sábado, 28 de mayo de 2016

De Coronista a escritor, el perfil del Inka Garcilaso de la Vega.

-parte dos-

  Roque Ramírez Cueva

En la parte uno, dijimos que Garcilaso de la Vega, el Inka, es uno de los primeros en percibir la enorme influencia que empezaba a ejercer el nuevo instrumento comunicativo traído por los invasores, la escritura alfabética española. Por eso no se opuso a aprenderla, es más, la asimiló de tal manera que llegó a dominarla con refinado estilo para que le sirva a sus fines. En esto no hay nada que observarle, sabemos que la lengua sirve a todos por igual, no tiene ideología, se la imprime quien la usa (Stalin dixit)1. Además, y, lo central, Garcilaso Inka fue un privilegiado –junto con Waman Puma- por el hecho que provenir o acceder a las élite de clases sociales nativas les permite educarse en la experiencia propia y en el nuevo sistema educativo informal hispano.

Hay quienes tal vez les reclamen a Garcilaso Inka y Waman Puma el hecho de pertenecer a las élites nativas y de congeniar con gente e instituciones del nuevo estado colonial. Sin embargo quienes objeten quizá no se han situado en el ámbito real o no fueron objetivos en analizar el contexto en que crecieron y se formaron ambos cronistas. Dominado el poder de los soberanos Inkas y pacificadas las revueltas de los encomenderos, cuando ellos –los cronistas- crecían ya estaba consolidándose dicho estado colonial, y, aparte del control de las estructuras propias dominantes, existía otro poder paraestatal siniestro, la santa inquisición. En esas condiciones, ¿algún hatunruna sobreviviente, algún hijo de familias trabajadoras, de familias indias ciervas, etc., podía acceder al estudio de los secretos archivados en el Khipu, al estudio de la gramática española?

En esos tiempos de 1540 a 1580, ¿quiénes accedían a cualquier sistema educativo formal e informal que pudiera legitimar a un cronista? La respuesta es como la manzana que se cayó de ¿verde? ante los ojos de Newton, en dicha época sólo se educaban los hijos de las élites tal como le sucede al Inka Garcilaso , y, en otro caso, a los hijos de la ex élites regionales centro andinas como fue el caso de Waman Puma; lamentablemente para quienes opinen lo contrario esta afirmación es irrefutable. También no olvidar que –ya se adelantó algo- la valiosa información registrada en los khipu sólo se confiaba y daba acceso a los sabios khipucamayuq, a quienes descendían de las panaka cusqueñas o regionales (2). Las estructuras de la sociedad tawantisuyana respecto a su sistema educativo y a su organigrama funcional se erigieron así. Y los invasores hispanos supieron aprovechar algunas de estas formalidades, por ello hicieron que los hijos de kuracas aprendieran el idioma castellano, para usarlos como lenguas y enterarse, por ejemplo, la manera como se recaudaban impuestos en tiempos de los Inkas.  Algo de esto registra Garcilaso en su crónica (3):
“De manera que los indios del Perú, ya que no fueron ingeniosos para inventar, son muy hábiles para imitar y aprender lo que les enseñan. Lo cual experimentó largamente el Licenciado  Juan [de] Cuellar, natural de Medina del Campo, que fué (sic) canónigo de la Sancta Iglesia del Cozco, el cual leyó gramática a los mestizos hijos de hombres nobles y ricos de aquella ciudad.” …… “Entre ellos conocí un indio Inca llamado Felipe Inca, y era de un sacerdote rico y honrado que llamaban el Padre Pedro Sánchez, el cual, viendo el habilidad que el indio mostraba en leer y escribir, le dió (sic) estudio, donde daba tan buena cuenta de la Gramática como el mejor estudiante de los mestizos” (p. 100)
Pero, en el caso específico de nuestros cronistas comentados, ¿en realidad, funcionarios del estado colonial los llegaron a manipular para sus fines corporativos, punitivos y económicos? Si bien la administración de este estado se consolidó durante cerca de trescientos años, ello fue posible a múltiples razones, y ninguna de ellas se relaciona con la labor cronística de Garcilaso Inka y Waman Puma, incluso  ni cuando éste último sirvió de lengua al visitador Cristóbal de Albornoz (4). Por el contrario, proponemos que ellos aprendieron la lengua del invasor y su sistema de registrarla en soporte de papel porque entendieron que era la única manera de preservar la memoria de sus curacazgos, de sus tecnologías hidráulicas, de sus benignos  apus y pacarinas, de la noble historia –ellos crecieron así, en esa veneración- de sus reyes Inkas, de sus cantos y danzas. Ambos no ignoraban que el esplendor del Tawantisuyu, el cual conocían sólo por memoria ancestral, ahora se hallaba en plena decadencia y su destrucción ya finalizaba. Además sabían que el sistema de registro y preservación de información -vital para el legado tawantisuyano- mediante los khipu, había sido destruido por los extirpadores de idolatrías u ocultado a la codicia de éstos. Y, cierto, la lengua y escritura del invasor se imponían, por lo tanto resultaban el único medio de testimoniar aquello que está sucediendo, pero sobre todo registrar lo diferente y magnífico  que había sucedido antes de la invasión de los occidentales.

A propósito, en la cadena de TV continental Telesur se lee, “Un pueblo que no conoce su historia se desconoce así mismo”. Es decir, que no tiene clara su identidad, que se opone a aceptar los orígenes de su existencia. En el caso de nuestros ancestros, trataron de ser obligados a ignorar y olvidar tales raíces. Justo el Inka Garcilaso satisface y da respuesta a esta reflexión, en tanto nos ha dado la oportunidad de conocer buena parte –desde luego no toda- de  los sucesos históricos que se dieron durante el Tawantisuyu. Es cierto, en su mayor parte, es una parcialidad de la historia nuestra. Es la versión desde la óptica dominante, la de los Inka y sus panaka, pero es la que se reivindica como parte de nuestras raíces junto a los Inka y guerreros que ofrecieron resistencia al invasor. Es cierto, no se congenia con los Inka, salvo Pachacuti Yupanqui por su perfil de gran estadista y constructor, pero por lo menos hay empatia sino aceptación con los Inka de la resistencia (5), desde Rumiñahui, Manco Inka  hasta Juan Santos Atahualpa y Túpac Amaru II. Hay ese lazo de empatia incluso disculpando en algunos su momento de colaboración  ofrecida al invasor, tales como Paullu Inca entre otros. Además, todos ellos, salvo Túpac Amaru II, en caso hubieran vencido, habrían restaurado la estructura verticalista del Tawantisuyu que tanto incomoda a los anti-idealismo elitista del Inka Garcilaso.

No obstante, indirectamente nuestro cronista escribe sobre aquellos trabajadores anónimos que con su mano de obra contribuyeron a construir la verticalista sociedad tawantisuyana; este aspecto en menor dimensión desde luego. Sin embargo nos quedan algunos nombres, Waman Puma menciona al sabio astrónomo Juan Yunpa (6), y Garcilaso incluye el nombre de un constructor de puertas trapezoidales, “A la segunda llamaron Acahuana Puncu porque el maestro mayor que la hizo se llamaba Acahuana” (Libro séptimo, capítulo XXVIII). Y en el siguiente capítulo, además de Acahuana, el Inka Garcilaso menciona a otros tres maestros constructores, “… y así lo llaman Apu Huallpa Rimachi; al que le sucedió le llaman Inka Maricanchi (…) El cuarto… se llamó Calla Cunchuy” (Ibid, XXIX) (7). Tal vez no trata esta parte de la historia en su importancia debida, pero no deja de narrarla junto al transcurrir de los harawicu, de los filósofos, los pensadores de aquél tiempo. Una conclusión nos podría indicar que es una versión innegable desde las élites; sin embargo, en nuestro modesto parecer dejaría de ser una obra elitista en el transcurrir de los siglos, desde el momento en que Los Comentarios Reales influencian ideológicamente la gesta de Túpac Amaru II, y el poder colonial hispano prohíbe su circulación y lectura. Con las luchas por la emancipación, antes de 1814, aún se le proscribía entre las huestes realistas e incentivaba su lectura en las filas patriotas. ¿Qué buscaban los patriotas del siglo XIX, en tiempos ya de un desarrollo capitalista, en las lecturas idealistas de Los Comentarios? Aparte de héroes nativos propios, rasgos de identidad que sin duda afirmen el perfil de la reciente patria por emancipar. Es posible que también cabría la posibilidad de buscar la preservación de la cosmovisión andina, esencia de nuestra identidad.

De esa manera, el Inca Garcilaso de la Vega, es el primer mestizo emblemático de suelo americano –seguro hubo otros, el propio Garcilaso menciona en anterior cita (p. 100) a Felipe Inca, hábil aprendiz de gramática-, que decide apropiarse del instrumento del invasor, la escritura. Para ello decide convertirse en escritor, de ninguna otra forma, profesión u oficio dominaría mejor dicho instrumento. Él es consciente de ello, lo menciona al indicar sus propósitos para escribir sus Comentarios Reales, y eludir la censura de los Reyes que es el veto censor de la Inquisición, para lo cual ofrece un testimonio como si lo estuviera comentando desde una voz hispana (8): Leamos,
“En el discurso de la historia protestamos la verdad de ella, y que no diremos cosa grande que no sea autorizándola con los mismos historiadores españoles que la tocaron en parte o en todo; que mi intención no es contradecirles, sino servirles de comento y glosa y de intérprete en muchos vocablos indios, que, como extranjeros en aquella lengua, interpretaron fuera de la propiedad de ella, según que largamente se verá en el discurso de la historia, la cual ofrezco a la piedad del que la leyere”
El Inka Garcilaso se propone aquí como un intérprete  no tanto de los idiomas quechua y aymara, sino a interpretar un mundo y una cosmovisión que si conoce, una realidad que la ha reconstruido desde el seno materno. En esta misma cita dice “…la cual ofrezco a la piedad del que la leyere”; esto quiere decir que se ofrece a interpretar para el mundo español, lo que conoce del mundo del Tawantisuyu. Desde luego que él parece no saberlo o no estar autorizado, “y que no diremos cosa grande que no sea autorizándola con los mismos historiadores españoles que la tocaron”. Sabe que los hispanos narran una historia imprecisa, pero aparenta no saberlo y tomar sus fuentes, bajo la voz de ellos dice su verdad sobre su gran nación, idílica en su memoria, con afán de propósitos reivindicativos.

El Inka Garcilaso nace cuando ya se ha logrado la conquista y se conforma el estado colonial, llega a conocer sobre el imperio –ya se dijo- por lo que le cuentan su madre, tíos y los nobles de las panaka, conoció los restos y ruinas de lo que quedó del  incanato, él no vivió ni llegó a conocer el esplendor de esa sociedad de los Inkas, por tanto conoce un mundo donde los indios han sido sometidos, los negros son esclavos usados para sojuzgar a los indios, y quienes dominan y someten son los españoles. De ese choque de personas ubicadas en diversos estratos sociales empieza a surgir un nuevo país con mezcla de razas, veamos lo que dice el cronista (9):
“Lo mejor de lo que ha pasado a Indias se nos olvidaba, que son los españoles y los negros que después acá han llevado por esclavos para servirse de ellos, que tampoco los había antes en aquella mi tierra. De estas dos naciones se han hecho allá otras, mezcladas de todas maneras, y para las diferenciar les llaman por diversos nombres, para entenderse por ellos.”
Entonces el cronista cusqueño, Garcilaso de la Vega, incluidas sus contradictorias opiniones, ya ha comprendido que es parte de una sociedad distinta a su amado e idealizado Tawantisuyu. Para registrar esas experiencias vividas, maravillosas y tristes, es que decide convertirse en escritor, pero deja en claro que escribirá desde una visión propia y en condición de “indio” que no lo era. Sin embargo, aún sin ser indio, no lo olvidemos, es nuestro primer e importante escritor mestizo con perfil emblemático (10):
“Por lo cual, forzado del amor natural de la patria, me ofrecí al trabajo de escribir estos Comentarios, donde clara y distintamente se verán las cosas que en aquella república había antes de los españoles”.
“Pues soy indio, que en esta historia yo escriba como indio con las mismas letras que aquellas tales dicciones se deben escribir”
Y hablando de escritor, permítasenos salir del esquema digresivo histórico - ideológico asumido hasta aquí para concluir con ideas que sostengan la condición de escritor que le otorgamos a nuestro cronista. Ese rol, el cusqueño Garcilaso de la Vega lo evidencia en sus textos, unas muestras son suficientes para afirmar lo dicho (11):
  “Cuantos años ha que el Sol Nuestro Padre envió estos sus primeros hijos, no te lo sabré decir precisamente, que son tantos que no los ha podido guardar la memoria; tenemos que son más de cuatrocientos. (…). Fueron, como te he dicho, hermanos, hijos del Sol y de la Luna, nuestros padres. Creo que te dado larga cuenta de lo que me la pediste y respondido a tus preguntas, y por no hacerte llorar no he recitado esta historia con lágrimas de sangre, derramadas por los ojos, como las derramo en el corazón, del dolor que siento de ver nuestros Incas acabados y nuestro Imperio perdido."
Es una bien elaborada prosa de un enamorado de su estirpe y de la sociedad que la cobijó; este breve fragmento nos deja ver al creador que domina la pluma con versatilidad y que evidencia un trabajo de filigrana para recrear la lírica que heredó de la literatura oral de los haravicu, de los haylli, de los takis. Así como este fragmento se puede encontrar muchos otros d la misma o mejor factura que en la misma crónica se diferencian de sus larga y detalladas descripciones. Aquí, en estos textos aludidos, el Inka Garcilaso nos demuestra que ha llegado a dominar con excelencias el idioma del invasor, tanto que está apto para producir los mejores textos literarios, como es construir prosa poética, ya se dijo, de fina factura. Todos no tienen esa capacidad, salvo creadores eso lo conoce todo amante de la buena prosa.

Sabemos que también da evidencias de narrador en su relato sobre Pedro Serrano, lleno de digresiones donde elucubra sobre el hombre insular y la supervivencia sin tecnologías. Para nadie es desconocido que esta narración es considerada una de las primeras escritas acá en el continente americano, donde es innegable los elementos y técnicas narrativas. Manuel Prendes (12) dice que Garcilaso Inka, “Domina la tensión y el suspenso en momentos como las persecuciones: la que sufre Gonzalo Silvestre cabalgando durante días sin descanso hasta reunirse con De Soto, o la de los españoles fugitivos de la Florida acosados río abajo por centenares de canoas.”
Compartimos con Prendes –para finalizar- acerca de que, “los escritos del Inca Garcilaso, quien subordinaba su vocabulario, su frase y su relato al orden y a la claridad, fluyen hoy con mucha más facilidad y menos recurso” –agregamos- retórico. Prendes propone que La Florida del Inca, es más que una breve crónica, una novela breve. Y además, lo secundamos en su osadía de revisar los cánones de clasificación de la historia literaria con propósito de incluir la obra de Garcilaso Inka en el período clásico de la literatura española.
NOTAS:
1 .-J.V. Stalin: “La lengua no ha sido creada para satisfacer las necesidades de una clase cualquiera, sino de toda la sociedad, de todas las clases sociales…” (p. 293) -“Pero los hombres, los diversos grupos sociales y las clases distan mucho de ser indiferentes a la lengua. Se esfuerzan por utilizarla en interés propio…” (p.294). “El Marxismo y los Problemas de la Lingüística”. Obras Escogidas. Edic Nantori Tirana, 1979.(PDF).
 http:/www.marxists.org/espanol/stalin/obras/oe1/Stalin%20%20Obra%20escogida
2.-Mazzi Huaycucho, Víctor. Inkas y Filósofos, Yachay y Hamut’ay. Lima. Libro inédito, próximo a publicarse. Junio, 2016.
3.-De La vega, Inka Garcilaso. Comentarios Reales de los Incas, Antología. Lima. Colección Peruanos Imprescindibles, Libro 1. Empresa Editora El Comercio. 2005. P.100
4.-Adorno, Rolena, “Contenidos y contradicciones: la obra de Felipe Guaman Poma…”. University Yale. “exposición detallada de todas las prácticas prohibidas que sobreviven en Lucanas Andamarca y Soras”. Visitador Albornoz.  (PDF): http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v01n02/Adorno.htm
5.-Cajavilca Navarro, Luis. Resistencia Andina en la Invasión Española. Diálogos Nº 1, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 1999, (PDF).
6.-Mazzi Huaycucho, Víctor.  Presentación de Juan Yunpa. Ediciones K’ollana. Chosica - Lima, 1994.
7.- De La vega, Inka Garcilaso. Comentarios Reales de los Incas, Antología.   Ibíd. Libro séptimo, capítulos 28 y 29.
8.- De La vega, Inka Garcilaso, Ibíd. Proemio, p, 25
9.- De La vega, Inka Garcilaso. Comentario Reales de los Incas, Libro IX, capítulo XXXI. http://www.staff.uni-mainz.de/lustig/texte/antologia/garcilas.htm
10.- De La vega, Inka Garcilaso. Comentarios Reales de los Incas, Antología.   Ibid. Proemio, p. 25
11.- De La vega, Inka Garcilaso…Antología. Ibíd. Libro primero, capit. XVII. P. 57
12.-Prendes Guardiola, Manuel. “Invitación a la Florida (y a revisar el canon)”. PDF. Dialnet-InvitacionALaFloridaYARevisarElCanon-4003436

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