Pres
Víctor Mazzi Huaycucho
(Comentario en presentación del libro, Centro Cultural de la Pontifica Universidad Católica del Perú, martes 12 de diciembre).
Recordaré que fue el año 2018 que,
ante la invitación para una disertación en la Universidad La Cantuta por el
Grupo de Estudios Filosóficos Hamut’aq, Pablo Quintanilla nos participó del The
geography of Philosophy Project, cuyo propósito era el estudio de tres
conceptos sobre “conocimiento, sabiduría y comprensión”, para determinar si
estas nociones se encontraban presentes en distintos idiomas de grupos humanos muy
representativos en diferentes continentes. La finalidad planteada fue saber si dichas
representaciones conceptuales resultaban traducibles y comparables entre sí y
sobre todo, si respondían a criterios sobre “universalidad”.
Aún persiste el debate sobre constituir una secuencia
originaria del pensamiento reflexivo generado en los Andes y pueblos de la
amazonia, el cuestionamiento acerca de considerarlos “atrasados” lo que produjo
resistencias para concebirla como legitima “sabiduría”, imponiéndole
definiciones basadas en “condiciones de legitimidad” desde un modelo epistémico
hegemónico.
Epistemologías andinas y amazónicas nos plantea un
programa de estudios sobre la reflexión originaria que ha ido más allá de lo
que muchos imaginaban: legitimar su condición epistemológica, lo que ya en sí resulta
intolerable desde la óptica de cualquier pensador “institucionalizado”. Con
esta denominación me refiero a quienes se encuentran aprisionados en sus propias
construcciones teóricas, normalizadas para el “mundo real”, que funciona muy
distante a lo pensado desde la perspectiva institucional. Rodolfo Kusch y Buenaventura
de Souza Santos entre otros, plantean reivindicar las sabidurías del sur que
resultan ser tan legitimas comparativamente con la europea.
De Souza se topó con el problema de la “colonialidad del
saber” y de sus hegemónicos argumentos culturales que he denominado como “razón
colonial”. La “epistemocracia” que denuncia el pensador portugués, expone una
condición colonial sobre la sabiduría de nuestros pueblos. La tarea de la
filosofía en la actualidad ha girado en legitimar sabidurías tan potentes que
es difícil de comprenderlas mediante mecanismos cognitivos desde un único referente
cultural contaminado de visiones coloniales. Se ha planteado un “giro
decolonial” para tratar los estudios sobre nuestras sociedades que aún muestran
los rezagos de un proceso que se ha prolongado por varios siglos. Para nosotros
representa un giro hacia lo originario como desafío a reivindicar reflexión y
sabiduría con identidad propia.
Desde su provocativo título, este libro es un abierto
desafío a la definición normalizada propuesto por Karl Popper ante la
interrogante ¿qué es epistemología? El austriaco sustentó que su tópico esencial
se aboca al problema del aumento del conocimiento, prescindiendo de sus usos y
sistemas lingüísticos. Planteó una divergencia insalvable entre el conocimiento
de “sentido común” respecto al “saber científico”, este último legitimado como modelo
jerárquico en el acto de constituir una “verdadera ciencia”. Dicho argumento planteó
una frontera respecto a culturas subalternas percibidas como “no-científicas” respecto
a los poseedores de un “saber científico”.
En Epistemologías
andinas y amazónicas cada autor propone una distinción que puede favorecernos
para acometer su lectura: 1. Recurriendo a su adecuación mediante la
recurrencia a explicaciones exógenas (“filosóficas desde un patrón reflexivo
europeo”), en la consideración que aplicados a la epistemología andina y amazónica
recurren a la comparabilidad y traducibilidad sobre conceptos e ideas oriundos.
2. Desde una perspectiva endógena, partiendo del análisis lingüístico sobre
conceptos y saberes originarios legitimados como sistemas reflexivos muy peculiares,
para luego reconocerlos como aportes al pensamiento filosófico universal.
Los artículos suscritos exponen un dialogo desde perspectivas diferenciadas, usualmente recurriendo
al análisis lingüístico sobre nuestros lenguas originarias, siendo su
diversidad idiomática como su característica más destacable, ofreciéndonos esquemas
y modelos para el análisis semántico de los tres conceptos originarios: conocimiento (riqsiy, musyay); sabiduría
(yachay) y comprensión (hamut’ay), hurgando sus etimologías a partir del
Lexicón y la Gramática publicados en 1560 y Vocabularios posteriores
en runasimi y aymara, atendiendo el reto de comprender su evolución idiomática
en la actualidad.
En el texto se muestran dos perspectivas del análisis
lingüístico sobre la estructura del habla originaria. ¿Se pueden reconstruir las
nociones originarias desde un solo contexto de oralidad? Aquí la pregunta aborda la condición de la oralidad como sistema
comunicativo prevalente respecto a otros sistemas comunicativos como khipukuna,
tukapu (killkakuna) y la misma apropiación de la letra para comunicar ideas y
reflexiones oriundas.
La estructura gramatical de la conformación de palabras
requiere establecer las partículas que indican determinada nominación del
referente descriptivo y cognitivo, como sabemos esto se muestra al abordar
sobre las partículas evidenciales ―mi
(n) [conocimiento testimonial] y ―si (s) [conocimiento
indirecto] que muestran los contextos del referente en el hablante de runasimi.
Si bien se plantean dudas que dichas partículas muestren condición cognitiva, es
necesario establecer un contexto de los referentes que utiliza el hablante de
lenguas originarias.
En el libro se
encuentra implícitos debates sobre la constitución de su morfología y la ruta semántica
de sus contenidos comunicativos. Baste con referir que los estudios sobre
yachay y hamut’ay presentan una aglutinación de conceptos y definiciones tanto
coloniales como actuales para comprender su condición legitima dentro de las
“otras epistemologías”.
Felicito al grupo de editores integrado por Pablo Quintanilla, H. Clark Barret, Michael L. Cepek, Emanuele Fabiano y Edouard Machery de The Geography of Philosophy por publicar este texto de consulta necesaria, mostrándonos que en
los Andes y la amazonia existen conceptos de condición “epistemológica” que han funcionado sin necesidad
de negarle legitimidad a otros sistemas culturales.
Muchas gracias.
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