jueves, 13 de octubre de 2016

Víctor Mazzi: “Han tratado de hacernos invisibles”

Mazzi presenta Inkas y filósofos. Foto: David Huamani.

El investigador acaba de publicar Inkas y filósofos, ensayo que rastrea el ejercicio reflexivo en el antiguo Perú.


Pedro Escribano.

n día como hoy, en 1492, Cristóbal Colón llegó a América. En ese marco, el investigador Víctor Mazzi Huaycucho ha querido desandar el Perú antiguo. Acaba de publicar Inkas y filósofos. Posturas, teorías, estudio de fuentes de interpretación, un libro que rastrea el ejercicio reflexivo en el Tahuantinsuyo.

“Lo que intento demostrar es que existe una tradición en nuestra identidad reflexiva, en que hubo ejercicio filosófico en el Perú antiguo”, afirma Mazzi.

-¿En qué basas tus estudios?

Este es un tema polémico, debatible, pero tiene sus antecedentes. En 1965 se hizo un coloquio sobre filosofía inca y dentro de poco, en noviembre, San Marcos va a realizar un coloquio sobre filosofía andina. Y el tema trata justamente de hacer una comparación entre las similitudes de la reflexión europea y el saber y la reflexión que tuvimos antes de la presencia hispana en el Perú. El libro plantea un reto, el comprendernos a nosotros mismos, ya que han tratado de hacernos invisibles, nos han puesto muros tratando de ocultar muchos valores de nuestra cultura. Antiguamente, en el Perú, la sabiduría, la reflexión también eran tópicos comunes como en cualquier civilización.

-La famosa frase sabia de ama llulla, ama quella, ama sua, ¿es cierta o falsa?

Es falsa. Cuando uno revisa las crónicas que han escrito los cronistas nativos, mestizos o españoles, no se encuentra esa frase. En realidad, es parte de la catequización que se impuso como un resumen de las normas morales europeas en el Perú. Pero las normas morales europeas que nosotros hemos tenido son más.

-En Europa se rastrea la filosofía en los escritos, ¿en el Tahuantinsuyo, dónde las rastreamos?

Buena pregunta. La primera fuente son tokapus, porque no se piensa con conceptos escritos sino con símbolos. La segunda fuente son los quipus narrativos. Hay otras formas de quipus de donde se han extraído poesías, los registros de astronomía, estadística. Y tercero, las fuentes manuscritas, sobre todo los juicios, las probanzas de servicio en donde cada cosa que se dijo, se envió o pactó entre los curacas y los españoles, quedó registrado en quipus. Esos quipus, cuando hubo probanza de servicio, se utilizaron como documentos de respaldo.

-Cuando presentas así a los quipus, ya estás afirmando que los quipus son una suerte de fuente documentaria.

Así es. Pero tenemos una ventaja. Muchos españoles lograron que los curacas leyeran los quipus y esos quipus se transcribieron en manuscrito.

-¿Hay prueba de eso?

Claro. Están en las crónicas de Cristóbal de Molina. El cronista hizo leer a los curacas del Cusco sus quipus y él los transcribió al runasimi colonial. El quipu físicamente ya no existe, pero la versión del quipu sí está en los manuscritos hispanos.

-Hay quipus que se hallan en sitios arqueológicos, el problema es que nadie sabe leerlos.

Exacto. Es que los quipus son etnocategoriales, no hay un quipu universal en todo el Tahuantinsuyo. Cada provincia tenía su propio quipu. El quipu de Jauja no se puede leer como el quipu de Ica. Son distintos, varía en su codificación del color, número, tamaño, etc.

-¿Quiénes eran los filósofos?, ¿el amauta?, ¿el inca?

Hay distintas categorías. En realidad, esto comienza con el Inca Garcilaso, que llama a los amautas, que son los filósofos del inca. Y en la literatura europea nadie cuestionó que era así. Posteriormente surgió el debate de que eso no es filosofía. Pero quiénes eran los “filósofos”, había distintas tipos de personas que reflexionaban. Guamán Poma dibuja a Juan Yunpa, que reflexionaba sobre astronomía y aparece en un dibujo con un quipu en la mano. Ese quipu le da el sistema de periodificación calendárica para ver el tiempo, espacio, momento de la siembra, una periodificación que los europeos no entendían. Pachacútec es uno de los más grandes filósofos que hubo en el antiguo Perú y no se le reconoce, ¿por qué razón?, porque la idea de filósofo es la europea. Otro filósofo es Manco Cápac, que reflexiona sobre el proceso de vaticinio y el concepto de verdad y mentira y el fracaso de la verdad.

-¿Pero Manco Cápac no es un mito?

Eso es lo que dicen todos los estudios. Hay incas que le llaman míticos porque la fuente documental no los registra. En Santa Cruz Pachacútec sí están las oraciones de Manco Cápac. Los filósofos podrían ser los yuyarunas, “el que piensa”, pero en Huarochirí se llamaban checa, que hacían vaticinios basados en un sistema calendárico, igual que los europeos.

-¿Queda algo de eso?

Lo que ocurrió aquí es que los registros posteriores coloniales han ido desvirtuando el original en el afán de proponer un catecismo, una evangelización destruyendo huacas. Han cambiado sus sentidos y uno se da cuenta de eso cuando los coteja con las fuentes manuscritas primigenias. Ahí reside el valor de la reflexión de los antiguos sabios del Perú.

El dato

·         El autor. Es profesor de la Universidad Villarreal y La Cantuta. Anteriormente ha publicado Presentación de Juan Yunpa (1994), Mito y racionalidad en el Manuscrito quechua de Huarochirí (1995) y Epistemología. Selección de lecturas (2007).


    Edición impresa del miércoles 12 de octubre 2016.

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