aportes de la ciencia, la cultura y el saber popular, así como creando
espacios de investigación, análisis, diálogo y producción teórica a partir de
experiencias. A partir del ejercicio de organización cultural y política que
realiza la revista, encontramos un aporte primordial a los procesos pedagógicos
emancipatorios latinoamericanos actuales, una clave analítica e interpretativa
que permite buscar la comprensión de la realidad utilizando herramientas
diseñadas a partir de las propias circunstancias, generando una alternativa. y
pensamiento original.
La revista Amauta, mediante su supuesto
teórico-metodológico, persiguió la necesidad de descubrir, en cada realidad
particular, el método y la teoría que sea capaz de comprenderla y
transformarla, sin considerar determinante la racionalidad instrumental
eurocéntrica, sino la propia Realidad latinoamericana, desarrollando una forma
diferente de observar, analizar e interpretar la realidad. Este es un aporte
importante para fortalecer los procesos pedagógicos emancipatorios
latinoamericanos.
Teniendo
como base de reflexión y práctica las realidades regionales y nacionales, el
proyecto educativo del que se habla en las páginas de la revista Amauta indica una educación cerrada a
cualquier tipo de dogmatismo y reacia a los procesos de imitación y copia. La
propuesta debe seguir siendo autónoma, oponiéndose a cualquier ideología
oscurantista y a las nuevas comunidades epistémicas que se presenten como
poseedores de un conocimiento universal. Se opone a la propuesta reduccionista
de la educación como mera formación de la mano de obra y al colonialismo
mental, cultural y científico.
Por tanto,
la acción organizativa de la cultura y la política que propone la revista Amauta
nos permite pensar los proyectos educativos a partir de los grandes problemas
nacionales, propios de las realidades y circunstancias de los países
periféricos. Son proyectos que tienen como objetivo investigar, analizar e
interpretar las condiciones reales de la dependencia y entender que es posible
construir otro destino histórico para América Latina. La inspiración de Amauta está presente hoy en muchas
experiencias educativas, como en las prácticas educativas autónomas y
emancipadoras de los zapatistas, en la recuperación pedagógica del buen vivir,
y en numerosas prácticas dentro de contextos escolares y no escolares.
Esperamos haber logrado evidenciar en este artículo que Amauta, como plataforma educativa, es un
hito en la construcción de una praxis pedagógica emancipadora en América
Latina.
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* De los autores:
KILDO ADEVAIR DOS SANTOS: Doctor en Políticas Públicas en Educación y en la Profesión Docente en el Programa Latinoamericano de Doctorado de la Faculdade de Educação (FaE) de la UFMG. Miembro del Grupo de Estudio sobre Política Educativa y Labor Docente [Grupo de Estudos sobre Política Educacional e Trabalho Docente] - Gestrado / FaE / UFMG. Miembro del grupo de investigación Mediaciones pedagógicas y ciudadanía - Universidad Vale do Rio dos Sinos [Universidade do Vale do Rio dos Sinos] (Unisinos). Investigador adjunto del Instituto de Estudios Peruanos [Instituto de Estudos Peruanos] - IEP. Coordinador pedagógico en la red de educación municipal de Ibituruna / MG.
Correo
electrónico: kildoadevair@yahoo.com
https://orcid.org/0000-0002-4484-2782
Correo
electrónico: dalila@ufmg.br
https://orcid.org/0000-0003-4516-6883
Correo
electrónico: streckdr@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-7410-3174
[3] Se refiere a la decisión de Víctor Raúl Haya de la Torre de hacer
el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) el Partido Nacionalista
Peruano.
[5] “El objeto de esta revista es el de plantear, esclarecer y conocer los
problemas peruanos desde puntos de vista doctrinarios y científicos. Pero consideraremos
siempre al Perú dentro del panorama del mundo. Estudiaremos todos los grandes movimientos
de renovación -políticos, filosóficos, artísticos, literarios, científicos. Todo
lo humano es nuestro. Esta revista vinculará a los hombres nuevos del Perú, primero
con los de los otros pueblos de la América, en seguida con los de los otros pueblos
del mundo […]”.
[6] “La primera jornada de ‘Amauta’ ha concluido. En la segunda jornada,
no necesita ya llamarse revista de la ‘nueva generación’, de la ‘vanguardia’, de las ‘izquierdas’. Para ser fiel a la Revolución le basta ser una revista socialista”.
[7] “Amauta no es una diversión ni
un juego de intelectuales puros:
profesa una fe histórica, confesa una reactiva y multitudinaria, obedece a
un movimiento social
contemporáneo. En la lucha entre dos sistemas, entre dos ideas,
no se nos ocurre sentirnos espectadores ni
inventar un tercer término […].
En nuestra bandera, inscribimos ésta sola, sencilla y
grande palabra: Socialismo […]”.
[8] Estos textos están disponibles en Santos (2020).
[9] “[...] revelaría absurdo colonialismo mental, la introducción de
sistemas educativos buenos para gentes ciudadanas”.
[10] “[...] una escuela para el indio ha de convivir con él de manera
persistente, ha de interpretar sus acciones y sus sentimientos y esta obra no
se realiza en pocos días sino en muchos años”.
[11] “[...] la escuela nueva […] es una creación espiritual y sólo la
pueden hacer hombres y mujeres nuevos”.
[12] “1º Denunciar por la prensa y otros elementos de
vulgarización las medidas violentas de que son objetos los educadores chilenos;
2º Celebrar actos de protesta contra los autores de las persecuciones, y de
adhesión a las víctimas; 3º Hacer llegar su condenación, directamente, a la
Dictadura, y a sus agentes diplomáticos en el exterior; 4º Trabajar por la expatriación
de los maestros declarados cesantes; 5º Comunicar a la IMA, todas las
resoluciones que se adopten”.
[13] 1º Las finalidades y los ideales de la enseñanza que determinan postulados
teóricos (eje filosófico); 2º La organización del servicio en la realidad tangible,
que es la adecuación a la práctica de los problemas esbozados por aquel (eje técnico-administrativo);
y 3º La condición y preparación del maestro que es el elemento humano motor de la
escuela y obrero en la empresa educativa (eje activo).
[14] “[...]
organización educacional es todavía un extraño caso de hibridismo embrionario
en que se han estratificado ensayos y adaptaciones más o menos infortunados
[...]”.
[15] “Nuestra política educativa debe informarse en el ideal de hacer de la enseñanza pública no ya aquella rutina administrativa transplantada de Europa o Norte américa, sino un instrumento civilizador de fecunda acción constructiva. [...] Para ello hay que plasmar su estructura dentro de la realidad física y espiritual de cada región [...] dentro de las líneas generales y orientación nacionalista que reclama la creación de un espíritu y una cultura genuinamente peruanos”.
[16] “[...] en la Universidad del
Futuro, en la Universidad con universalidad, donde se enseñen todas las Artes y
todas las Ciencias, y, que, al mismo tiempo, sea un taller para investigar
científicamente ”.
[17] “[...] fue el punto de
partida del “revolucionarismo” pequeño-burgués latinoamericano”.
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