lunes, 16 de mayo de 2016

CESAR GUARDIA MAYORGA: TENACIDAD Y PASIÓN POR EL PERÚ


Sara Beatriz Guardia
 Oriundo de Lampa, Ayacucho, Cesar Guardia Mayorga se formó en la Universidad Nacional de San Agustín, donde inició la docencia universitaria en 1931, al obtener el bachillerato en Historia, Filosofía y Letras; el doctorado en 1934, y el título de Abogado en 1937. Desde el inicio de su fecunda actividad intelectual y académica, defendió con tenacidad y pasión su visión del Perú, y la adhesión al socialismo en una época en que esto significó persecución política, exilio y prisión. Fue Director del Colegio Universitario de la Universidad de San Agustín; Presidente de la Asociación Nacional de Escritores Artistas e Intelectuales, filial de Arequipa; Director de Conferencias del Colegio de Abogados; Director de la Revista de la Universidad de San Agustín, y fundador de la Facultad de Educación donde durante veinte años tuvo a su cargo diversas asignaturas académicas.
 En sus primeros libros: Historia Contemporánea (1937), e Historia Media y Moderna (1941), se evidencia ya la ruptura con la tradicional historiografía por lo general descriptiva, “aparentemente neutra y objetiva, para penetrar con lenguaje ágil y ejemplificado, en la interpretación de los hechos, contextualizando fechas y datos. En estos textos se trasuntaba claramente un nuevo enfoque de la disciplina histórica, quizá́ inédito en la época”, señala Fortunato Jáuregui en su tesis doctoral. Data de estos años: Manual de Legislación Obrera (1938), y Léxico Filosófico (1941).
En 1945 publicó, Reconstruyendo el aprismo, a propósito del viraje histórico del Apra, en circunstancias en que Haya de la Torre anunciaba su teoría del espacio-tiempo-histórico, que fue ampliamente refutada. Como señala un artículo publicado en el diario “La República”, el 13 de noviembre de 1983, este libro funda­mental y claro no estaba cegado de encono. “Quienes lo lean hoy con lucidez podrán encontrar incluso un llamado a deponer fo­bias en aras de una renovación democrática del Perú. El filósofo llamaba a luchar por la razón contra el fanatismo”.
 Poco después, publicó Psicología infantil y del adolescente (1946), Filosofía y Ciencia (1947); y en 1949, Terminología Filosófica. Sus escritos, conferencias, y  enseñanzas confirman su permanente preocupación por la educación y la filosofía en el Perú. Orientación que también seevidencia como Director de la Revista de la Universidad de San Agustín, donde publicó: “La Reforma Universitaria” (1949); “Fascículos de Psicología”, (1950); “Esoterismo Filosófico” (1950), y “Universidad de San Marcos” en 1951.
Fecunda y dedicada labor que se interrumpió en Arequipa cuando por orden del general Odría en 1952, fue separado de la Universidad de San Agustín conjuntamente con otros profesores, acusados de hacer proselitismo político en contra de la dictadura militar. Llamado inmediatamente por el Dr. Arturo Urquidi, Rector de la Universidad San Simón de Cochabamba, Bolivia, César Guardia Mayorga fue nombrado catedrático de Introducción a la Filosofía e Historia de la Filosofía. Durante los años que permaneció en Cochabamba con su familia, organizó y dirigió el Seminario de Filosofía, conformó la Comisión de la Reforma Universitaria, y el Comité de Asesoramiento de la Comisión de Reforma Agraria. Colaboró con la Revista Jurídica, y la Revista Cultura.
 En los primeros años del convulsionado gobierno de Víctor Paz Estensoro, la Universidad de San Simón sufrió la intervención de una comisión organizadora que impuso al Consejo Universitario la separación arbitraria de Cesar Guardia Mayorga acusado de realizar proselitismo político. Pronto estalló una huelga generalizada de profesores y alumnos, que obligó al Consejo Universitario a revocar su decisión. Pero cuando se le comunicó que podía volver a la universidad, repuso que sólo lo haría con todos los profesores que también habían sido depuestos. Demostración de lealtad que animó su honesta y limpia vida. Después de tres meses de huelga y movilizaciones estudiantiles, todos los maestros regresaron a las aulas de la Universidad de San Simón donde Cesar Guardia Mayorga recibió el grado de Profesor Honorario.
 En 1956, Manuel Prado Ugarteche ganó las elecciones en el Perú, y declaró la amnistía para los exilados políticos. Pero la alegría del encuentro con la patria pronto se convirtió en profunda aflicción. Mediante decreto, el gobierno le prohibió a César Guardia Mayorga la docencia universitaria en el país. Ernesto More, que entonces era diputado, logró que se revalide el título de maestra de mi madre, Manuela Aguirre Dongo, que con gran sacrificio y amor por su familia, hizo que todo fuera posible.    
 Otro importante aporte significó la publicación de su libro La Reforma Agraria en el Perú (1957), donde plantea como eje principal la transformación de la condición del campesino. "En realidad, escribe, no es posible conseguir la liberación del indio mientras preexista el sistema feudal o semi-feudal. No se trata solamente de crear la pequeña propiedad ni de aliviar la condición de los campesinos, sino de dar fin a todo un sistema de propiedad y de explotación agrícola".
 Contra la mayoritaria opinión que el quechua no tenía ninguna importancia, César Guardia Mayorga publicó en 1959, Diccionario Kechwa-Castellano- Castellano - Kechwa, donde defiende “el principio reconocido al derecho que tienen los pueblos a expresarse y desarrollar su cultura en su propio idioma”. En esa perspectiva, fue importante el lúcido comentario que publicó Sebastián Salazar Bondy en “El Comercio”, titulado: “Un diccionario y la Nacionalidad”, situando al quechua como parte “de la obligación de integrar la nacionalidad como una sola e indisoluble unidad”.
 Fue profesor de Psicología y Filosofía en la Universidad de Huamanga de Ayacucho, pero sólo pudo enseñar un año en 1960, porque fue depuesto por la influencia que ejercía en los estudiantes que se declararon en huelga ante el abusivo despido, en el contexto de un clima de intensa convulsión social que vivía el país, descontento popular y las permanentes invasiones de tierras de los campesinos. Luego de un viaje a China, publicó, De Confucio a Mao Tse Tung, en cuya introducción titulada “La ruta a seguir”, recuerda al poeta Chu Yuang que 350 años a.C., se preguntaba al ser despedido de un alto cargo, si debía seguir con firmeza la ruta de la verdad y la lealtad o la estela de una generación corrompida.
El 18 de julio de 1962, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dio un golpe militar deponiendo al Presidente Prado. Poco después, el 5 de enero de 1963, apresó a César Guardia Mayorga, conjuntamente con mil quinientos profesores, dirigentes políticos, sindicales, y universitarios, procedentes de todo el Perú, encarcelados por el delito de ser de izquierda. Tras nueve meses de injusta reclusión fueron liberados. Durante cuatro años fue profesor de Psicología y Filosofía en la Universidad San Luis Gonzaga de Ica, y a partir de 1968, ejerció la docencia en la Universidad Nacional de San Marcos. En este período publicó: Problemas del conocimiento (1964); ¿Es posible la existencia de una filosofía nacional o latinoamericana? (1966); Job el Creyente y Prometeo el Rebelde (1966); Cultura Humana I Parte (1966); Psicología del Hombre concreto (1967); Carlos Marx y Federico Engels (1968).
 Escribió el prólogo de la primera edición de Peruanicemos al Perú de José Carlos Mariátegui (1970); Filosofía, Ciencia y Religión; Cultura Humana II parte (1972); y Gramática Kechwa (1973). En 1975, salió la segunda edición de Runa Simi Jarawi, poemario en quechua firmado con el seudónimo de Kusi Paukar. En el prólogo, Mario Florián, escribe: “En César Guardia Mayorga, polígrafo brillante, se dan la mano la inquietud social y la erudición. Maestro universitario, ensayista, filósofo, impulsor de corrientes doctrinarias socialistas marxistas en varias universidades, quechuísta y poeta”.
 El 18 de octubre de 1983, Cesar Guardia Mayorga, murió a los 77 años de edad. “Dura y recta trayectoria de la luz entre las sombras es estaque escuetamente nos ha tocado reseñar”, escribió el Dr. Hugo Pesce. Y se pregunta: ¿Por qué el encono, amigos? ¿Y de quiénes? ¿Por qué la incorruptible serenidad, nos preguntamos? Hagamos que la Historia conteste”.

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