Pongo a disposición de mis lectores esta conferencia dictada por nuestro distinguido filósofo peruano Juan Abugattás Abugattás (1948-2005) realizado en la Universidad Nacional de Educación el año 2001. La versión oral fue grabada y luego transcrita por John Morillo Flores. La transcripción puede presentar algunos errores de concordancia y/o unidad de ideas, por lo que advertimos que este texto toma las ideas centrales de la exposición oral y las presenta de acuerdo a la secuencia de ideas que el conferencista fue desarrollando ante el público universitario.
Abugattas el año 2005 publicó: La búsqueda de una alternativa civilizatoria (Lima, Ministerio de Educación) en su introducción escribió: “Si mi tiempo y capacidad personales me lo permiten, espero poder contribuir en los próximos años con un par de libros al análisis de esos temas”, ese mismo año fallecía al padecer una enfermedad terminal. En vida, Abugattas sólo había publicado extensos e interesantes artículos filosóficos, después de su deceso se han empezado a publicar parte de sus artículos en textos orgánicos. Su Tesis de Bachillerato (1972) se tituló: El concepto de análisis en la segunda filosofía de L. Wittgenstein. Su tesis de Licenciatura (1976) se tituló: El sistema de las necesidades y la ética. Ambos en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Realizó estudios de posgrado en la Universidad de Kansas graduándose como master of arts con la tesis: Some Remarks Concerning the Notion of ´Semantic Universals´ (1974) [En torno a la noción sobre “universales semánticos”] y como Ph. D. con la tesis: Some Remarks Concerning the General Theory of Social Praxis and its Relation to Ethical Theory (1978) [En torno a la teoría general de la praxis social y su relación con la teoría ética].
Residió un tiempo en EE.UU. siendo docente en la Universidad de Kansas y Universidad de Kentucky en Lexington. Desde 1979 fue miembro de la American Philosophical Association. A su regreso al Perú se desempeñó como docente del departamento de Filosofía de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Asimismo, ejerció docencia en la Universidad de Lima y fue Jefe de la Oficina de Calidad y Acreditación.
Residió un tiempo en EE.UU. siendo docente en la Universidad de Kansas y Universidad de Kentucky en Lexington. Desde 1979 fue miembro de la American Philosophical Association. A su regreso al Perú se desempeñó como docente del departamento de Filosofía de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Asimismo, ejerció docencia en la Universidad de Lima y fue Jefe de la Oficina de Calidad y Acreditación.
Si bien lo más visible es el proceso de globalización financiera, probablemente ese proceso es lo menos importante, mucho más importante es el juego que está detrás, que es como les decía al principio, la redefinición de las correlaciones del poder internacional y lo que ahora está resultando es una acumulación de poder en unos pocos que no tiene precedentes en la historia de la humanidad; -jamás los poderosos han sido más poderosos y jamás lo débiles han sido más débiles-, y eso se está agravando, cierto según la caracterización del estado actual del mundo, tienen que empezar por reconocer eso; por ejemplo, ¿cómo vamos a negociar con los EE.UU., -que es el país más poderoso del planeta-, si no nos damos cuenta que somos uno de los más débiles del planeta? Porque ahora estamos negociando como si fuéramos iguales y por lo tanto ya sabemos quien va a ganar en las negociaciones, no hay que pensarlo mucho, no somos iguales, por lo tanto no deberíamos negociar nada como iguales, sino a partir del reconocimiento de esta gran instancia de esta desigualdad que marca, en todos los aspectos, la situación del mundo actualmente: en lo económico la concentración de ingresos en unos pocos países y dentro de esos países, en pequeñas élites; pero también en lo que al final les vale demás en términos de poder. Lo que ha permitido esa acumulación del poder es justamente la diferencia en los sistemas educativos.
Los países poderosos son capaces de disponer de una élite científica y técnica de alto nivel y por lo tanto de producir tecnología para su propio desarrollo, países como el nuestro son carentes de dichas élites, no tenemos un sistema educativo que está pensando en la generación de una élite científica y tecnológica, no producimos ningún avance científico ni tecnológico, somos los más débiles y vamos a serlo aún más. Es cierto, cada vez somos dependientes de los otros en todo sentido. Entonces lo que se demanda hoy es el poder de producir nuevas tecnologías, y, por lo tanto, disponer de las condiciones militares, económicas, financieras y otras, potenciar las fuentes alimentarias que sustente nuestro desarrollo nacional. Entonces esa es la situación que se nos ofrece.
Por otro lado, en los últimos tiempos, han ido quedando [lastres que “impiden el desarrollo”], porque aparentemente se ha cumplido “el fin de las ideologías”, y nada es más falso que dicha propuesta, tenemos el imperio de una sola ideología; eso es lo que Ignacio Ramonet ha llamado “el pensamiento único”; pero a partir de ese “pensamiento único”, se han ido configurando dos imágenes del futuro, que ahora están claramente pintadas para quien quiera verlos. La mejor configurada es la de los poderosos que imaginan el futuro,-no un futuro de individuos libres-, sino como un futuro centrado en las empresas, donde los actores principales, no son como el proyecto moderno, tanto en el liberal como en el socialista, sino las empresas, las corporaciones empresariales, más aún hace pocos años, recuerden ustedes, se intentó de manera secreta a partir de negociaciones secretas, con el NAFTA, que aparentemente era un tratado más para fijar las condiciones de la inversión, se trató en realidad de establecer cuáles eran los derechos de las corporaciones por sobre los derechos de los Estados, y por supuesto, por sobre los derechos de los individuos. La aprobación de ese tratado se frustró porque Ralf Neider encontró, no sabemos cómo, una copia de ese tratado y lo puso en internet, bueno el tratado aún no está aprobado, pero eso no significa que no haya la intención de hacer la intención oculta detrás del ese tratado o que no se intente realizar en cualquier momento formalmente, porque además la firma del tratado era simplemente la formalización de lo que ya se hace en la práctica.
Entonces, por un lado está la apuesta, detrás de la cual están todos los esfuerzos de los poderosos, porque estás empresas multinacionales son funcionales a los Estados más poderosos y sería el diseño de un mundo en torno a las empresas y por lo tanto regido por la lógica del capital y de la rentabilidad. ¿Qué condición originaria esto a los individuos? El lugar de esclavo y ya lo dicen además, y no nos percatamos del mensaje que envían.
En primer lugar, los individuos se convertirían simplemente en consumidores, porqué tendrían que ser funcionales como consumidores de aquellas empresas. En segundo legar, algunos de esos individuos trabajarían para dichas empresas, se convertirían en lo que se ha dado a llamar “capital humano”. Yo nunca he conocido una expresión más cruel que eso; piensen ustedes que significa hablar de “capital humano”, parece que fuera un modo de hablar humanista, pero es todo lo contrario, porque esa es la negación explícita de la noción clásica de la dignidad intrínseca del individuo. Entonces el individuo ya no vale como tal, no se va a pensar que tiene dignidad intrínseca, en cuanto se convierte en “capital humano”, se convertirá en funcional a las empresas y por lo tanto, tendrá valor mientras pueda generar capital, pero no tendrá ningún valor, será desechable cuando ya no pueda hacerlo. A esta condición estamos llegando y repetimos slogans de corporaciones que atentan contra nosotros mismos. Además de ser un ente pasivo, -como lo dicen ahora con toda desfachatez-, porque como los grandes gestores del futuro son las empresas, respecto a las cuales o somos consumidores o somos “capital humano” o sea somos funcionales pasivos, al resto nos queda sentarnos y esperar que nos gotee algo; es decir, seríamos absolutamente pasivos. Esta imagen del “goteo” es grotesca, es un insulto para todos nosotros; o sea tenemos que ser como mendigos pasivos que esperamos que cuando buenamente se rebalse el vaso, nos gotee algo. No sé si se dan cuenta ustedes que es lo que se nos ofrece, un mundo, para mi gusto, realmente detestable. Y frente a eso a empezado, de manera espontánea a generarse otra alternativa, que es la alternativa que representa de mejor manera el Foro Social de Porto Alegre. Es cierto que por ahora, el Foro Social es totalmente heterogéneo, desordenado, se funda desde los amantes de los pingüinos hasta los sindicatos. Es cierto que no hay una propuesta orgánica; existe la voluntad que se expresa en el lema: “Otro mundo es posible”. Distinto del discurso neoliberal que estableció la señora Thatcher y que aquí también se utilizó en los años 90, y que decía que no hay otra alternativa. La idea es pensar que si hay otra alternativa al neoliberalismo.
Bueno, ustedes dirán: ¿y qué tiene que ver esto con la universidad? Respondo: muchísimo. Porque quiera uno al futuro, depende como diseñe su universidad. Si lo que queremos es el mundo centrado en las empresas, entonces es muy fácil diseñar la educación del futuro; vamos a diseñarla para producir “capital humano”. No hay problema. De hecho la mayoría de Universidades que se crean hoy en día tiene esa intención, se trata de formar profesionales que puedan insertarse en el mercado del modo más eficiente posible, por eso es fácil hacerlo. Lo que también es claro es que eso sólo lo podrán lograr unos pocos. Entonces, si queremos esa primera opción ya está claro como deberíamos diseñar nuestro sistema educativo. El de secundaria tendría que ser aquellos colegios que ahora han inventado, que son una aberración, sirven sólo para pasar el examen de ingreso a alguna Universidad privada que producen dicho “capital humano”.
La dificultad está si queremos la otra opción, es decir, si queremos un mundo en el que el individuo actúe en espacios políticos en donde realmente tengan capacidad de desarrollarse. Digo espacios políticos y no Estados Nacionales, porque probablemente ya dichos Estados son obsoletos. En el caso de América Latina lo mejor que se nos ofrece es un Estado que reúna a todos los países de la subregión, la apuesta por la integración, sea como fuere, sea la forma que tome esos espacios políticos en el futuro (ese es otro tema interesante a tratar) pero la Universidad y la educación en general tendrían que estar concebidas de otra forma, para producir ese tipo de individuos y para hacer viables este tipo de opciones. Yo apostaría por esto. Ahora eso es exigente, mucho más que lo otro; en la lógica del mercado es definitivamente excluyente.
Esto significaría que el sistema de educación superior esté diseñado para generar una de las condiciones que requeriría por ejemplo, la viabilidad de nuestro país y la viabilidad de nuestro subcontinente. Es una élite, -uso la palabra en su mejor sentido-, un grupo humano altísimamente calificado, mucho más calificado que los que apuestan por la otra opción, porqué tendrán que competir con los que están calificados y se forman en las grandes Universidades de los países desarrollados. Mi idea es que aquí tendríamos que producir una élite mucho más calificada. ¿Por qué? Partimos de una situación de desventaja y no vamos a competir, ahora que se habla de competitividad, si somos menos y vamos a competir desde una condición de debilidad con posibilidad de éxito, sólo si somos más en términos cualitativos.
Necesitaríamos pues esta élite altamente calificada, comprometida con esta apuesta de crear espacios de libertad, de emancipar a la humanidad de sus condiciones actuales. Pero, además, esta élite tendría que ser formada en las únicas instituciones que pueden hacerlo, que son la Universidades y los centros de educación técnica superior. Allí es donde habría que formar esta élite. La pregunta que se nos plantea y que yo quisiera plantear con ustedes con toda claridad es: ¿Cómo podríamos crear este tipo de instituciones en nuestro país?, ¿Qué habrá que hacer con la situación actual del sistema universitario y del sistema de educación superior en general para convertirlo en instrumentos de formación de esta élite? Y es aquí que quisiera, muy brevemente, decir algunas cuestiones de diagnóstico sobre la actualidad en nuestro sistema de educación superior, que yo creo que es un desastre, que hay que re-crearlo desde cero. A partir de ciertas medidas de urgencia que ya mencioné algunas de ellas; por ejemplo, prohibir la creación de más universidades hasta que se haya redefinido el conjunto de su sistema, hacer la evaluación de todas las que existen, afortunadamente la Ley de Educación contempla la creación del Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación y Certificación y hay un proyecto de Ley sobre evaluar estas Universidades que no reúnen requisitos mínimos para su funcionamiento. Esta es una vía que permitirá una evaluación rigurosa de todas las instituciones universitarias del país, para luego acreditarlas y certificar a todos los profesionales, (en esto me pareció un paso muy positivo la creación del Colegio de Profesores del Perú) se debe certificar periódicamente a todos los profesionales de todas las carreras del país: médicos, ingenieros, maestros como condición para que sigan ejerciendo su profesión.
No basta saber que estamos mal, hay ciertos mitos que también hay que discutir; por ejemplo el mito de la autonomía. El producto de la ley de principios del siglo de la Reforma de Córdova que en ese momento, cuando se trataba de ampliar y abrir las puertas de la Educación Superior a todos los que antes habían sido excluidos, tenía mucho sentido, cuando se trataba de proteger la Universidad de las autocracias, pero hoy se ha convertido en un problema central, porque ha convertido a nuestras universidades en autistas, en entes que no tienen ninguna relación con la realidad del país, y lo estamos viendo en este proceso de regionalización, cuando los gobiernos regionales más sensatos han recurrido a las Universidades de su región para pedirles asistencia en la formación del Gobierno Regional, lo que han recibido es un gran respaldo, porque las Universidades no están pensadas hoy en día para servir al país y se escudan detrás de esta idea de la autonomía. Yo entiendo autonomía como libertad de cátedra, el respeto absoluto a la libertad de expresión y pensamiento en las aulas universitarias y en las instituciones de educación superior, pero no comprendo la autonomía como el derecho a crear arbitrariamente carreras profesionales cuando se sabe que hay exceso de profesionales en las mismas, dándole la espalda al país. Aquí me parece que tenemos que ir a una racionalización estricta y rigurosa de los recursos y esto pasa por cerrar o reconvertirlas en instituciones de gran nivel académico, hoy en día muchas se autodenominan “universidades” aunque no lo sean, se les debe fusionar regionalmente.
En Lima existen seis maestrías en Física, si uno ve los docentes asignados a esas maestrías, son más que los alumnos, ¿por qué tenemos seis y no una? Entonces se hace necesaria una racionalización estricta de todo el sistema universitario mediante el cierre, la reconversión de algunas instituciones o la fusión de muchas Universidades o Facultades. Alguna vez se propuso para el caso de la Capital la fusión de todas la Universidades nacionales en una sola tal como sucedió con la Universidad de París; sería una sola Universidad nacional con una sola burocracia y distintos campos especializados. Por ejemplo La Cantuta (Universidad Nacional de Educación) podría asumir toda la formación de los maestros del país y todos los posgrados en Educación; San Marcos (Universidad Nacional Mayor de San Marcos) podría asumir las ciencias básicas humanas. Podría ser una opción, todo eso hay que debatirlo, pero hay que hacerlo en serio y con la voluntad de llevar adelante estas cosas a pesar de la oposición y los pataleos que se va a producir de hecho.
Tenemos que pensar cual va a ser el sistema adecuado de fusionar Facultades eficientes y no que se conviertan en feudos. Las Facultades son tipos de organizaciones académicas que corresponden a un momento de desarrollo del conocimiento, un momento ya absolutamente superado, en el cual la especialización era la mejor opción, pero hoy en día la especialización no es la mejor opción. Cuando hablamos del posgrado ahí podemos hablar de especialización; pero hoy en día tenemos por un lado para las profesiones de ingeniería y técnicas con obsolescencia del conocimiento cada vez mayor, hoy en día el promedio de obsolescencia en el conocimiento técnico es de cinco años, -eso significa en la práctica que le podemos dar la mejor formación técnica a una persona pero sólo por cinco años después que egrese ese señor queda obsoleto en sus conocimientos. Entonces hay que estimularlo para que pueda reciclarse y mantenerse constantemente actualizado. Hay que darle una formación básica sólida, lo mejor que podemos darle a un estudiante de posgrado no es especialización sino formación amplía, sólida en las ciencias básicas que no tienen grado de obsolescencia, por ejemplo, la física, la matemática, no han cambiado sustantivamente, han aumentado sus conocimientos, pero las grandes teorías no cambian hace un siglo. Hoy en día la física sigue teniendo dos teorías básicas que se formularon a principios del siglo XX: la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica y estas no han variado. Podemos acumular más conocimientos puntuales, pero los grandes parámetros del pensamiento físico no han variado, y todos los desarrollos de la biología se hacen sobre la base de los descubrimientos y experimentación del siglo XX. Entonces, lo mejor que podemos darle hoy en día a un estudiante es una base sólida en las ciencias básicas. Y lo otro que eso implica es superar esta distinción absurda que se impuso en determinada época y que en nuestro país sigue vigente, lo que se ha llamado “las dos culturas”, esta separación entre las ciencias humanas y sociales y las ciencias naturales. Pongo como ejemplo un hecho sencillo y cotidiano: ustedes están usando diariamente una cantidad de aparatitos, -no se puede vivir sin esos aparatitos-, pregúntenle a cualquiera de sus alumnos, -yo lo hago en un curso que dicto en la Universidad de Lima que se llama Cosmología-, al chico que va en carro a la Universidad le pregunto cómo funciona el motor, no sabe porque nadie le ha enseñado, y le vuelvo a preguntar: ¿cuántas horas pasas frente a la computadora y a la televisión y que no tenga la más mínima idea de como funcionan nos hace reflexionar, ¿qué le estamos enseñando? Nada. Es la misma actitud que podría tener un bárbaro frente a esta realidad, usa cosas y no saben como funcionan. Entonces, ¿qué saben? Nada importante. Yo creo que es imposible pensar que alguien está bien formado si no tiene información sobre estas cuestiones, y además no tiene información que le permita entender el mundo en el que está viviendo y que está cambiando de manera tan rápida. Y eso requiere una visión de la historia, una cierta cultura general; por lo tanto, una formación integral que yo creo que hay que dar básicamente en el posgrado. Una formación en pregrado que a mi juicio sería exitoso, si se permite por un lado asegurar el dominio de ciertas destrezas básicas que van desde la lengua hasta ciertos instrumentos matemáticos. Para referirme a esto nada más la enseñanza de la matemática en nuestro medio es un desastre, es un cuco porque en primer lugar no enseñamos los instrumentos matemáticos que los chicos van a necesitar más, todavía veo un montón de profesores en las Universidades y también en las escuelas felices porque han desaprobado un montón de estudiantes porque creen que así son los grandes profesores ¿qué es esto? Lo importante sería que el estudiante aprenda no que se le desapruebe, eso no tiene ninguna importancia. Pero primero hay que discutir claramente qué instrumentos se les va a enseñar. Por ejemplo en las Universidades hay que enseñar matemáticas, pero probablemente a los que estudian humanidades tendrán algunos cursos básicos comunes. ¿Cómo podría serle útil saber cálculo de probabilidades? Y eso no enseñamos generalmente porque son cursos que les hemos metido tanto miedo a los estudiantes que no se matricularán o tratarán de aprobarlos como sea. Igual pasa con las Ciencias Naturales fundamentales. ¿Cómo se puede vivir en la época que va a estar marcada por la biotecnología y no saber nada de biología? Yo les pregunto a los estudiantes que van al curso de Cosmología, cosas fundamentales sobre estructura de la célula y no responden. No saben porque no estamos enseñando ciencias y su comprensión de los procesos sociales tampoco está ayudando a adoptar instrumentos importantes de análisis, carecen de ellos, si la Universidad no les está dando siquiera estos instrumentos a nuestros estudiantes, entonces no les está dando nada. El día que tengan que reciclarse tendrán graves dificultades para hacerlo, porque personas muy especializadas de acá a cinco años van a tener que reaprender todo, sino tiene una sólida formación en las ciencias humanas y naturales.
Pero eso requiere un tipo de organización de la Universidad muy distinto al que tenemos hoy, que apunte a una formación, no sólo al trabajo interdisciplinario/ transdisciplinario, que la estructura de la Universidad permita eso, yo conozco muchas personas que estudian filosofía, pero que les gustaría llevar algunas carreras en ciencias exactas y no pueden porque la estructura de las Facultades no les permiten, les ponen trabas, les exigen llevar un montón de cursos los mismos que se repiten en su currículo y eso es un absurdo. O de la manera cómo formamos maestros que les damos muchos cursos de pedagogía, y le encargamos enseñar matemática, primero tendría que enseñar matemáticas y luego enseñar didáctica de las matemáticas, yo creo que esa es una de las funciones de un buen y sólido posgrado en Educación, o en todo caso estudiar pedagogía, pero centralmente debe estudiar aquello que va a enseñar como su especialidad. Eso requiere otra estructura de Universidad y no podemos seguir entonces con esta estructura de Facultades que son obsoletas y contraproducentes.
Nos tenemos que preguntar también cómo vamos a administrar nuestra Universidad. La Universidad ciertamente, tiene que ser democrática en su administración académica, pero yo creo que las partes administrativas las pueden hacer administradores profesionales, si es una institución como cualquier otra. Lo que estamos viendo de manera desastrosa en todas estas Universidades es la pugna por el manejo administrativo, la incesante re-elección de autoridades. Yo creo que tenemos que ir a un nuevo sistema administrativo que impida esto. La principal reivindicación en que se suelen amparar algunos de estos grupos es el de la gratuidad de la enseñanza; yo creo que hay que preservar la gratuidad de la enseñanza en el nivel de pregrado y sería antidemocrático hacerlo en posgrado. Esto significaría que los únicos posgrados de calidad del país serían los que ofrezcan las universidades privadas, -que además sólo van a ofrecer posgrados en ciertos especialidades que les sean rentables-. No tendremos entonces en el país un posgrado en física, filosofía y otras muchas profesiones porque no es un negocio. El pregrado debe ser gratuito, pero a condición de que entendamos que vivimos en un país muy pobre y que la gratuidad entonces es una suerte de BECA otorgada a los estudiantes que cumplen con sus obligaciones, el alumno que no rinda a la primera pagará y a la segunda se irá. En las Universidades privadas hay esto de las trinqueras, desaprueban tres cursos y se va a pesar de que paga. En las universidades públicas, -a mi juicio-, eso tendría que reducirse a dos, el acceso a las universidades tiene que ser absolutamente restringida, absolutamente selectivo y por lo tanto muy exigente, pero democráticas en el sentido que no se excluya a nadie por sus limitaciones sociales, económicas. Un estudiante que tenga las capacidades y potencialidades de desarrollo tiene derecho a estudiar y el Estado tiene la obligación de garantizarle mediante una beca integral que estudie gratuitamente mientras rinda académicamente. Igual el docente que no rinde se tiene que ir; bueno en las Universidades públicas tenemos este asunto de la ratificación cada cinco a siete años, yo espero que eso se mantenga y se amplíe.
Un país pobre no puede dilapidar recursos como lo hacemos hoy, con ochentaicinco universidades, con proyectos de crear otras dieciséis más, con esas filiales que son regalos de títulos y manteniendo a gente que no rinde y desaprueba asignaturas una y otra vez. Me parece que esas son cuestiones sobre las cuales tenemos que debatir con franqueza, que lamentablemente no se está haciendo. De los nueve proyectos que tiene el parlamento para una nueva Ley Universitaria, ninguno viene de la Universidad, ni pública ni privada. Es decir, corremos, una vez más, el riesgo que el futuro de la Universidad peruana no lo defina la Universidad. Tanto hablamos de autonomía y no hacemos nada por nuestra autonomía. Ni siquiera hemos definido en conjunto un proyecto de nueva Ley Universitaria. Los proyectos que existen, ocho son concebidos por parlamentarios que sabe Dios de dónde han sacado las ideas, por que son uno peor que el otro. El futuro de la Universidad peruana depende del proyecto y participación de toda la comunidad que implique un desarrollo nacional con sello propio.
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